Aceptarse uno mismo: el gran principio
El punto de partida para cualquier comienzo, cambio o transformación es la aceptación. Aceptar significa que uno admite una cosa, situación o persona tal cual es, sin ponerle ni quitarle ni esperar nada distinto.
Aceptar es una forma de dejar fluir: cuando uno no acepta algo, pone barreras de contención con las cuales intenta controlar o no permite que alguna circunstancia fluya tal cual es o sea lo que es.
Los seres humanos estamos acostumbrados a franquear el curso natural y sencillo de las cosas, solemos ponernos tensos cuando algo no va como esperábamos, intentamos controlar, manipular y dirigir la vida de los demás, les decimos como deben ser, qué decir y como deben comportarse, de alguna forma nos resistimos a aceptarlos y dejarlos ser como son, al igual que hacemos con muchos aspectos de la vida, muchas veces nos enfadamos por lo que nos da, nos quejamos y resistimos, no nos dejamos fluir hacia donde nos quiere llevar y tratamos de hacer un esfuerzo terrible por jalarla hacia otras direcciones, no hemos comprendido realmente la finalidad de las experiencias que creemos “malas” y nos resistimos y ponemos muy tensos porque no nos permitimos el momento para conocernos un poco más, y contemplarnos un poco más hondo para alcanzar a ver más de lo que estamos acostumbrados a ver, y observar la importancia que tiene el aceptarnos así como somos.
Aceptarme
Aceptarse uno mismo significa que uno conoce sus fortalezas y debilidades, que uno puede percibirse y reconocerse, que hay una apertura con uno mismo donde uno se permite sentir y conectarse con sus emociones y sentimientos más arraigados. Significa que uno puede pensar de forma honesta y sincera las cosas, sin juicio ni reproche, y puede contemplar sus pensamientos de manera que haya una retroalimentación consciente de si mismo, la cual es esencial para una nueva orientación y restructuración de si mismo.
Cuando un ser humano se acepta como es, experimenta paz consigo mismo. La paz no significa un estado de inacción: la paz es un estado de animosidad y creatividad altamente positivas y constructivas. Estar en paz significa que soy paciente y que tengo confianza en mis fortalezas y que comprendo que mis debilidades pueden ser mis grandes potenciales.
La aceptación es un punto de partida básico para todo lo que queramos hacer y construir: no podremos construir un nuevo porvenir si no sabemos y estamos consientes de donde partimos.
Rechazo a uno mismo
La gran mayoría de las personas suelen rechazar, a mayor o menor medida, lo que son, aunque muchas veces no sean consientes de esto: una persona que se rechaza a si misma se habla de formas reprobatorias, se juzga y reprocha a menudo, se critica y exige de formas asombrosas. El punto es que uno no se da cuenta de cuantos mensajes de rechazo nos enviamos al día porque lo hemos vuelto parte de la vid, nos hemos acostumbrado a hacernos a un lado, a compararnos y a perder consciencia de lo que profundamente sentimos.
Una excesiva seguridad puede ser uno de los grandes obstáculos para la auto observación y aceptación. En el fondo, estar muy convencidos de que nos aceptamos, puede ser un mecanismo de defensas para no llegar precisamente a lo que sencillamente somos
Síntomas de rechazo a uno mismo
Uno de los principales síntomas de rechazo a uno mismo es la culpa, la cual no es otra cosa que un autocastigo. También podemos darnso cuenta de que nos rechazamos cuando sentimos constantemente desesperación, enojo o incluso temor o miedo. Cuando pedimos excesivas disculpas, o cuando tememos acercarnos a los demás, o nos ponemos "rojos" por cualqueir cosa. La tensión también puede indicar que hay rechazo a alguna parte de nosotros.
¿Por qué nos rechazamos?
La principal causa de no aceptarnos tiene mucho que ver con lo que aprendimos de pequeños. Muchos de los mensajes que recibimos de mientras crecíamos los percibimos como agresiones de rechazo en contra de lo que éramos y sentíamos: “¿Cómo se te ocurre?” “Eres un tonto” “Mira lo que hiciste” “¿Cómo es que no lo comprendes?” “No llores, grites, etc.”
Conforme fuimos creciendo, muchos de estos mensajes los admitimos como una verdad, y de alguna forma pensamos que había algo “malo” en nuestro modo de ser y sentir. Además, aprendimos a habalrnos y dirigirnos a nosotros mismos conun tono desaprobatorio, el cual muchas veces nos hace snetir indignos y con poca valía.
¿Qué se puede hacer para empezar a aceptarse?
Una de las primeras cosas es aprender a observar la forma en cómo nos hablamos y observar de forma objetiva lo que sentimos durante el día. Luego, poco a poco se debe empezar a cambiar el diálogo que mantenemos con nosotros mismos por un dialogo amoroso y de aceptación. La palabra es muy importante, la programación neurolinguistica nos habal de este improtante aspecto en la vida de uns er humano.
Muchos padres pensarán que quizá la mejor forma de educar a sus pequeños es exigiéndoles y reprochándoles o haciéndoles sentir indignos y reprobados. Sin embargo, esta forma de educar es sólo el reflejo de la forma en que los padres se perciben y sienten a si mismos. Les enseñamos a los pequeños lo único que nosotros hemos comprendido.
Sin embargo, sin duda un pequeño aprende a ser más seguro, confiado y maduro, en un ambiente de aceptación, son increíbles los resultados cuando un niño siente que puede equivocarse y aprender de su equivocación, que se le permite el espacio para ser lo que es y que es conducido sabiamente por alguien que se acepta.
Aceptarnos a nosotros mismos es una forma no sólo de empezar a madurar nuestros sentimientos y emociones, sino de abrirnos a una prosperidad y flujo creativo más grandios del que hasta ahora hemos experimentado. Nuestra capacidad de aceptar los bienes y dones que nos da la naturaleza reside en el hecho de aceptarnos. Por eso, es conveniente cada dia dedicar un poco de nuestro tiempo a estar con nostros mismos, a dejarnos sentir y observar lo qu epensamos respectoa todos los asuntos de nuetsra vida, es importante empezar a reconocernos como seres dignos y valiosos, sin que esto nos haga perder perspectiva de que cada día podemos aprender algo nuevo acerca de lo que somos.