Aguas termales, una terapia alternativa

Publicado: 22/10/2012 - Actualizado: 26/07/2017

Cuando pienso en aguas termales, me viene a la cabeza, la imagen de un momento de spa, de relajación grata y para consentirnos, sin embargo, las aguas termales pueden hacer algo más por nosotros que simplemente ayudarnos a  deshacernos del estrés.

¿Porque no, pasar un rato agradable, mientras nos relajamos y favorecemos además a nuestra salud? Si tienes la oportunidad de disfrutar de aguas termales, quizás sea una buena idea aprovecharla.

Tipos de aguas termales:

Existen dos tipos de aguas termales de acuerdo a su origen geológico:

Magmáticas: nacen de filones metálicos o eruptivos, y por lo general tienen temperaturas mayores a los 50° C y los elementos más comúnmente encontrados en ellas son arsénico, boro, bromo, cobre, fósforo y nitrógenos.

Telúricas: Pueden generarse en cualquier lugar, su temperatura, rara vez alcanza los 50° C y, gracias a que son filtradas, poseen menor cantidad de mineralización que las magmáticas. Por lo general, contienen bicarbonatos, cloruros y sales de cal.

Una característica importante de las aguas termales es  que se encuentran cargadas con iones negativos. Sin embargo esto no significa que sean negativos los efectos que tienen en el cuerpo, de hecho, son los iones positivos los que no le traen beneficios al cuerpo humano, puesto que son irritantes, en cambio los iones negativos tienen la capacidad de relajar el cuerpo.

Beneficios para la salud

Son diferentes los beneficios que traen las aguas termales a nuestro cuerpo, sin embargo, de acuerdo a algunos autores, se pueden clasificar en  biológicos, físicos y químicos, aunque en realidad todos actúan al mismo tiempo.

Cabe destacar que la temperatura, juega un papel importante, ya que eleva la temperatura del cuerpo, matando gérmenes, entre ellos virus. Ayuda a mejorar la circulación  y la oxigenación del cuerpo, ya que incrementa la presión hidrostática del cuerpo.

De esta forma al mejorar y aumentar la oxigenación, el baño en aguas termales hace que mejore también la alimentación de los tejidos del cuerpo  en general,  por lo tanto el metabolismo se activa, se estimula las secreciones del tracto digestivo, y del hígado, favoreciendo de esta forma la digestión.

Si además, empleas las aguas termales, con regularidad,  puede ayudarte a normalizar el funcionamiento de las glándulas endócrinas, y del sistema nervioso autónomo del cuerpo.

También existe un mejoramiento, y estimulación del sistema inmune, favorece la relajación mental, debido a la producción de endorfinas y a la regulación de las funciones glandulares. Muchos de estos efectos se deben al consumo del cuerpo de minerales como dióxido de carbono, azufre, calcio y magnesio.

Cuida de tu piel

La psoriasis, la dermatitis y las enfermedades por hongos son las que se ven más se beneficiadas por baños en aguas termales (en especial si estas contienen azufre).

En algunas ocasiones también ayudan en la cura de heridas, y de otras lesiones de la piel. La acción curativa se atribuye a las sulfobacterias de las aguas termales, que ayudan al cuerpo humano, mejorando el sistema de defensa de la piel frente a todo tipo de agresiones, a la vez que ayudan a disminuir el proceso de envejecimiento de este órgano.

Beneficios en las enfermedades crónicas

Según algunas investigaciones, las enfermedades crónicas que se ven beneficiadas con el uso  de la balneoterapia, son las reumáticas, las metabólicas (diabetes, obesidad, gota), las respiraciones leves, las ginecológicas, las de la piel, la recuperación funcional de la neuroparálisis central y periférica, los problemas gastrointestinales, y de circulación, las secuelas de trauma, las relacionadas con el estrés y otras de tipo psicosomático.

Recomendaciones generales para el uso de aguas termales

  1. Las mujeres embarazadas, los adultos mayores y quienes tengan alguna enfermedad deben consultar a su médico antes de utilizar las aguas termales.
  2. Nunca las utilices si te encuentras bajo el efecto del alcohol, o algún fármaco.
  3. Evita bañarte solo.
  4. No te sobrecalientes y mantente bien hidratado.
  5. Si padeces de enfermedades de la piel que sean contagiosas, utiliza piscinas privadas.

Acerca del autor
  • Miriam Reyes

    Miriam Reyes una profesional experta en nutrición y dietética. Tiene más de 12 años de experiencia en  atención a pacientes con sobrepeso y problemas de alimentación. Estudió en la Universidad del Valle de Atemajac  (UNIVA), donde obtuvo la licenciatura en nutrición. Perfil en Linkedin.