Publicado: 29/04/2013 - Actualizado: 07/02/2018
Autor: Miriam Reyes
Cuando pensamos en algas, pensamos en el mar y las plantas que vemos a la orilla de la playa, a simple vista pueden ser poco estéticas, pero la naturaleza las ha dotado con bondades increíbles.
Llamadas comúnmente como las verduras o lechuga del mar, las algas marinas, constituyen un alimento sano y completo que nos revitalizan y rejuvenece.
Ayudan a depurar el organismo ya que contienen todos los nutrimentos necesarios para conservar una buena salud. Por ser uno de los alimentos más nutritivos resultan ideales tanto para prevenir como para combatir enfermedades.
Propiedades nutricionales
Proteínas: Alrededor de un 25 por ciento de su peso en seco de las algas corresponden a proteínas de fácil asimilación. Son rica fuente de aminoácidos esenciales que el organismo humano no puede sintetizar y debe obtener a través de la alimentación. Las proteínas de las algas marinas son de fácil digestión ya que contiene minerales y en algunos casos enzimas que ayudan a la digestión de las mismas. Además a diferencia de las proteínas de origen animal no contienen residuos de hormonas, de antibióticos y son libres de colesterol.
Carbohidratos: Las algas son bajas en carbohidratos, además contienen un tipo de carbohidrato conocido como manitiol, que en nuestro cuerpo, tiene un efecto como laxante ligero, y además, no incrementa los niveles de glucosa sanguíneos.
Grasa: Las algas tienen en promedio, un 15 por ciento de su peso en seco, compuesto de grasa. Los lípidos que contiene son sobre todo ácidos grasos poliinsaturados que transportan el colesterol evitando la formación de placas de ateroma y estimula la formación de linfocitos. Las grasas contenidas en las algas reduce la hipertensión tiene un efecto antiinflamatorio y regula el sistema inmunológico.
Vitaminas: son ricas en vitaminas B, C, E y provitamina A. Si se quiere aprovechar al máximo el aporte de vitaminas es mejor consumir las algas crudas o después de haberlas rehidratado en remojo si han sido desecadas.
Fibra: las algas son ricas en fibra, específicamente mucílagos, que ayudan a combatir el estreñimiento y mejorar la digestión.
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Sales minerales: Muy conocidas por ser fuente de minerales, algunas algas alcanzan incluso contener hasta en un 36 por ciento de su peso en seco de éstos. Son ricas en calcio, hierro, sodio y magnesio. Cuando las algas utilizan en alguna cocción está sales minerales tienen a disolverse en el líquido y es por esta razón que hay que aprovechar el caldo para hacer tisanas o sopas.
Oligoelementos: son los responsables de propiedades desintoxicantes de las algas, son ricos en yodo, silicio, cobalto, zinc, cromo y magnesio. El yodo es necesario para que la glándula tiroides funcione con normalidad, las algas son una excelente fuente de Yodo. El zinc interviene en la secreción de insulina y su déficit produce fatiga y falta de concentración. El silicio en combinación con el calcio fortalecer los huesos y los mantiene flexibles, así como también mantiene el cabello fuerte y evita su caída. El cobalto y el hierro son necesarios para producir hemoglobina.
Usos de las algas:
Adelgazantes: Resultan un buen complemento en tu dieta, ya que ayudan a conseguir la saciedad y son bajas en hidratos de carbono.
Digestivas: Si se consumen con comidas pesadas pueden ayudar a la digestión, sus mucílagos recubren las paredes del estómago, evitando que los ácidos producidos por la digestión afecten las paredes estomacales y facilitan el tránsito de los alimentos por el tracto digestivo.
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Laxantes: es por su contenido en fibra que ejerce un ligero efecto laxante, que puede ayudar a combatir el estreñimiento.
Relajantes: los baños de algas ayudan a aliviar el estrés, pero también puede resultar de utilidad para reúmas y problemas circulatorios.
Cosméticos: las cremas elaboradas con algas o sus extractos, son excelentes para hidratar la piel, siendo una buena opción para pieles secas. También poseen un poder bioactivador y tonificante. Consumir algas ayuda a mantener una piel sana, y la protege contra la acción de los radicales libres. Además sus compuestos las vuelven útiles en el tratamiento de celulitis.
Tipos de algas
Las algas pueden clasificarse en cuatro grupos, en función a sus pigmentos:
Las clorofíceas: algas verdes.
Las feofíceas: algas pardas.
Las rodofíceas: algas rojas.
Las clanofíceas: algas azules.
Uso culinario
Las algas, pueden ser un ingrediente en tu cocina, aunque por ser ricas en minerales, se recomienda utilizarla máximo en una comida al día, la puedes emplear, en sushis, caldos, sopas, ensaladas, etc. Las algas desecadas se pueden triturar con los dedos y espolvorear en aderezos o ensaladas.
Son una buena forma de añadir nutrimentos y sabor a tu platillo. Suelen emplearse regularmente en la cocina oriental.
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