Publicado: 03/09/2012 - Actualizado: 26/07/2016
Autor: S.M. Aiquipa
Si has oído hablar del Kéfir, pero no sabes realmente de qué se trata, te contamos que este es un alimento con innumerables propiedades valiosas para nuestro organismo y se consigue luego de un proceso de fermentación de la leche, el agua o el té.
En este proceso, parecido al del yogurt, intervienen varias bacterias, entre ellas el lactococus lactis, lactococus cremoris, L.biovar diacetylactis, leuconostoc mesenteroides lactobacillus plantarum, lactobacillus Casei y kluyveromices marxianus.
Sin embargo a diferencia del yogurt, este proceso de fermentación, se logra mediante una reacción lacto-alcohólica (la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico y se produce anhídrido carbónico y alcohol, este último en una proporción inferior al 1%), mientras que la del yogur es sólo láctica (sólo se transforma la lactosa en ácido láctico).
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Las bondades del Kéfir
Al kéfir se le reconoce su poder desintoxicante, regenerador de la flora intestinal benéfica y estimulante de las defensas naturales. Favorece la digestión, evita el estreñimiento, especialmente indicado para quienes no toleran la lactosa.
Aunque su principal y más grande virtud es la de equilibrar la flora bacteriana intestinal. Gracias al consumo de kéfir, nuestro organismo transforma la flora intestinal putrefactiva, sustituyéndola por los bacilos lácticos de propiedades antisépticas. A su vez produce la secreción de una sustancia antipútrida que persiste aún después de la desaparición de los bacilos. Es decir; cambia la putrefacción, perjudicial para el organismo humano, por la fermentación láctica. Incluso algunos investigadores afirman que este alimento, combate la aparición de Escherichia coli.
Otra de sus acciones benéficas a favor de nuestra salud, radica en que produce la síntesis de vitaminas del complejo B, siendo una fuente importante de potasio, fósforo, calcio y vitaminas.
Otras propiedades del Kéfir son:
Se recomienda tomar kéfir cuando hay anemia
Colabora en reducir el colesterol
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MAS EN BIOMANANTIAL¿Estas tomando demasiadas Vitaminas?
Es un eficaz laxante
Reduce el riesgo de contraer cáncer de colon
Regula el peso por lo que es muy recomendable en las dietas
Sirve para tratar problemas de la piel tales como los eccemas
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MAS EN BIOMANANTIALLas fuentes vegetales de Calcio
Regula la presión arterial
Colabora a la hora de asimilar los alimentos
Ayuda en los estados de falta de sueño, ansiedad, y depresión
Precauciónes con el Kéfir
Para disfrutar de todos estos beneficios del kéfir es importante que tengas mucho cuidado en su conservación y adviertas cuando no se encuentre en un buen estado. Debes observar cualquier cambio en su textura, olor, o sabor. Si lo compras en alguna tienda, hay que estar seguros de su procedencia y de que cumple todas las reglas de calidad.
Cómo preparar el Kéfir
Es cierto que el kéfir 100% natural es mucho mejor y conserva todas sus propiedades, no es lo mismo que el que venden en supermercados; por ello sería valioso si logras adquirirlo a través de alguna de tus amistades, siguiendo el principio de solidaridad. Si lo logras, no olvides pasarlo también a otra persona y mantener así viva la cadena del mano a mano y la buena voluntad.
Los nódulos de kéfir pueden cultivarse caseramente en distintos medios y con similares efectos benéficos para el organismo: leche de semillas, agua, jugo de uva o de otras frutas con alto contenido de azúcar. Cuando se parte de leche, se obtiene una especie de yogurt líquido. Si se usa agua, se logra una bebida similar a una limonada gasificada. La siguiente es una receta que encontré, no es mía, pero espera les pueda servir.
Kéfir de cultivo de agua
Utilizar un recipiente de vidrio, preferentemente de boca ancha. En cuanto al tamaño, tener en cuenta que el líquido no debe ocupar más de 2/3 del volumen, pues se necesita dejar espacio libre para el aire. Colocar en este orden:
– 3 cucharadas de nódulos hidratados de kéfir: Para facilitar el proceso de colado, conviene confinar los nódulos en una bolsita de tul o gasa.
– 50 gramos de azúcar: Es preferible utilizar azúcar integral mascabo (5 cucharadas soperas colmadas), cuyo sabor realza el producto final. La función del azúcar es estimular el trabajo de los nódulos y activar el proceso de fermentación. Cuando los nódulos trabajan correctamente, el sabor dulce casi desaparece. Dado que el trabajo de los nódulos tiene directa relación con la temperatura, a más calor, consumirán más rápidamente el azúcar. El resultado final debe ser una bebida escasamente dulce.
– 2 higos secos troceados: También pueden usarse dátiles, pasas de uva u otras frutas secas. Su función es neutralizar la fermentación alcohólica y saborizar.
– ½ limón entero: Lavar bien para evitar presencias indeseables en el cultivo.
– 1 litro de agua pura: Evitar agua clorada o de origen dudoso.
Remover bien con cucharón de madera o plástico. Tratar de evitar los metales. Tapar el frasco con un lienzo, sujetado con una banda elástica, y dejar 24 horas en reposo en un lugar templado (lo ideal es una temperatura de 20 grados) y protegido de la luz solar directa. El cultivo también puede realizarse con el frasco tapado herméticamente (siempre cuidar que haya un tercio de espacio vacío), en cuyo caso se obtiene una producto más carbonatado, es decir más burbujeante. Al cabo de 24 horas, remover nuevamente y dejar macerar por otras 24 horas. Luego extraer los nódulos, descartar lo que ha crecido y utilizarlos para iniciar el cultivo sucesivo. Colar el líquido remanente, exprimir el limón y envasar en una botella para su posterior consumo.
El resultado final del cultivo debe ser siempre escasamente dulce y ligeramente ácido. El crecimiento de los nódulos en el cultivo, es decir su multiplicación, es el mejor indicador de la correcta actividad del fermento y de la calidad del cultivo. Si no aumentan sensiblemente en cada cultivo, algo se está haciendo en forma incorrecta o alguna sustancia está afectando a los sensibles nódulos. Como el kéfir de agua resulta más agradable fresco, se aconseja conservarlo en heladera. Si se tapa la botella con un corcho, se obtendrá un producto más burbujeante.
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