Contracturas
Las contracturas son contracciones continuadas e involuntarias ya sea del músculo o de algunas de sus fibras. Estas contracturas suelen padecerla por lo general los deportistas, y pueden aparecer ya sea durante la ejercitación o después de ella. Una contractura sucede cuando hay una acumulación de metabolitos, los cuales son los causantes del dolor e inflamación. Esto sucede cuando no hay una irrigación sanguínea suficiente que los depure, provocando que estos se concentren en el músculo. Otra razón de las contracturas se debe a la fatiga excesiva de las fibras musculares que, una vez que termina el ejercicio ven disminuida su capacidad de relajación.
A pesar que los deportistas son más propensos a padecer contracturas debido a los esfuerzos musculares, toda persona puede padecerla cuando se expone a las siguientes causas:
- Realizar un esfuerzo extremo, como cargar o empujar algo muy pesado.
- Realizar actividades donde el músculo se esfuerza de forma inapropiada ya sea en intensidad o función.
- Realizar un esfuerzo quizá no muy intenso pero de larga duración, como andar en una bicicleta por mucho tiempo cuando no se esta acostumbrado o dar una larga y excesiva caminata.
- Cuando hay mucha acumulación de tensión en determinadas zonas debido a presiones emocionales o intelectuales. El miedo o la ansiedad constante pueden provocar contracturas.
- Falta de alguna vitamina o nutriente debido a una alimentación deficiente.
Síntomas:
- Antes de la contractura suelen aparecer primero por lo general temblores en el músculo.
- Dolor agudo en el musculo afectado.
- Abultamiento y endurecimiento del músculo afectado.
- Alteración del normal funcionamiento del músculo.
No es lo mismo una contractura que un calambre
Se debe aprender a distinguir entre una contractura y un calambre (o rampa). En las contracturas, hay aumento en el tono muscular, acortamiento del músculo, minimización del metabolismo, reducción de la capacidad de rendimiento, dolor a la presión y/o a la tensión por contracción e inflamación de la zona afectada. Una contractura general (hipertonía muscular localizada), es cuando se trata de un grupo muscular o grupos musculares que abarcan toda una superficie o articulación, como en el caso de la tortícolis, una contractura general del hombro y la nuca, o también el lumbago.
Prevenir las contracturas
Lo más importante es tratar de prevenirla, y para esto se les recomienda a los deportistas y personas que realicen esfuerzos físicos extremos que antes de comenzar la rutina o el trabajo hagan un buen calentamiento que prepare al músculo para realizar esfuerzo.
Los ejercicios de flexibilidad progresiva son estupendos para ayudar al músculo a a recibir esfuerzos fuertes. También, se debe considerar programar la rutina y el ejercicio de forma progresiva, es decir, empezar con rutinas suaves e ir incrementando el peso y el esfuerzo.
¿Qué hacer en caso de una contractura?
Si se sufre de una contractura, lo más recomendable es acudir lo antes posible a un fisioterapeuta. Hay quienes reaccionan queriendo dar un masaje en la zona contracturada, pero esto no es conveniente pues si el masaje no es el apropiado podría lastimarse el musculo y empeorar la situación. Tampoco se deben suministrar fármacos ni medicamentos pues antes se debe valorar el tipo de contractura, y esto sólo un profesional.
Algunas medidas que se pueden tomar para ayudar a relajar el músculo en lo que se encuentra al fisioterapeuta son las siguientes:
- Aplicar calor local mediante compresas de agua caliente colocadas encima de la zona contracturada.
- Ofrecer a la persona con la contractura algún te o infusión analgésica o relajante como la mejorana, la manzanilla, el anís, la hierbabuena, etc.
Remedios caseros para tratar contracturas:
Estos remedios pueden ser aplicados y son de gran ayuda mientras se consigue la ayuda del fisioterapeuta.
Cataplasmas de sauce o árnica: se realiza una infusión de sauce poniendo una cucharada de hojas de sauce o árnica (o combinadas) en una taza de agua fría. Se deja a la lumbre y antes de que hierva se apaga y se cuela. Remojar una toalla pequeña y limpia en el agua de sauce y aplicar en la zona afectada lo más caliente que se aguante.
Pomada de árnica: aplicar en la zona afectada sin hacer mucha presión.
Ungüento herbal de romero o tomillo: se hace una infusión de tomillo o romero con dos cucharadas de cada una en una taza y media de agua caliente. Hervir y apagar, dejar reposar un minuto y colar. Mezcla con un poco de acilla verde hasta que quede una pasta muy ligera y suave. Aplica esta pasta directamente sobre la zona afectada, aplica caliente pero sin exagerar. Deja sobre el musculo unos 20 minutos y luego retira.
Masaje: evita dar masaje si no sabes como, si l dolor es muy intenso, puedes ayudar a bajar un poco la contractura y el dolor dando pellizcos muy suaves con toda tu mano en el musculo afectado, es decir, aprieta el musculo suavemente con toda tu mano sin hacer mucha presión, mantén el apretón unos segundos y vuelve a repetir. Esto ayudara a irrigar sangre al músculo, el fisioterapeuta se encargara de que con el masaje el músculo s acabe de recuperar y se limpien los metabolitos, además de que ayudara a que el músculo se relaje por completo.
Rehabilitación del músculo: una vez que halla pasado la contractura, se deben realizar ciertos ejercicios de rehabilitación muscular para que el músculo pueda volver a su actividad normal. Estos ejercicios consisten en realizar estiramientos o ejercicios de flexibilidad diarios, o los ejercicios acuáticos especiales.
Terapias y alternativas de rehabilitación: hidroterapia, yoga, masajes, etc.