Cuando el trabajo se vuelve una adicción
El trabajo puede ser considerado una obligación, e incluso muchas personas lo pueden ver monótono, y hasta tedioso, lo cierto es que el trabajo requiere responsabilidad y esfuerzo.
También constituye un lugar importante en nuestra vida, donde se desarrolla parte de nuestra vida social. Esta convivencia entre compañeros de trabajo, puede ser una experiencia agradable, un equipo trabajando en conjunto con un fin en común, o bien, pueden existir roces y por lo tanto volverse una experiencia poco grata.
Si hacemos una reflexión y tomando en cuenta éstos factores, quizás ninguno de nosotros pueda creer que algo como la “adicción al trabajo” existe. Sin embargo el término tiene más sentido cuando se refiere a una situación que suele darse en las sociedades capitalistas, donde hay que hacer más para conseguir más.
La causa de la adicción
Cuando se desarrolla una adicción generalmente hay existente un problema previo, alguna dificultad que nos cuesta superar, o un problema que afecta nuestra vida diaria generando angustia y malestar, y por lo tanto buscamos la forma de escapar de ello.
Es bastante habitual que el afectado no sea consciente de este problema que lo aqueja o bien, que apenas lo sea, sin embargo, ambos casos no son más que la muestra de que ese problema representa una complicación difícil de enfrentar, y por lo tanto quien se siente agobiado, puede buscar una vía de escape para no hacerle frente a ese problema.
Sin embargo, esto nos produce otro problema, ya que no sólo hay que atender el problema principal que no queremos enfrentar, sino también la adicción laboral. Una adicción que probablemente habrá llegado a invadir y afectar la vida afectiva y relacional de quien la padece.
Adictos que son productivos
La adicción al trabajo no es mal vista por el resto de la sociedad, ya que se trata de personas que generalmente son calificadas como dedicadas, responsables y eficaces. De hecho algunas personas adictas al trabajo son reconocidas e incluso admiradas por sus compañeros de trabajo.
Sin embargo, esto puede complicar asociarlo con una adicción y por lo tanto difícil de superar. Ser adicto al trabajo tiene como característica una compulsión a la repetición de alguna actividad.
¿Cómo perjudica?
El círculo social del afectado se reduce a aquellas personas que conoce sólo en su trabajo, y a su familia. No hay un desprendimiento ni espacio para relajación, así pues, el estrés está siempre presente y puede manifestarse en diversas dolencias y enfermedades.
Existe la desatención de la vida familiar, como consecuencia del tiempo que se le invierte al trabajo, discusiones, crisis, y separación.
Las vacaciones, las conversaciones, las comidas, todo comienza a girar en torno a las relaciones hechas en el ámbito laboral. Muchas veces esto es natural, pero no es saludable, cuando sólo nos ocupamos de hablar y pensar en nuestras obligaciones del trabajo.
Soluciones
Para tratar una adicción no se puede simplemente dejar de hacer aquello a lo que somos adictos, se debe buscar que fue lo que nos orilló a refugiarnos en el trabajo, y atender primariamente ése problema, reflexionar sobre cómo podemos solucionarlo y no ignorarlo.
Además, un adicto al trabajo tiene la necesidad de estar siempre “ocupado” y bajo presión, de tal forma que no puede disfrutar del “no hacer nada”, para ello, es recomendable buscar actividades recreativas, como practicar algún deporte, jugar con los hijos, o pintar, alguna forma de entretenimiento que nos ayude a relajarnos y desprender nuestra mente del trabajo.
Evita trabajar a altas horas de la noche, el descanso es importante para que nuestro cuerpo funcione de forma óptima.
Si aun así, no puedes evitar pensar todo el tiempo en tus obligaciones laborales, y te resulta imposible relajarte, es recomendable que acudamos a un especialista, en este caso, un psicólogo es el más adecuado para ayudarnos a desprendernos y comenzar a darnos un respiro.