Cuidado del cabello
Los cabellos y el cuero cabelludo constituyen una de las áreas corporales que requieren una mayor diversidad de cuidados cosméticos. Muchas disfunciones pueden afectar al cabello y al cuero cabelludo precisando de un adecuado tratamiento médico; y de manera simultánea puede aparecer un problema estético que también puede ser tratado cosméticamente.
La continua agresión solar durante la época estival puede provocar daños al cabello, ya que la capa externa sufre alteraciones químicas que reducen su fortaleza y los cabellos cuyas puntas están degradadas sufren daños especialmente graves a nivel interno.
Las exigencias de la moda y la comodidad en el peinado del cabello han motivado la oferta de numerosos productos que se han convertido en indispensables: tintes, permanentes, decoloraciones, fijadores… pudiendo provocar a la larga graves problemas a nivel de la estructura capilar.
Combatir la caspa, regular la secreción sebácea y evitar la caída del cabello son algunos de los grandes temas de la cosmética capilar.
Tipos de cabello
Desde el punto de vista de su tratamiento se pueden considerar tres clases diferentes de cabellos:
• Cabello normal: tiene un aspecto brillante, aterciopelado, sin fisuras y bien coloreado. En él todas las funciones fisiológicas son normales. Generalmente el cabello de niños de corta edad o de adolescentes es normal, pues aún no se ha alterado su equilibrio biológico por factores internos o agentes externos. Bajo un punto de vista cosmético, este tipo de cabello sólo necesita un cuidado muy suave (champú de uso frecuente) a fin de no comprometer el equilibrio fisiológico normal.
• Cabello seco: tiene una apariencia árida, con fisuras, presenta escamas secas y es propenso a romperse y agrietarse debido a su poca elasticidad. Su pH es más ácido de lo normal, está falto de grasa y por consiguiente de humedad. Conviene someterlo a masajes y revitalizarlo con mascarillas de efecto reengrasante y balsámico.
• Cabello graso: tiene un aspecto grasiento y pegajoso, debido a la exagerada actividad de las glándulas sebáceas. El pH es más elevado de lo normal, por lo que este tipo de cabello es más propenso a infecciones de origen microbiano. Desde el punto de vista cosmético debe cuidarse con productos con acción desinfectante, astringente y desengrasante.
Higiene del cabello
Una limpieza correcta y en profundidad de tu pelo es el primer paso para disfrutar de una cabellera brillante y llena de vida. Tan importante como la frecuencia del lavado y el uso de diferentes tratamientos para su cuidado, es la forma en que lavas tu cabello.
Para una correcta higiene de tu cabello es conveniente seguir unos pasos básicos:
• Justo antes de mojar tu pelo, es conveniente que lo cepilles suavemente con un peine o cepillo de púas redondas. Al hacerlo, activas el riego sanguíneo y deshaces todos los enredos. Un cabello desenredado es mucho más fácil de lavar.
• Escoge el champú que más se adecue a tu tipo de pelo y aplícate una pequeña cantidad describiendo círculos concéntricos con tus dedos sin presionar demasiado, pero efectuando un suave masaje por todo el cuero cabelludo. Empieza el masaje por la zona de la nuca, y ve subiendo hacia la coronilla. Seguidamente, efectúa el masaje desde la zona frontal y de las sienes, también hacia la coronilla. (De esta manera, estimulas el riego sanguíneo del cuero cabelludo y permites que el champú haga su efecto). Deja reposar un par de minutos, aclara con abundante agua, preferiblemente fresca, y repite la operación una segunda vez si lo crees necesario. No olvides frotar varias veces todas las zonas, sin olvidarte ninguna. El cuidado de las puntas es tan necesario como el de la raíz, y el champú también debe aplicarse sobre ellas para que se regeneren y puedan evitarse problemas como las frecuentes puntas abiertas. También puedes combatir este problema aplicando una mascarilla después del champú.
• Debes prestar una especial atención al aclarado, que ha de ser muy cuidadoso. Un aclarado exhaustivo te permitirá lucir un cabello más brillante.
• Nunca frotes el pelo mojado con la toalla de baño, porque puede sufrir daños irreparables. Simplemente envuélvelo en ella a modo de turbante y presiónalo ligeramente con la palma de la mano. Siempre que sea posible, déjalo secar al aire libre y prescinde del secador. Cuando necesites utilizarlo, selecciona la mínima potencia y colócalo a una distancia prudencial de tu cabello, más o menos a unos treinta centímetros, para no quemarlo.
Problemas más habituales del cabello
• La caspa es una alteración frecuente que ocurre en el cuero cabelludo. El mecanismo de aparición es una desordenada aceleración del ritmo de descamación de las capas superiores de la epidermis del cuero cabelludo que puede ir acompañado de una inflamación (dermatitis). Este crecimiento acelerado provoca una desestructuración que permite que se instalen entre los espacios intercelulares las bacterias responsables de la degradación de las paredes celulares liberando ácidos grasos simples que son los responsables de la irritación de la zona. En este caso, es recomendable utilizar un champú Anticaspa, que se puede combinar con un champú suave (de uso frecuente), en el caso de que nos lavemos el cabello muy a menudo, con el fin de evitar un efecto rebote (en este caso, que se nos engrase la raíz del cabello).
• La grasa en el cabello esta provocada por un exceso de secreción por parte de las glándulas sebáceas de la raíz del pelo. Este exceso hace que el pelo aparezca brillante y húmedo. En estas condiciones está favorecido el crecimiento bacteriano que descompone las grasas en compuestos más simples (ácidos grasos) provocando picor e irritación. Para la grasa también existen champús específicos, de efecto astringente. Igual que en el caso anterior, podemos combinarlo con un champú suave en el caso de lavados muy frecuentes, para evitar que se reseque el cabello.
• La caída del cabello es otro problema frecuente, que puede tener diferentes orígenes:
– Causas Intrínsecas: cabello demasiado seco o demasiado graso.
– Causas Externas: arrancado mecánico, malos tratamientos (tintes continuos, permanentes, decolorados fuertes y a menudo, lavados excesivos y con champúes inadecuados, enfermedades microbianas….).
– Causas Internas: alimentación desequilibrada y carencial, trastornos emocionales, trastornos hormonales y factores hereditarios.
Cuando se combinan uno o varios de estos elementos, el efecto sobre el cabello es una aceleración del crecimiento cíclico del pelo pasando de un ciclo normal de 3-7 años a uno de 12-18 meses. Esto se traduce en la atrofia del folículo del pelo con la formación de un pelo cada vez más fino y decolorado hasta convertirse en vello o desaparecer por completo (alopecia). En estos casos, es recomendable utilizar un champú anticaida, que revitalice el cabello, estimule la circulación sanguínea y la oxigenación del cuero cabelludo, y refuerce la regeneración capilar del folículo piloso. Podemos además combinar el champú con tratamientos específicos a base de extractos, sobre todo en otoño y en primavera, que son las estaciones del año en que más se acusa la caída del cabello.
Cabello normal
En el caso de los cabellos normales, no debemos olvidar que las continuas agresiones a que sometemos al cabello repercuten en su salud y esto se ve agravado con la necesidad de mantener el pelo limpio. Esto hace necesario que el champú usado para lavar el pelo tenga que ser lo menos agresivo posible, además de limpiarlo y darle vigor. Esto se consigue con el empleo de unos detergentes no agresivos y de sustancias que revitalicen el cabello.