Detección de transgénicos
Desde hace cuatro años, el Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB-CSIC) cuenta con un Servicio de Análisis Biológicos Cuantitativas. Está especializado en la detección, identificación y cuantificación de transgénicos (organismos modificados genéticamente, OMGs) en productos de alimentación, humana y animal, y agrícolas.
Fue el primer laboratorio con servicio de detección de transgénicos creado en España y puede analizar materias primas, como semillas de soja o de maíz, para establecer si se trata de plantas transgénicas o no, pero también los productos de su transformación, como serían el aceite, la cerveza o la lecitina, así como productos elaborados que los incorporen (pasta, fécula, complementos dietéticos, papillas infantiles o galletas, entre otros).
El fin de la moratoria europea, que ha paralizado durante cinco años la comercialización de nuevos transgénicos, va acompañada de una norma de etiquetado más estricta. Cualquier producto con más de un 0,9% de OMG tiene que declararse y la presencia de OMG accidental sin declarar sólo se permite si la cantidad es inferior al 0,5%. Porcentajes superiores tienen que ser declarados. Esto comporta un control constante de los productos, tanto por garantizar que no hay OMG, como para controlar que, si lo hay, este sea el que se dice en el etiquetado. En este sentido, el Servicio de Análisis Biológicos Cuantitativos puede hacer tanto análisis cualitativos (detectar si hay y cuál) y cuantitativos (porcentajes de transgénico), como certificaciones de semillas, etiquetado y trazabilidad de los productos. Analizan desde semillas, hasta aceites, bebidas o precocinados
Proyectos de investigación involucrados en la Detección de Transgénicos
El laboratorio también participa en proyectos de investigación europeos y nacionales para desarrollar nuevos protocolos y métodos de extracción y análisis del ADN, así como sistemas por garantizar la trazabilidad de los OMG a lo largo de la cadena productiva. Uno de los retos pendientes es poder analizar el ADN en cualquier matriz. Es un típico problema de los alimentos preparados o muy elaborados. Cuanto más procesado está un producto, explica Teresa Esteve, responsable del Servicio, «más complicado es extraer y analizar el ADN de la muestra, bien porque puede quedar poco ADN, bien porque se puede haber degradado».
Por esto, una red europea de laboratorios, en la que participa este laboratorio del IBMB-CSIC, está desarrollando y validando diferentes protocolos para analizar muestras más complejas. Entre los trabajos recientes de este equipo del CSIC, está el desarrollo de nuevos protocolos para detectar el ADN en la cerveza, entre otros, así como investigar sobre los nuevos transgénicos que previsiblemente se irán aprobando. Otro proyecto que actualmente tienen en marcha, junto con laboratorios de Bélgica, Francia y Reino Unido, es la adaptación de la tecnología de los chips de ADN a la identificación y cuantificación de OMG. Estos chips son una herramienta rápida de análisis y permitirán adaptarse al previsible futuro próximo en que habrá un aumento de transgénicos aprobados y circulando en el mercado.
Fuente: R+D CSIC