Dos recetas con Ajo, parte fundamental de la cocina
Allium sativum será la elección para éste artículo y sino sabes que de quien se trata por su nombre latino, entonces pregúntale a un vampiro que seguro palidecerá tres tonalidades más al enterarse que hoy destinaremos éste espacio al ajo, no es un gran amigo cuando tras comerlo queremos entablar una agradable charla con alguien que nos resulta atractivo, no por nada es pariente de la cebolla, pero que especial resulta en la cocina al resaltar o aportar nuevos sabores a un pescado o unas deliciosas verduras salteadas.
Aproximadamente doce son las porciones que podremos encontrar dentro de cada bulbo de ajo cubierto por un elegante velo blanco y su origen lo podemos trazar a través de su distintivo olor hasta Asia, los antiguos egipcios consumían ajos y cebollas en grandes cantidades, ¿puedes imaginar el tomar ajos y cebollas como si fueran manzanas para calmar tu apetito en una calurosa tarde a orillas del Nilo?
Beneficios y propiedades del ajo
El ajo no sólo sirve para ahuyentar imaginarios vampiros y pretendientes, o como referencia histórica sobre las comidas egipicias, o como un delicioso condimento para panes, pastas, carnes y un largo etc. que de sólo pensarlo abre mi apetito. También posee algunos beneficios para nuestro organismo que es importante tener en cuenta cada que dentro de una receta picamos un diente de ajo, el ajo es rico en minerales tales como el potasio, una cucharada te puede proporcionar hasta 11mg, que necesitamos para la construcción de músculos y controlar la actividad eléctrica de nuestro corazón, y el fósforo, 4 mg por cucharada, que ayuda a la producción de energía en nuestros cuerpos y el buen funcionamiento de nuestros riñones. Las vitaminas también son importantes, y el ajo es especial para proporcionarnos vitamina C y vitamina B6 que ayuda al mantenimiento de nuestra piel y cabello. Tal vez existan más propiedades respecto al ajo, pero más investigación debe de hacerse antes de hacer aseveraciones extraordinarias, sobre todo de su componente conocido como la alicina que es lo que le confiere su particular aroma. Mientras tanto disfrútalo, sus vitaminas y minerales se aprovechan más cuando se consume crudo, sé que ésta parte resulta un poco más difícil, pero con algo de miel o perejil tal vez sea más fácil para tu paladar.
Aioli o aderezo de ajo con un toque picante
Ingredientes
- 4 dientes de ajo picados.
- 1 yema de huevo.
- 1 cdta. de jugo de limón.
- 2/3 de aceite de oliva.
- 1 cdta. de perejil fresco picado.
- ½ pza. de chile rojo seco picado.
- Sal al gusto
Preparación
- Procesa ligeramente el ajo con la sal, el perejil y el chile, después agrega la yema de huevo y el jugo de limón y procesa hasta integrar.
- Agrega el aceite de oliva e integralo poco a poco hasta formar una emulsión densa.
- Agrégalo a unos mariscos, emparedado o verduras de tu gusto.
Pan con ajo
Ingredientes
- 4 dientes de ajo.
- 450 grs. de harina de trigo.
- 7 grs. de levadura.
- 100 grs. de queso cheddar.
- 3 cdas. de aceite oliva.
- 1 1/3 tza. de agua.
- 1 cdta. de ralladura de limón.
- 1 cdta. de sal.
- 1 cda. de romero.
Preparación
- Mezclar la harina con la levadura en un recipiente.
- Coloca los dientes de ajo sin piel en papel aluminio con un poco de aceite de oliva y una pizca de sal, colócalo en una sartén a fuego medio hasta que suavicen.
- Pica los ajos y el romero finamente y añádelos a la harina junto con la ralladura de limón. Y mezcla todos los ingredientes hasta integrarlos.
- Forma con la harina un cuenco y coloca el aceite de oliva y comienza a amasar, agrega poco a poco el agua hasta formar una masa suave. Amasa sobre una superficie enharinada, durante 5 o 7 minutos hasta formar una masa elástica.
- Al terminar el amasado deja reposar la masa durante 1 hora o hasta que doble su volumen.
- Amasa 2 a 3 minutos de nuevo una vez que la masa doble su tamaño.
- Dale al pan la forma que desees, circular, alargada, etc. y colócalo sobre una charola previamente engrasada, cubre con un paño húmedo la masa y déjala reposar media hora o hasta que vuelva a doblar su tamaño. Esparce uniformemente el queso cheddar gratinado, unta aceite de oliva en las paredes del pan para darle un acabado dorado, y con un tenedor pincha la masa ligeramente todo lo largo previo a hornear el pan.
- Hornea por 35 minutos a 200°C. Déjalo enfriar por alrededor de 10 minutos y córtalo según te parezca. Acompáñalo con lo que desees, basta con un poco de mantequilla para disfrutar su sabor.
- También puedes adicionar aceitunas en el paso en el que se adiciona el queso en caso de desearlo.