Ejercicios de Relajación
Un gran número de afecciones de todo tipo se deben principalmente a las tensiones acumuladas en el cuerpo, las cuales se van incrementando conforme emociones como la ansiedad, presión, miedo, ira frustrada, etc., insisten y persisten en las actitudes y hábitos de vida.
Mantener de forma prolongada estas emociones provoca que el cuerpo este en constante defensiva, el cuerpo se tensa y tanto huesos como músculos y tejidos se van endureciendo o tomando ciertas posturas corporales no naturales, muchas veces no lo notamos porque nos acostumbramos a vivir con estas defensas en el cuerpo, las podemos tener ahí por años y de alguna forma decir que nos sentimos bien, e incluso no padecer dolor ni molestia alguna. Sin embargo, si no relajamos estas zonas del cuerpo, entonces tarde o temprano órganos y sistemas empezaran a debilitarse, a desgastarse prematuramente y a funcionar deficientemente debido al agotamiento que sufren por el exceso de tensión provocado por dichas emociones.
No importa si sientes tenso tu cuerpo o no, o si te duele o tienes alguna afección ¿Para que esperar hasta que nos duela el cuerpo para atenderlo? Mejor practicar cada día algunos ejercicios que te ayuden a relajar todo tu cuerpo y lo mantengan libre de tensiones innecesarias. Estos ejercicios de relajación te ayudaran a despejar tensión, a dejar fluir emociones contenidas, a liberar estrés y presiones profundas y a mantenerte sano, a prevenir afecciones y a rejuvenecer todo tu cuerpo, ya que además te ayudarán a oxigenarlo y a incrementar la circulación de oxígeno y nutrientes.
Para seguir una rutina de relajación completa no sólo es necesaria la visualización, se debe primero eliminar la tensión en el cuerpo por medio de ejercicio físico para luego proceder a la relajación meditativa.
Así que nuestra rutina de relajación se divide en dos fases: tapa de relajación física y etapa de relajación físico- mental.
Rutina de ejericios para relajar el cuerpo
Por la mañana y en la noche: al levantarte y/o por la noche, toma 10 minutos realiza estos sencillos ejercicios.
1. Camina de puntas durante 2 minutos, subiendo y bajando despacio el pie, sin tocar el suelo.
2. De pie: con tus piernas un poco separadas, alza tus brazos bien estirados y trata de tocar el techo. Relaja. Repite 10 veces.
3. En la misma posición que el ejercicio anterior, ahora intenta tocar el techo sólo con el brazo izquierdo. Luego, con el brazo derecho. Debes sentir que se estira tu espalda, y los costados de tu cintura. Sube y baja ambos brazos alternado, haz una serie de 30 veces con cada brazo.
4. Una vez que terminaste el ejercicio anterior y en la misma posición (de pie con los brazos elevados), dobla tu espalda y brazos lo más recta que puedas hasta la altura de tu cintura, sin doblar las rodillas. La cabeza va entre tus brazos, mirando al suelo. Ahora, entrelaza tus manos y luego, empieza a estirar tu espalda, subiendo y bajando la columna vertebral como si fueras un gato. Aprieta el abdomen cuando arques la espalda hacia arriba, y saca todo el aire por la boca, con la boca bien abierta, como si exhalaras vapor. Procura ayudar a estirar tu espalda jalando tus brazos hacia enfrente. Quédate ahí unos segundos aguantando el aire. Luego, cuando arques la espalda hacia abajo lentamente, toma aire por tu nariz despacio y trata de jalar tu brazos hacia arriba para que liberen tensión cuello y hombros. Repite este ejercicio 10 veces.
5. Ahora, de pie y con las manos relajadas a los costados, flexiona tus piernas sin encorvar tu espalda, apretando tu abdomen. Junta tus manos (como si fueses a rezar, palma con palma), pero estira los brazos hacia el frente de manera que tus dedos apunten hacia fuera. Ahora, trata de meter tus manos por entre tus piernas, sin dejar de flexionar las piernas. Jala tus brazos y exhala todo el aire, siente como tu espalda y columna se destensan. Regresa a la posición inicial y repite 10 veces.
6. Por último: de pie. Tensa todo tu cuerpo como si quisieras volverte de piedra. Has consciencia de cómo se tensan tus pies, tus piernas, tu espalda, brazos, etc. Cuanta hasta 5 y luego relaja. Repite este ejercicio 7 veces. Luego, descansa tu cuerpo unos minutos en la posición que aparece en la foto.
Rutina de ejercicios de visalización para relajarse
Una vez que hayas relajado tu cuerpo, busca un lugar cómodo donde puedas acostarte o sentarte. Si estas sentado, necesitas poner atención en no encorvarte, pus cada vez que te encorvas tus vertebras se pellizcan entre si y no permiten que la energía circule libremente. También debes pegar bien tus pies al suelo y colocar tus manos encima de tus muslos. Tu cuello no debe agacharse. Si estas acostado, debes sentirte cómodo y colocar tus manos a los costados, y evitar moverte durante la meditación.
Esta técnica es muy sencilla y no requiere sino de tu intensión y de un lugar cómodo y no ruidoso o con posible interrupción. Por so se recomienda hacer antes de dormirte, incluso para arrullarte cae de maravilla. Puedes poner alguna múscia tranquila de fondo pero no es necesario.
1. Cierra tus ojos y respira hondamente y despacio, y cuando exhales, imagina que sale la tensión y presión de tu cuerpo.
2. Ahora, concéntrate en tus pies, imagina que ahí hay una esfera del color que más te guste, que brilla y su luz se siente muy bien, da paz, da tranquilidad, imagina que esta esfera de luz que envuelve tus pies es sanadora, es reconfortante y regenerativa. meter los pies en un agua exquisita. Una vez que sientas la sensación de bienestar en tus pies, y sientas el calor dulce de la luz, imagina que la luz empieza a recorrer tus piernas, detente en tus piernas, no lo hagas aprisa, siente como la luz llega hasta los huesos y enciende cada una de las células de tus piernas. Si tienes algún dolor de huesos o músculos en esta zona, concentra ahí la luz curativa y enfoca la sensación de bienestar unos minutos en esta zona, hasta que logres sentir como el músculo se relaja y se siente sano.
3. Una vez que has sentido esta sensación en tus piernas, rodillas, tobillos, muslos, etc., sube hasta tu estómago y haz lo mismo, recuerda i mus despacio e imagina como la luz llena tus intestinos, órganos sexuales, glúteos, etc.
4. Ve subiendo esta luz por todas las partes de tu cuerpo, ve sintiendo cada órgano e imagina como las células se nutren de esta luz relajante y curativa. No olvides de pasar por tus huesos, por los órganos que se ubican en cada zona e incluso atiende y enfoca la luz en tus dientes y lengua, cuello, cuero cabelludo, etc.
5. Una vez que has terminado, imagina que esta luz se queda en tu sistema circulatorio, y que se mantendrá contigo el resto del día ola noche.
Realiza este ejercicio de visualización cada vez que quieras, no necesitas esperar un momento ideal, puedes hacerlo en la oficina, escuela, trabajo, autobús, etc.
Si estas muy tenso, se recomienda tomar te de pasiflora, manzanilla, anís o hierbabuena para relajar un poco. Este ejercicio es exclente para relajar a los niños o para personas con problmas de nerviosismo o ansiedad.