El desapego, el dolor, la paciencia

Publicado: 05/11/2006 - Actualizado: 13/08/2019

Hablemos del desapego, el dolor, la paciencia, la generosidad, la igualdad, el amor, la fe…

El desapego: Vivir como las flores

– Maestro, ¿qué debo hacer para no quedarme molesto?… Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.
– ¡Pues, vive como las flores!, advirtió el maestro.
– Y ¿cómo es vivir como las flores?, preguntó el discípulo.
– Pon atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín.
Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse…

El dolor: Las perlas

Las perlas son producto del dolor… resultado de la entrada de una sustancia extraña e indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena. Cuando éste penetra en la ostra, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y capas y más capas de nácar para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Como resultado, se va formando una hermosa perla.

Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas porque las perlas son heridas cicatrizadas…

¿Tienes una herida que te causa mucho dolor? Entonces produce una perla. Cubre cada una de tus heridas con varias capas de amor. La mayoría sólo aprende a cultivar resentimientos dejando sus heridas abiertas… alimentándose con sentimientos pobres, que impiden que las lesiones cicatricen.

En la vida vemos muchas “ostras vacías” no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar un dolor en amor. Vale la pena sonreir ante las heridas que recibimos como un medio de crecimiento personal.

La paciencia: Las pausas

En la pausa no hay música, pero la pausa ayuda a hacer la música.

En la melodía de nuestra vida la música es interrumpida aquí y allá por “pausas”… Y nosotros, sin reflexionar, pensamos que la melodía terminó.

A veces, Dios nos envía un tiempo de parada forzada. Puede ser una prueba, planes fracasados, o esfuerzos frustrados. Y hace una pausa repentina en el coro de nuestra vida. Nos lamentamos que nuestra voz tenga que callarse, y tenga que faltar nuestra parte en la música que sube hasta los oídos del Creador.

Pero, ¿cómo es que el maestro lee la pausa? Él continúa marcando el compás con la misma precisión y toma la nota siguiente con firmeza, como si no hubiese habido interrupción alguna.

Dios sigue un plan al escribir la música de nuestra vida. Nuestra parte debe ser aprender la melodía y no abandonar en las “pausas”. Ellas no están allí para ser pasadas por alto o ser omitidas, ni para perturbar la melodía o alterar el tono.
Recuerda además que la pausa no dura mucho… ¡apenas sirve para continuar la melodía!

La generosidad: La propina

En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de diez años entró en una heladería y se sentó a una mesa.

-¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?- pregunto el niño.

– Cincuenta centavos – respondió la camarera.

El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. 

– Y ¿cuánto cuesta un helado solo? – volvió a preguntar.

Algunas personas estaban esperando por una mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente.

– Treinta y cinco centavos – dijo ella bruscamente.

El niño volvió a contar las monedas…

– Quiero el helado solo – dijo el niño.

La camarera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.

El niño terminó el helado, pagó y se fue.

Cuando la camarera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio: allí, puesto ordenadamente en el plato vacío, había quince centavos… su propina.

La igualdad: Examen… de conciencia

Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las preguntas, hasta que leí la ultima: "¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?”
Seguramente esto era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco.

Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen.
"Absolutamente", dijo el profesor. "en sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Ellos merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan hola ”.

El amor: La aceptación de todo

Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo para curarse una herida en la mano. Tenía bastante prisa y, mientras se la curaba, le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.

Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar porque tenía un Alzheimer muy avanzado.

Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.

– No – me dijo – Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.

– Entonces – le pregunté extrañado – y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?

Me sonrió y, dándome una palmadita en la mano, me dijo: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.

Y es que el verdadero amor es la aceptación de TODO lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca más podrá ser”.

La fe: Entregarse

Imagina que un Ángel está a tu lado en estos momentos… Silencio… Quédate tranquilo y piensa en todos los problemas que te gustaría solucionar. Todo lo que te angustia, te hace llorar, te oprime, te preocupa, te deja triste. Hasta tu miedo del futuro, de equivocarte, de escoger el camino errado… Piensa ahora en todo eso…

Abre tu corazón e imagínate entregando todo eso a Dios, a la Vida, al Universo o a Aquello en lo que tú creas. Coloca tus manos en posición de entrega. Imagínate entregándolo ahora, como quien entrega un saco bien pesado a otra persona para que lo lleve.
Ahora, imagina todo lo bueno que tu quieres que suceda, o lo que ya haya acontecido en tu vida. Momentos de felicidad, de amistad, de cariño, de paz, de amor…

Coloca todo en tus manos, imaginariamente, y haz el gesto de guardarlo en tu corazón, como se guarda una joya en una cajita. Coloca aquel tesoro guardado muy dentro de ti, y di “Gracias”, con mucha fe, de corazón. Agradece… por todo lo bueno que quedo y por todo lo malo que salió.

Cuenta hasta tres y respira bien profundo.

Ahora… imagina que el Ángel voló y se llevó tus oraciones hasta Dios.

Como mayor agradecimiento, envía esta bendición a quien tu crees que lo necesita y que pueda estar necesitando de ayuda. Incluso para aquellas personas que aparentan estar maravillosamente bien.

Y que DIOS te bendiga… Hoy y siempre

El valor de lo propio: El anuncio del periódico

Un comerciante se encontró con un amigo escritor y le dijo: “Necesito vender mi propiedad, que tú tan bien conoces, ¿no te importaría redactarme un anuncio para ponerlo en el periódico?”

Y el amigo escribió: “Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en las extensas arboledas, rodeado por las cristalinas aguas de un lindo riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes en la varanda.”

Algunos meses después, volvieron a encontrarse y el escritor le preguntó al comerciante si ya había vendido su tierra:

– No pensé más en eso – dijo el hombre – ¡Después de que leí el aviso que usted me escribió, me dí cuenta de la maravilla que tenía!

Acerca del autor
  • K. Laura Garcés G

    Escritora, terapeuta y conferenciante. Es una amante de la medicina natural y del poder de la mente y las emociones en el cuerpo y la vida.  Además, ha estudiado nutrición y desarrollado dietas apropiadas para apoyar este proceso de curación.Ha escrito más de 1500 artículos en revistas de España y México, ganadora de dos concursos literarios. Linkedin

     

14 Responder a “El desapego, el dolor, la paciencia”
  • irane dice:

    hermosos todos felicitaciones,HACEN SENTIR BIEN AL LEER ESTOS CUENTOS,ESCRIBAN MAS

  • LUISA dice:

    Muy bonito, considero que nos hace crear conciencia sobre muchos errores que se cometen a diario por culpa del estres.

  • NELLY dice:

    Me encanto y sé que me hizo sentir bién al leer el dolor, la paciencia, la fé y el amor que interesante a uno lo reanima cuando se siente mal, aún cuando estamos con estrees, gracias por escribirnos.

  • jesus dice:

    algo, aprendido pero visto desde otra perspectiva y me parece la mar de bonito, gracias.

  • laura dice:

    Realmente, pude sentir el angel al lado mio, y senti entregarle todo lo que me pesaba, y pude agradecer aquello bueno de mi vida. Agradezco tambien haber podido encontrar esas palabras. Llegaron en el momento justo de mi vida. Gracias.

  • sol dice:

    muchas gracias por lo que escribieron, la verdad es que hacen reflexionar y aprender que somos seres humanos y que necesitamos crecer para poder ser felices, y si una ventana se cierra es porque otras necesitan abrirse y que todo obra para bien.

  • Mei dice:

    Cambió la perpectiva del dolor que estaba viviendo y me dio alivio y fortaleza !! Gracias!!

  • akejandro dice:

    Gracias, cuando la vida me alcanza…llegan estos sabios cuentos a mi espíritu vagabundo…

  • lina dice:

    que bello…a veces a uno se le olvida todo esto…en este momento lo necesitaba..y me lleno el corazon de amor,esperanza y fe .

  • Fernando dice:

    Hermoso Hermoso La Fe Entregarse Lo hice y las lagrimas brotaron de mis ojos
    Lo encontre en el mejor momento

    Estoy mas tranquilo

    Fernando
    Caracas Venezuela

  • victor dice:

    Gracias por los relatos, no sabía que desapegarse es la pausa, es asumir el dolor y es la perfección del amor…mucha emoción al leerlos

  • sally dice:

    Que bonito y reconfortante son cada uno de estos sentimientos, como el verdadero amor la aceptación de la persona con errores y defectos, es necesario que a pesar de muchas cosas negativa en nuestro entorno estas no influyan en nuestro estado de animo y mas bien ser como el lirio limpio, puro y bello al apreciarlo.
    Defectos todos tenemos lo importante es corregirlos y ser cada vez mejores personas con buenos sentimientos. Cultivemos el amor , la fe y sobre todo a paciencia.

  • Sally dice:

    Que importante es inculcar estos valores en nuestros hijos pequeños para que crezcan con principios y sepan enfrentar las dificultades de la vida sin que estos los amilanen ni cambie su alegría y estado de ánimo. Sino que sean generosos, pacientes con la fe de que lograran los objetivos trazados con el esfuerzo que le pongan a sus sueños.

  • Sally dice:

    Cada una de estas reflexiones nos hace sentir comprometidos con nosotros mismos, de cómo somos y actuamos. Mientras podamos brindar alegría y apoyo a un ser querido, nos sentiremos útiles en la medida de nuestro desapego, sin importar si esa otra persona nos reconoce o no, la esencia del amor hacia esa persona hace que seamos más humanos.