El poder de ser auténtico (Ser o no Ser)
Ser lo que uno es tiene más poder y fuerza que lo que quizá pensamos. Actuar a partir de lo que simplemente somos es uno de los grandes pasos no sólo para lograr confianza y conocimiento personal, sino para desarrollar una espiritualidad profunda y una madurez de la mente.
Una persona que no es lo quiere ser, es decir, que no se acepta a ella misma, buscará la aceptación en el mundo de allá afuera, fingirá ser alguien que no es, intentara parecerse a lo que cree es aceptado, y tratara de vivir para los demás. Entre más uno intenta ser lo que los demás quieren o esperan de uno, más se pierde fuerza de carácter, confianza, estima y consciencia de lo que en verdad uno quiere realmente. Vivir de esta forma es ser artificial. Y lo artificial es algo no auténtico, es una copia: es algo, hasta cierto punto, mecánico y muerto.
Alejarse de uno mismo es una de las actitudes que más causa dolor, depresión y sufrimiento, es como poner en segundo término la grandeza que habita en nuestro interior. Además, pretender ser algo que no somos nos desgasta emocionalmente, porque se tendrá que hacer mucho esfuerzo para sostener algo que no fluye con naturalidad, es como tatar de cambiar el flujo de un río, o como intentar que una planta que da rosas, de violetas. Se requiere mucha energía para mantener algo que no es natural y espontáneo. Y este esfuerzo gasta, a la larga, no sólo el ánimo y las ganas de vivir, sino que a nivel corporal causa muchas tensiones innecesarias que a la larga pueden derivar en enfermedades de todo tipo. En este gran esfuerzo de mantener una falsa personalidad se pierde vitalidad, la gracia y viveza de la vida, lo cual se convierte con el tiempo en depresión o en sentimientos de aislamiento, ansiedad, angustia, etc.
El valor de la vida
El verdadero significado de la vida reside en ser y hacer lo que en verdad está en armonía e integridad con nuestro corazón. Cuando un deseo proviene del corazón, jamás puede conducir al sufrimiento sino a una profunda gratificación, aunada a una integridad y realización profunda. Cuando un ser humano en verdad se realiza a si mismo siendo lo que es, no hay dolor, porque las acciones y respuestas estaran vinculadas a los talentos y potenciales. Pero cuando se actúa en desarmonía con los talentos, habilidades, gustos y potenciales, y hacemos algo "que nada tiene que ver con nosotros", entonces hay una ruptura entre el mundo y uno mismo, se actuará robóticamente, es decir, siguiendo lo que los demás hacen, piensan y dicen, la creatividad estará frustrada, el ingenio y la astucia no fluirán, se limitara uno a seguir la consciencia social y los estereotipos, tratando de encajar en la aceptación ajena.
La vida es un juego para disfrutarse, y si algo impide el deseo de jugar “a la vida” es no ser lo que simplemente somos. Y si nuestro juego de ser quien somos se ve frustrado, se reflejara en todo lo demás, y nuestras relaciones, amistades, trabajo, dinero, etc traeran solo más deseos, ideales y sentimientos de insatisfacción. Si no aprendemos a conocernos y a actuar a partri de lo que sinceramente sentimos, no nos sentiremos plenos ni creativamente en paz hagamos lo que hagamos.
¿Cómo lograr ser lo que uno es?
Esta puede parecer una pregunta difícil, porque quizá antes habria que preguntarse: "¿Y que soy?", una pregunta quizá de compleja respuesta. Pero puede empezar uno a entender lo que es si se inicia un proceso de auto-observación y auto-aceptación de lo que uno siente y recibe de la realidad.
Todo lo que esta en nuestras vidas no esta ahi de una foma aleatoria o azharosa. Lo atraemos de acuerdo a como pensamos, vemos y sentimos la vida. Atender la realidad es una forma de poner atención a uno mismo. Y, sin embargo, poner atención a la realidad costara quizá trabajo si no aprendemos, antes, el valor de la auto-aceptación.
La auto-aceptación
La aceptación se va desarrollando desde la infancia, cuando el pequeño requiere atención y aceptación como base de su desarrollo personal. Sin embargo, no siempre se logra esta aceptación, pues muchas de las actitudes y formas de ser de padres y adultos que conviven con el niño, suelen ser reprobatorias, juiciosas y discriminativas, lo que va minando la seguridad y auto-aceptación del niño. Un niño suele ser muy espontáneo cuando es pequeño, pero si no es conscientemente bien conducido, puede minarse severamente su autoconfianza, lo cual repercutirá hasta su edad adulta.
Un adulto con la confianza o seguridad baja, es un adulto que no se acepta a si mismo, que se exige mucho, qu evive entre lo que pudiera ser y lo que ha padecido en el pasado, por lo que sufre o tiene problemas para relacionarse o entregarse con verdadero corazón a lo que simplemente es. Cuando un adulto a aprendido que es más importante mantener a todos contentos, que hay algo "malo" dentro de si", que hay que ser lo que los demás esperan, etc., se confundirá a menudo y se sentirá en ocasiones culpable, reprimido e inhibirá el mismo la espontaneidad, temiendo que por esto pueda ser rechazado o castigado.
Desafortunadamente, en la escuela, el trabajo, la televisión y otros medios de comunicación, se aprenden muchas conductas artificiales, aprende uno a estarse comprando y a competir, a tratar de ser lo que no se es y tener lo que todos tienen o se debe tener con tal de ser aceptados. Resumimos la vida en ser “la buena esposa”, “el profesional exitoso”, “la gran persona”, lo cual nos lleva, a la larga, a una gran soledad, porque la vida no se trata de ser algo especial, sino de fluir con nuestros más profundos anhelos. ¿Le cuesta al árbol ser lo que es? ¿Le cuesta a la lluvia llover donde tiene que hacerlo? ¿Pide permiso el clima para expresarse? ¿Se esforzará la luna por salir cada noche?
Muchas veces confundimos la fuerza de voluntad con tratar de encajar y ser en lo que no queremos ni encajar ni ser. La fuerza de voluntad es un estado creativo que nos ayuda a fluir, no es algo que tenga que desgastarnos.
Tampoco se trata de volverse alguien caprichoso que expresa de forma inmadura o rebelde lo que siente y piensa sólo porque "asi lo siente" o "asi es". No. Se trata de lograr un entendimiento con lo que verdaderamente sentimos y de madurar la verdadera realización, la cual no empieza por cambiar a todos para que "yo sea feliz", sino en conocerme, aceptrame y empezar a ser lo que de verdad soy. Si no soy feliz no es por que el otro o el mundo me hayan hecho algo, sino porque no he encontrado la forma de ser lo que quiero ser.
Asi pues, se puede empezar por observarse uno mismo y ver donde uno actúa como no quiere ser, donde intenta uno complacer sintiendose mal, donde uno da sin querer dar, y cuales son las razones sinceras por las que actuamos.
Buscar la aceptación sólo se detiene en el momento en que uno simplemente se acepta a si mismo tal y como es, sin juzgar las debilidades o carencias que uno encuentra en si mismo, y aprendiendo a fluir con los talentos y potenciales que uno tiene. Aceptarse es un estado de consciencia, requiere observación objetiva tanto de las debilidades personales como de las habilidades y talentos. Se requiere que entablemos una relación con lo que sentimos y aprendamos a fluir con inteligencia a partir de los anhelso más profundos del corazón.