Publicado: 03/12/2012 - Actualizado: 27/05/2016
Autor: Miriam Reyes
Quien haya tenido la oportunidad sabe, que montar a caballo o estar en su presencia es una experiencia única e inigualable. Los caballos son más bien orgullosos, y hay que llegar a ellos con más humildad que altanería.
Hay que ganarse su confianza. Es precisamente esto lo que lo convierte en un animal que provoca cambios terapéuticos en las personas que interaccionan con ellos.
La psicoterapia asistida con caballos se esta llevando a cabo en muchos centros, tanto europeos como americanos, pero la influencia de los caballos sobre el ánimo ya era conocida por los antiguos griegos.
Estimulación física
Estimulación muscular: Los caballos proporcionan la posibilidad la posibilidad de estimulación de prácticamente todos los músculos del cuerpo, mediante movimientos que se producen con ritmo. Esta especie de danza en contacto con el equino aporta facetas terapéuticas a niveles cognitivos, comunicativos y de personalidad.
Las sesiones comienzan siendo de unos 15 a 20 minutos, de 2 a 3 veces por semana, cuando el paciente avanza se puede llegar a sesiones de 60 minutos. No siempre el paciente se sentará sobre el caballo a horcajadas y mirando hacia la cabeza del animal; dependiendo del tipo de estimulación que se necesite, es posible que algunas veces se tumbe sobre el lomo, se siente mirando hacia la grupa o adopte otras posturas.
El terapeuta
El terapeuta debe estar relajado, sabiendo lo que hace manejando la situación con una naturalidad hacia el caballo y el paciente, intentando que siempre sea una experiencia gratificante y evitando el peligro. Es importante tener en cuenta que para muchas personas no es fácil enfrentarse a un caballo y mucho menos montar, puede resultar un poco intimidante y ocasionar inseguridad, por lo que el primer paso es que el paciente realice contacto con el caballo, se le acerque, le acaricie y tenga un tiempo de relación con el animal.
Nunca se debe obligar a nadie a hacer nada, se deben dar todos los parámetros para que el paciente decida acercarse y montar. En la relación persona-caballo siempre existen límites de una y otra parte, que se deben conocer y nunca pasarlos, ya que esto podría traducir la experiencia en algo negativo.
El caballo
Para cualquier tipo de terapia es indispensable que el caballo sea tranquilo, manejable que este acostumbrado a estar con muchas personas y que esté totalmente domado. Lo ideal son caballos con más de 7 años y de una raza rápida para el tipo de enfermedad. Es indispensable la buena actuación del psicoterapeuta, pues es él quien esta capacitado para trasladar la situación vívida con el caballo a beneficio del paciente.
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Los beneficios de la equino terapia
Seguramente te preguntaras como puede ayudar estar en contacto con un animal tan imponente. Sin embargo un caballo:
- Es incondicional a la persona. No le importa tu físico, si eres gordo, bajo, alto, delgado, etcétera. Simplemente pide que los entiendas.
- Nunca pregunta nada, pero exige una comunicación, lo que desarrolla nuestra capacidad creativa y la observación, de forma que te permite sacar lo mejor de ti mismo, por lo que puedes llegar a conclusiones que de otra manera sería muy difícil de lograr.
- Estar en contacto con un caballo, sirve para generar una interacción entre la persona y la naturaleza, desarrollando nuestro sentido de respeto con respecto a ella.
- Exige de mucha disciplina; que la persona se conozca a sí misma, sus limitaciones y la naturaleza.
- Transmite fortaleza. El estar en contacto con un animal de 500 kilos, mucho más poderoso que cualquier persona, poderlo dominar, y montar fortalece la autoestima.
- Transmite libertad, ayuda a las personas que no pueden moverse por sus propios medios a desplazarse sin necesidad de aparatos.
- En general, el caballo es una noble herramienta que ayuda al psicoterapeuta, dando a sus pacientes, la oportunidad de sentirse libres, y seguros.
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