Esclerosis múltiple: miedo, resistencia y cura con Medicina Tradicional China
La esclerosis múltiple es una afección que ocurre debido a una erosión o desgaste de los nervios debido a que el sistema inmunológico ataca a la mielina (que es la cubierta que protege a los nervios). Esta afección tiene como síntomas comunes la disminución de la energía y la coordinación motriz, se entumen las extremidades, etc.
Causas de la esclerosis múltiple según la Medicina Tradicional China
Esta afección, en la Medicina Tradicional China, es el resultado de una serie de tanto emocionales, dietéticos y espirituales. También puede deberse a un trastorno febril (en la temperatura del cuerpo), la cual aumenta debido, entre otras cosadesequilibrioss, a un exceso de toxinas acumuladas en el cuerpo que llegan a causar un aumento considerable en el organismo (o fiebre interna). Esta fiebre propicia un ambiente infeccioso y la incubación de todo tipo de gérmenes y bacterias.
Este proceso infeccioso va debilitando los músculos y el control del mismo, entre otras cosas. Estos desbalances, además de provocarse por una dieta deficiente y descuidada, están muy relacionados con una pérdida de enfoque espiritual, lo cual hace impacto en el mundo emocional de la persona. Cuando la persona pierde enfoque y se siente dispersa, “poco conectada” con lo esencial de la vida. Esta pérdida de sentido o de conexión llega a generar en la persona cierta dureza mental o una voluntad de hierro debido a una forma de ver la vida con miedo y resistencia. Esto predispone una acentuada tensión interior ya que la persona se siente “atacada”, y envía un mensaje al cuerpo de “exagerada protección o dureza”, afectando órganos internos debido a la tensión que esto provoca.
Estos desbalances emocionales pudieron ocurrir debido a una experiencia aterradora que la persona vivió, o a algo que le causo una fuerte perturbación que derivó en miedo. De alguna forma, la persona se quedó “trabada” en una fuerte necesidad de defensa o protección.
El miedo es una emoción que quema los fluidos y esencias vitales del organismo, los cuales son indispensables para nutrir el cuerpo y mantener un centro espiritual conectado con nuestra realidad. Cuando nos falta paz interior, hay una agitación en el cuerpo perturbadora que va desgastando y generando una destrucción interior o de no querer “conectarse” con la vida porque esta representa un peligro o amenaza. El miedo, entonces, ataca nuestros nervios, que son representantes de la comunicación en nuestro organismo, y los cuales sufren esta disposición emocional de no querer comunicarse o moverse hacia la vida, de que más vale estar alejado o distanciado de ella. Esta ruta emocional es lo que influye de alguna forma en la inhibición de la transmisión nerviosa a los músculos, que es un síntoma de la Esclerosis múltiple.
La Esclerosis múltiple es algo que se puede heredar, pero debemos recordar que no sólo heredamos rasgos físicos de los padres sino una disposición energética o emocional de ellos, es decir, heredamos los miedos, culpas, fortalezas y demás de nuestro tronco familiar.
Esta herencia, por otro lado, es lo que de alguna forma nosotros, como entidad espiritual, elegimos para nuestra evolución y crecimiento.
Alimentación y esclerosis múltiple
Si bien la dieta es un factor esencial en la cura de esta afección, no es de menor importancia nuestro trabajo espiritual o emocional.
Para esto, debemos incluir en nuestra dieta los suficientes minerales, el calcio y la vitamina C y E son esenciales para la cura de esta afección. Hay un tipo de calcio, el calcio AED (Fosfato de colamina), que resulta un elemento medicinal para curar esta afección. Se debe tomar en cuenta que para que un mineral se absorba bien por el cuerpo es necesaria una buena dieta, con suficiente vitamina D, C y del complejo B.
Emociones y esclerosis múltiple
Por otro lado, se debe aprovechar esta enfermedad como una oportunidad para ir a nuestro interior y observar aquello que nos afecta, explorar nuestros medos y aprender nuevas formas de enfrentar y sentir la vida. Hay que recordar que el cuerpo es una maquina maravillosa capaz de autocurarse y autorepararse, solo necesita los elementos, la disposición y el conocimiento para poderlo poner a funcionar. Combinando un trabajo espiritual o emocional con una dieta, la cura de esta afección es sin duda bastante elevada, y es factor básico para que la enfermedad no se torne crónica y vaya menguando.
Una forma de empezar a tratar esta afección desde su raíz fundamental es empezar a reconocer los miedos y a trabajar con una nueva conexión con ellos. Dicen por ahí que la mejor forma de trabajar con aquello que nos provoca temor es enfrentarlo. Y así es. Debemos aprender a ver nuestros temores y a empezar a cultivar nuevos pensamientos al respecto, recordar que hay algo dentro de nosotros capaz de transformar cualquier circunstancia y enfocar nuestro pensamiento en cosas que nos inspiren a la confianza y al gozo.
Las experiencias perturbadoras se vuelven una bendición cuando las enfocamos de otro modo y aprendemos de ellas. Todo en nuestra vida está ahí para que crezcamos, y todo puede engrandecernos si lo entendemos como parte de una naturaleza espiritual que nos quiere mostrar o empujar hacia algo que no sabíamos o no éramos conscientes. El miedo surge a través del pensamiento de que “la vida me ataca”. Pero la vida no puede atacar, ella esta ahí para ser vivida y entendida, y nosotros tenemos la misión de aprender a usar nuestros talentos y potenciales dormidos, y cada experiencia representa el reto para hacerlo.