Huida al Tibet: lejos del estrés y la cotidianidad
La búsqueda de nuevos destinos cada vez más distantes y muchas veces desconocidos, no obedece hoy a una simple necesidad de aventura. Los horarios de trabajo extendidos, largas horas frente al computador o al volante de un auto, en ciudades congestionadas donde se respira un aire muchas veces contaminado, sin hablar del ruido y la aglomeración de muchas personas en espacios pequeños, han hecho surgir la necesidad de escapar del estrés y acercarnos más a culturas que manejan una filosofía muy distinta en cuando al tiempo, la familia y la salud.
Uno de esos destinos es China, y más concretamente el Tibet, aunque este no pertenece a China, hay una gran influencia china en este lugar. Viajar a China es la oportunidad de descubrir paisajes maravillosos, numerosos templos que invitan a la reflexión y la admiración por una cultura que ejerce una enorme influencia en este tiempo.
Si vas a emprender esta aventura es muy importante que planifiques este viaje desde tu país de origen con una agencia de viajes seria, ya que no puedes ir por tu cuenta. Necesitas la visa para entrar en China y un permiso de entrada al Tibet. En el Tibet existen varios lugares de control donde se debe presentar el pasaporte. Las agencias te ofrecen algunos tours con la posibilidad de hacer modificaciones de acuerdo a tus intereses. Para el Tibet siempre vas a estar acompañado por un guía que habla inglés.
La magia de Lhasa y sus templos
La gente del Tibet habla su propio idioma, pero debes saber que si hablas inglés no vas a llegar muy lejos. Tanto en China como el Tibet es mejor anotar siempre las direcciones en chino con alguna persona nativa, pues los acentos son muy difíciles de pronunciar y diferenciar, y la mayoría de veces no te entienden. En este caso lo mejor es comunicarte con señas, indicando a dónde quieres ir o lo que deseas. Por ejemplo puedes comprar una tarjeta telefónica señalando tu teléfono móvil y comunicarte muy barato con tu país. En cuanto al internet sitios como Facebook o Twitter están bloqueados.
Los tibetanos son gente amable y muy religiosa, en su mayoría budistas y los templos y monasterios son muy visitados. Sus ritos y costumbres te transportan a otro tiempo en un ambiente místico, casi mágico y de profunda relajación. Usted ha huido del estrés está disfrutando una cultura muy diversa.
Los caminos son de difícil acceso y deberás viajar durante largas horas, de igual forma la infraestructura todavía no ofrece todas las comodidades para los visitantes. Si en China te asombraste con sus platos exóticos, que muchas veces no querrías saber cuáles son los ingredientes, la gastronomía en el Tibet no ofrece mucha variedad. Son típicas las tortillas de harina de cebada y un té muy sustancioso que incluye mantequilla de yak. Ocasionalmente se consume carne de jak. Pero también existen algunos restaurantes en el camino que ofrecen otro tipo de comida. Siempre es importante beber mucha agua porque el clima es muy seco aquí. Su capital Lhasa está a 3.650 metros de altura y otros lugares son aún más altos. Aquí se encuentra el Palacio del Dalai Lhama, y el monasterio de Johkang, que merecen una visita, así como el monasterio de Sera que tiene un jardín muy curioso en donde se reúnen los monjes, que pueden ser observados por los turistas. En todo el trayecto existen muchos más, y si te apasiona la cultura y la arquitectura tendrás varios lugares interesantes que visitar.
Es posible llegar al campamento base del Everest y hacer unas fotos hermosas cuando no está nublado. En general en la mayoría de lugares de China y en el Tibet no está prohibido tomar fotos, pero si incluyes a los nativos es mejor preguntarles. Para escalar esta montaña debes indicarlo antes en la agencia de viajes, además necesitas tener un buen estado físico, algunos días en el lugar para estar acostumbrado a la altura, equipo y un permiso especial.
Si tu afán es descubrir el encanto de una cultura milenaria y buscar el descanso y la paz de tu corazón en sus viejos templos, aspirar el aire puro de la montaña y disfrutar de cada paisaje mágico digno de una foto, el Tibet es el lugar perfecto para esta aventura que hoy comienza.