La agricultura ecológica y sus problemas por resolver
Si bien nadie puede negar el crecimiento y el avance de la agricultura ecológica española, tampoco se pueden pasar por alto algunos de los problemas que afectan a ésta modalidad.
Al hablar del caso concreto de Catalunya, sin duda, la agricultura ecológica, elaborada con criterios de sostenibilidad, va ganando espacio en el mapa agrícola catalán pero se presenta antes dos importantes obstáculos para consolidar su crecimiento: un mercado interior débil, y, el uso de transgénicos que amenazan su existencia.
Debilidad del Mercado Interno
Según un informe de "El Triangle", en los Països Catalans, el desarrollo de la agricultura ecológica se enfrenta, por un lado, al inconveniente de tener un mercado aún débil. Y es que éste es un sector nuevo y de aparición relativamente reciente y que no ha podido hasta ahora crear una estructura productiva y distributiva potente.
Desde la organización "Som el que sembrem" (Somos lo que Sembramos) explican que la mayoría de lo que se produce en Catalunya se destina a la exportación. Y reclaman: “Si desde la Administración hubiera más ayudas al desarrollo rural, favoreciendo la creación de nuevas empresas y de canales de comercialización, sería otra historia”.
Uso de Transgénicos
Por otra parte, la organización "Som el que sembrem" es promotora de una iniciativa legislativa popular para declarar Catalunya espacio libre de transgénicos. La idea es “permiten mirar con esperanza la posibilidad de generar otro modelo agroalimentario” ya que se consideran que los datos sobre la utilización de transgénicos van creciendo paulatinamente. En contraposición, en el resto de Europa, los cultivos transgénicos, han retrocedido ligeramente. Entonces, si bien se nota un avance de la agricultura ecológica, ésta ha sufrido severos golpes por culpa de los cultivos con entonces modificadas genéticamente. El portavoz de "Som el que sembrem", Josep Pàmies, informa lamentablemente que “en Catalunya hay más hectáreas de maíz transgénico que a los otros 24 países de la Unión Europea”.
Y los números asombran: en el conjunto de la UE hay cerca de 108.000 hectáreas transgénicas, de las cuales, 79.269 son en España y, de éstas, casi la mitad en Catalunya. El otro 50% reparte entre Castilla-La Mancha y, sobre todo, Aragón. El segundo país de Europa en cultivo con entonces modificadas es la República Checa, que en tiene 8.400 hectáreas.
Si bien ya se conocen y se han comprobado los efectos nocivos del uso de transgénicos en la salud de los consumidores, hay quienes afirman que la coexistencia entre el cultivo ecológico y el transgénico no produce ningún mal. Los defensores de ésta idea afirman que a 25 metros de distancia los efectos nocivos de las plantaciones modificadas desaparecen. Por su parte, el portavoz de Somos lo que Sembramos insiste en que “a 850 metros ya hay un 35% de contaminación”, es decir que los transgénicos no tienen sólo efectos sobre los cultivos ecológicos, “los convencionales también salen perjudicados porque todo acaba contaminado”.