La dieta Macrobiótica

Publicado: 11/07/2008 - Actualizado: 18/07/2016

En la naturaleza existen infinidad de contrastes: la oscuridad y la luz, lo que se expande y se contrae, lo masculino y lo femenino. Este principio, conocido en la cultura oriental como Yin y Yang, es el principio sobre el cual la macrobiótica esta basada.

La dieta macrobiótica, nacida en el Japón, aplica este conocimiento y lo resume de alguna forma bajo el criterio de que los seres humanos deben asumir la responsabilidad por su vida y su salud, deben propiciarse a si mismos un metabolismo natural y una vida basada en el equilibrio. Esta dieta no prohíbe prácticamente nada, y no exige creencia o religión alguna para poderse llevar a cabo. Se basa meramente en el concepto de que la alimentación es el punto fundamental que determina nuestra salud, y que todas las enfermedades se deben a la relación que mantienen con una flora intestinal que puede ser débil o con una  irrigación de sangre que podría ser demasiado ácida, envenenada o con células alteradas.

La importancia de la calidad de la sangre en la salud

La sangre es un elemento vital del organismo, está compuesta de células que mueren y nacen (alrededor de unas 280,000) a cada segundo. La sangre viaja por el cuerpo a una velocidad de 9 m por segundo por medio del impulso (presión) cardiaco, repartiéndose a cada célula y órgano del cuerpo, nutriéndole, esterilizando heridas, combatiendo gérmenes patógenos, transportando secreciones y distribuyendo compuestos químicos obtenidos de los alimentos. También la sangre recoge y elimina los desechos y toxinas celulares. 

Los valores vitales de la sangre están determinados por varios factores entre los cuales se encuentra la calidad del alimento que ingerimos. En realidad, nadie puede estar sano si su sangre no lo está, y el alimento juga parte importante en la elaboración de una sangre de alta calidad. Este es uno de los principios básicos a seguir en una dieta macrobiótica

¿En qué consiste?

La dieta macrobiótica busca el equilibrio tanto físico como emocional a través de un equilibrio en una dieta que divide los alimentos en:

Yang: si la "energía" del alimento es caliente, tonificante y contractiva como los cereales, legumbres, pescado, carne, la sal, verduras de raíz, etcétera, posee energía Yang. 

Yin: si la energía del alimento es fría, dispersante y debilitante como el azúcar, la miel, los lácteos y derivados cómo quesos, yogures, etcétera, las frutas (sobre todo las tropicales como plátano, mango, kiwi, papaya, piña…), verduras como las patatas, berenjena, camote, tomate y remolacha, el alcohol, etcétera, poseen energía Yin.

¿Cómo se lleva a cabo?

• La dieta macrobiótica elimina de la dieta (poco a poco) todos aquellos productos que poseen una energía débil, nociva u obstructiva, como los productos refinados entre los cuales encontramos el azúcar blanco, el pan blanco, los embutidos, la carne animal, los dulces o comidas industriales, las bebidas alcohólicas y los refrescos o jugos azucarados o procesados.

•Esta dieta introduce las algas marinas como uno de los principales aliemntos en la dieta diaria, por la gran calidad de energía que posee este alimento. 

•La dieta macrobiótica recupera el hábito de consumir cereales sobre todo integrales y cultivados sin pesticidas (orgánicos).

• La macrobiótica adecúa la dieta a cada persona según su constitución física, el país donde vive y la estación del año en que está.

•A esta dieta se unen toda una serie de remedios y alternativas de salud natural como el Shiatsu, reflexología, reiki, etcétera. 

•La dieta macrobiótica considera y busca el equilibrio emocional y espiritual de la persona. La dieta ayuda a establecer una consciencia integral, en dónde te hace reflexionar no sólo en el alimento, sino en nuestros estados emocionales y espirituales, los cuales influyen también en nuestra salud y que al atenderlos y equilibrarlos nos hacen  vivir de una forma más consciente, profunda y satisfactoria. 

Un menú de la dieta macrobiótica

Desayuno
Una infusión de té de tres años (té Bancha, un té muy suave sin teína) o té Mu (una combinación de dieciséis plantas) con una crema de mijo o de arroz (poner una taza de arroz o mijo con cuatro o cinco de agua y cocinarlo lentamente durante cuatro o cinco horas. Luego servirla con un poco de sésamo por encima. También se pueden cocinar con un poco de canela y de pasas).
Como alternativa de la crema de arroz o mijo se suele tomar galletas de arroz con puré de sésamo o algún paté vegetal.

Almuerzo (mediodía)

De primero sopa de miso que es una sopa de verduras con algas y un condimento salado de soja.
De segundo se toma un plato combinado donde suele haber arroz integral hervido con un trozo de alga Kombu y otra parte de proteína vegetal (legumbres, Seitán o gluten de trigo, Tofu o "queso" de soja, Tempeh o soja fermentada).
Como postre se puede tomar un poco de compota de manzana (la fruta siempre cocida) o un poco de pastel hecho con una base de copos de cereales o de sémola de maíz o de trigo (cous-cous) con gelatina de fruta hecha con alga Agar-agar.
Normalmente no se suele tomar postre sino una taza de té Bancha.

Merienda

Un té con unas galletas de arroz y un poco de mermelada o paté vegetal.

Cena

Una sopa (que puede ser de verduras con Shiitake, que es un hongo japonés, y daikon, que es como un nabo pero muy grande).
De segundo se suele tomar unas verduras al vapor o estofadas.
Si se tiene mucho apetito se puede acompañar con arroz o un poco de proteína.

Las ventajas de la dieta macrobiótica son muchas, pero si hay dudas siempre uno debe intentar asesorarse con un dietista o naturópata, y evitar sobre todo la obsesión a la “pureza” del alimento o a la hora de comer.  Hay que recordar que precisamente este tipo de dieta promueve el equilibrio, y siempre que uno se va totalmente hacía un extremo, se rompe la armonía. Hay que tomar en cuenta, también, que el alimento juega parte indispensable en la salud, pero que también es la actitud que tomamos ante las dietas lo que le confiere los valores y los resultados a dicha dieta.

Acerca del autor
  • K. Laura Garcés G

    Escritora, terapeuta y conferenciante. Es una amante de la medicina natural y del poder de la mente y las emociones en el cuerpo y la vida.  Además, ha estudiado nutrición y desarrollado dietas apropiadas para apoyar este proceso de curación.Ha escrito más de 1500 artículos en revistas de España y México, ganadora de dos concursos literarios. Linkedin