La Hipnosis Regresiva y la Autohipnosis
La Hipnosis es una de las prácticas con más polémica en el área de la ciencia. La introducción de una influencia ajena en el inconsciente de la persona ha desatado todo tipo de comentarios, hay quienes están a favor y hay quienes esta en contra, además de que hay mucha controversia en torno a la validez ética de esta práctica, ya que se aplica no sólo en consultorios psicológicos, sino en la medicina. Sin embargo, esta alternativa ha sido en verdad una valiosa alternativa para muchas personas que buscan un equilibrio y bienestar en la salud física, emocional y mental.
¿Qué es la hipnosis?
En Wikipedia podemos encontrar la siguiente definición: La hipnosis es una condición fisiológica en la cual todas las personas pueden ser inducidas a mostrar varias diferencias en su pensamiento y conducta. Aunque algunos individuos experimentan un incremento en sugestibilidad y sentimientos subjetivos de un estado alterado de conciencia, no es igual para cada persona particular.
La hipnosis tiene muchas ramas, y en esta ocasión nos concentraremos en la hipnosis regresiva y la autohipnosis.
Brian Weiss y la hipnosis regresiva
La Hipnosis Regresiva, la cual tiene como uno de sus exponentes más importantes al doctor Brian Weiss, es una de las alternativas más usadas en la psicología transpersonal. La Hipnosis Regresiva, tal como indica su nombre, induce al individuo a un retroceso de sucesos. Se pretende que con este tipo de hipnosis el individuo contacte con experiencias que no fueron comprendidas del todo y que influyen en su vida actual de forma no positiva. Con este tipo de hipnosis se intenta que el paciente entienda el porque de sus experiencias pasadas, que contacte con aquellas situaciones que le causaron mucho dolor, confusión, temor o resentimiento, y encuentre la forma de darles solución por medio de obtener una visión clara y objetiva de las experiencias que le causaron mucho dolor, además de la liberación de emociones contenidas y guardadas de tiempo atrás, emociones que influyen, muchas veces de forma intensa, la vida presente.
¿Cómo funciona la terapia regresiva?
En este tipo de hipnosis el terapeuta hipnotiza al paciente llevándolo hacia momentos anteriores al tiempo presente, pueden ser momentos cercanos al aquí y ahora, como hace un año o dos, hasta momentos más alejados, como la infancia, momentos intrauterinos o, incluso, hasta tiempos mucho más distantes como lo son otras vidas o encarnaciones pasadas.
Liberación de emociones contenidas
Esta práctica es de lo más vasta y compleja, y requiere un grado de estudio profundo para que el terapeuta pueda en verdad lograr un resultado exitoso cuando la aplica. Es necesario que el terapeuta tenga estudios de psicología cognitiva conductual, que sepa como manejar reacciones emocionales del paciente de forma inteligente, pues, durante una sesión de hipnosis regresiva, un paciente podría tener descargas de ira, de depresión, de llanto, en fin, todo tipo de emociones que pudieran estar muy arraigadas.
La autohipnosis
Hay muchos tipos de autohipnosis, la cual consiste en obtener por medios personales, determinados objetivos, pero todos ellos podrían concluir en un solo objetivo común: reducir la tensión y buscar una relajación profunda tanto física com mental y emocional.
¿Cómo se efectúa esta práctica?
Existen diversas técnicas para obtener un estado autohipnótico. Una de ellas es encontrar un espacio lo más cómodo posible y aislado de ruido y distracción. Es importante, si es un lugar ruidoso, buscar algún tipo de música muy calmada en la cual pueda uno concentrar su atención. Hay que buscar, en este lugar, una posición en dónde nos sintamos realmente cómodos, lo más recomendable es estar acostado en una colchoneta.
Una vez listos, hay que seguir estos pasos:
1. Extender el brazo verticalmente con el puño cerrado y el pulgar extendido lo llevaremos hacia atrás de nuestra cabeza siguiéndolo con los ojos pero sin mover nuestro cuello.
2. Una vez que nuestros ojos ya no puedan seguir el pulgar, hay que mantener esta postura hasta sentir el cansancio suficiente como para sentir placer de cerrar los ojos.
3. En este momento, hay que cerrar los ojos y baja el brazo.
4. Hay que repetir esto con el otro brazo.
5. Luego de esto, nos concentraremos en la respiración, sentiremos como entra y sale aire de nuestra nariz, sin forzarla, sin respirar profundamente, tan sólo tomando conciencia de cómo el cuerpo se infla al inhalar y cómo se desinfla al exhalar.
6. Cuando se exhale, hay que pensar que sale del cuerpo toda tensión. JHAy que repetir esto hasta que se sienta el cuerpo muy relajado.
7. Ahora, hay que visualizar una pequeña esfera luminosa (del color que uno prefiera) que se enciende en el corazón, y comienza a recorrer, a rodar muy suavemente por cada parte del cuerpo. Primero empezara por irse hacia algún lado de los hombros y subirá hasta la cabeza, hay que sentir como rueda con su luz y va entibiando la parte del cuerpo por donde pasa. Hay que evitar hacerlo rápido, hay que hacerlo lo más despacio posible, poniendo atención en esas partes del cuerpo que no notamos con frecuencia, como las raíces del cuero cabelludo, la nuca, la columna vertebral, etcétera. Hay que visualizar que la esfera de luz va dejando “prendidas” con su color, todas las partes del cuerpo por donde pasa.
8. Si hay alguna parte enferma, tensa o debilitada, la esfera deberá detenerse ahí y quedarse hasta que la luz provoque una sensación placentera.
9. Por último, hay que regresar la esfera al corazón, y de ahí sacarla del cuerpo e imaginar que se va al sol, donde se funde con toda la tensión o dolor recogida del cuerpo.
Esta meditación es excelente para personas muy tensas, enfermas o personas deprimidas.