Publicado: 03/10/2013 - Actualizado: 26/02/2018
Autor: Miriam Reyes
La patata no sólo es muy sabrosa, sino también muy nutritiva. Resulta un tubérculo común en la cocina, formando parte de varias preparaciones que muchos de nosotros solemos disfrutar desde nuestra infancia.
Su cultivo es uno de los principales a nivel mundial, crece en climas distintos y suele ser consumidas por la población local, de forma que su precio es regularmente estable y accesible. Se estima que se ha consumido desde hace más de 8,000 años.
La planta de la patata es una solanácea, tal como el tomate y el pimiento. Sus hojas producen almidón, mismo que se desplaza a los tallos subterráneos formando tubérculos.
La nutrición de una patata
Aunque suele tener una mala fama debido a su contenido energético, las patatas pueden ser muy nutritivas si se les prepara apropiadamente, he aquí sus propiedades nutricionales:
Carbohidratos: Alrededor del 14.2% de la patata son hidratos de carbono, por lo que se ha comparado con los cereales. Sin embargo, la absorción de sus carbohidratos puede retrasarse si se combinan con vegetales y un poco de aceite de oliva. Es aconsejable comerlas con la piel, ya que ésta aporta fibra.
Proteínas: Una ración de 100 gramos de patata, puede cubrir en un 3-4% la ración diaria de proteínas, siendo una buena fuente de lisina y triptófano.
Vitaminas: Cuando están crudas su vitamina principal es la C, sin embargo, tiende a desaparecer después de la cocción, no obstante, si se cuecen al vapor, las patatas pueden conservar algo de su vitamina C. También es una buena fuente de vitaminas, tan sólo 100 gramos puede cubrir el 13% de los requerimientos diarios de vitamina B6, así como el 13% de la dosis diaria requerida de B1, y en un 4% de la vitamina B2, de esta forma la patata resulta muy beneficiosa para el buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso.
Minerales: Es una rica fuente de potasio, un mineral que contribuye al equilibrio de los líquidos en el organismo, regulando así la presión arterial. Sin embargo, para no arruinar éstos beneficios, se recomienda no consumir con sal. También aportan otros minerales como el magnesio, hierro, cobre e incluso zinc.
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A medida que se han estudiado, se han descubierto en estos tubérculos, varios tipos de antioxidantes, entre ellos están la kukoaminas, que sólo se habían encontrado en las bayas goji, y que tienen un efecto regulador de la presión arterial.
Que no te engorden
La patata ha contribuido a la buena salud y nutrición de muchas personas a lo largo de la historia, sin embargo, en los últimos años, ha sido señalada como una de las culpables de la obesidad. Esto se debe en gran medida a qué las tablas de Índice Glicémico (IG) han catalogado a la patata cocida y puré, como alimentos de alto IG, lo cual quiere decir, que tiene la capacidad de elevar los azúcares en sangre y por lo tanto, se relaciona tanto con diabetes como obesidad, sin embargo, la patata combinada con alimentos apropiados y en raciones adecuadas puede ser un alimento muy saludable.
Freír no es un método muy recomendable, si se fríen, se sugiere hacerlo con poco aceite, y de preferencia emplear aceite de oliva. Los aceites como el de girasol y maíz, suelen ser sensibles al calor y liberan compuestos tóxicos cuando se les caliente en exceso, tales como los hidrocarburos y las acrilamidas. En cambio las patadas al vapor, conservan muchas de sus vitaminas, y sus calorías son las equivalentes a las del arroz y la pasta.
Utilízala en ensaladas, cocidas al vapor, o cruda, prefiérela en preparaciones sin tanto aceite, y evita añadirles demasiada sal. Cuando se consumen al vapor, las patatas son buenas para la digestión.
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