Publicado: 19/04/2010 - Actualizado: 01/10/2018
Autor: K. Laura Garcés G
Ya hablamos de la importancia de las legumbres y los cereales integrales en este siglo, y no nos queda más que seguir por el interesante paseo de este estupendo libro titulado Alimentos Saludables para el Siglo XXI, de Laura Kohan, en donde nos encontramos, en el tercer capitulo, con las amigas más pequeñitas de la alimentación pero con grandiosos beneficios para la salud: las semillas.
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¿Qué es una semilla?
La semilla (pepita) es el pequeño cuerpo que forma parte de un fruto, y que tiene la propiedad de dar vida a una nueva planta. Las semillas se producen en la planta por la maduración de un óvulo de una gimnosperma o de una angiosperma. Una semilla contiene un embrión que puede desarrollarse, pero además contiene una fuente de alimento almacenado y está envuelto en una cubierta protectora.
¿Cuántos tipos de semillas hay?
Hay muy diversos tipos de semilla. Esta la semilla de girasol, calabaza, lino, arroz, frijol, maní, sésamo, mijo, pimienta, melón, sandía, alpiste, avena, trigo, manzana, etc. La mayoría de las semillas pueden ser comestibles, aunque hay algunas de ellas que destacan porque son fuente poderosa de nutrientes y agentes especiales para combatir innumerables enfermedades. Por ejemplo, la semilla de Lino, que, como explica Laura Kohan en su libro, “… en los últimos dos años ha suscitado tanto interés en la comunidad científica, por los efectos de su ácido gammalinoleico, que ya hay miles de artículos recogidos en publicaciones médicas sobre sus aplicaciones en la salud. Entre estos efectos se encuentra, por ejemplo, su poder para reducir las inflamaciones en enfermedades como la artritis reumatoide.”
Nutrientes esenciales en las semillas
Entre los componentes principales de las semillas, podemos encontrar que en algunas de ellas hay grandes concentraciones de fitoesteroles, unos lípidos vegetales que se vislumbran como importantes agentes para combatir el colesterol, reforzar las defensas y disminuir el riesgo de contagios y enfermedades infecciosas, y de contraer todo tipo de cánceres. Las semillas son consideradas en la actualidad como las reinas de los fitoesteroles.
¿Cuáles son las semillas más recomendadas en la dieta?
Entre las semillas más importantes para la dieta humana, podemos encontrar las que Laura Kohan nos recomienda (y con buenas razones) en su libro:
La semilla de Lino (linaza dorada): la palabra “lino significa algo así como “el más útil”, lo cual ya nos da referencias de su gran valor nutricional. Las semillas de lino destacan por su gran poder laxante, siendo muy útiles para la salud del colon, intestinos y aparato digestivo. Estas semillitas son excelentes para depurar a profundidad, combaten el estreñimiento y una gran cantidad de enfermedades que derivan de un mal funcionamiento intestinal. Además, son excelente fuente de ácidos grasos Omega-3, los cuales refuerzan la salud del corazón y sistema cardiovascular, ayudan a disminuir el colesterol nocivo en la sangre. También, las semillas de lino se recomiendan para mujeres en periodo de la menopausia, ya que son rica fuente de fiotoestrógenos, los cuales ayudan a suavizar los efectos en esta etapa, así como también ayudan a una buena regulación de la ovulación, importante a tomar en cuenta para aquellas mujeres que desean ser madres. Las semillas de lino las puedes usar en la cocina en muy diversos platillos, desde postres, salsas y demás, hasta aguas!
SÉSAMO (AJONJOLÍ): esta diminuta semillita posee altos niveles de calcio y zinc, por lo que son muy recomendadas en personas que padecen osteoporosis, en niños en etapa de crecimiento y para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Son también una fuente abundante de manganeso y cobre, y dos sustancias únicas, el sesamín y sesamolín, las cuales, entre otras cosas, protegen al hígado. Es una semillita con la taza más alta de fitoesteroles.
SEMILLAS DE GIRASOL: estas semillitas provienen de una de las flores más llamativas y hermosas: el girasol. De esta flor se extrae un aceite con excelentes propiedades para la salud cuando es prensado en frío y no esta refinado ni hidrogenado. Además de este aceite, de la planta se extrae una de las semillas más energéticas que hay, las semillas de girasol, las cuales son ricas en vitamina E, vitamina B1, magnesio y selenio.
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SEMILLAS DE CALABAZA: se utilizan en muchos platillos mexicanos, además de utilizarse en moles y platillos, con ellas se elabora un famoso dulce de semillas de calabaza el cual, además de ser delicioso, es muy nutritivo y saludable. Las semillas de calabaza son excelentes para tratar problemas de artritis o inflamaciones, ya que poseen propiedades antiinflamatorias. También es buena para combatir parásitos intestinales. Son ricas en minerales, ideales en las dietas de personas anémicas, niños, deportistas, etc. Además de todo esto, ¡son antidepresivas!
Además de estas semillas, en el libro de Laura Kohan* podrás encontrar otras semillas como la semilla de cáñamo, hinojo, angélica, cardomomo, comino, mostaza, anís, cilantro, apio, eneldo, etc., las cuales son también muy benéficas para la salud, pero que muchas veces descartamos de las dieta por que no las conocemos o sabemos utilizar. Pero no te preocupes por esto, que Laura te dará tips de cocina, explicará la forma correcta de ncluirlas en la dieta y, además, encontrarás unas deliciosas recetas con semillas.
Mientras, aquí te dejo la deliciosa receta del:
Dulce de semillas de calabaza con sésamo:
Ingredientes:
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MAS EN BIOMANANTIALSirope de Savia
• 4 tazas de semillas de calabaza, sin cáscara
• 1 taza de semillas de ajonjolí
• 2 libras de piloncillo (azúcar morena)
• Rallado o partido en trozos 1 cuartillo
• 4 tazas de agua
Procedimiento:
1. Forrar una fuente para hornear de 13×9 pulgadas con papel pergamino o papel encerado; reserva. Tuesta las semillas de calabaza en una sartén pesada a fuego medio-bajo de 3 a 5 minutos, o hasta que las semillas exploten, sacudiendo la sartén de vez en cuando para mover las semillas. Déjalas enfriar. Ponlas en un procesador de alimentos o en un mortero grande. Añade las semillas de ajonjolí; procésalas hasta que las semillas de calabaza se quiebren, pero no las muelas. Resérvalas.
2. Mezclar el piloncillo o el azúcar morena y el agua en una cacerola grande y pesada. Deja que hierva a fuego medio; cocina, revolviendo frecuentemente, hasta que el piloncillo se disuelva por completo. Continúa cocinando, sin revolver, hasta que la temperatura alcance 245°F en un termómetro para dulces, o hasta que al dejar caer una gota de almíbar de piloncillo en agua fría, ésta forme una bolita firme pero flexible.
3. Agregar la mezcla de semillas: mezcla todo bien. Vierte esto inmediatamente en la fuente para hornear que preparaste. Déjalo enfriar completamente. Córtalo en barritas del tamaño que guste y ¡listo!
Este artículo esta basado en el siguiente libro:
Titulo: Alimentos saludables para el siglo XXI*
Autora: Laura Kohan
Editorial: Local-Global
Acerca del autor