Limpieza de la piel
La piel es el órgano más grande que recubre todo nuestro cuerpo y asegura su protección. Más que una simple envoltura para el cuerpo desempeña una función de barrera contra los gérmenes e impide que el agua penetre en nuestro cuerpo.
La piel necesita estar limpia para poder respirar. Sin embargo una excesiva higiene puede causar trastornos que perjudican el normal funcionamiento de nuestra piel.
Con una limpieza adecuada se eliminan:
• Residuos de maquillaje
• Sudor
• Polvo y otros contaminantes en el ambiente
• Aceites naturales segregados por la piel
• Células muertas
Sin embargo el exceso de limpieza disminuye las defensas de nuestra piel, la irrita y la expone a los efectos de los agentes agresivos como el sol, la polución y las infecciones. En nuestra piel viven millones de bacterias que nuestro organismo necesita para mantener la piel sana, y una limpieza excesiva puede mermar también la actividad de estas bacterias.
Limpiarse la cara dos veces al día es lo adecuado. Más de dos veces no es recomendable. Si tienes la piel seca, se seca aún más con los productos limpiadores, y si tienes la piel grasa las glándulas se estimulan y actúan segregando más aceite, o sea la piel se vuelve más grasosa.
La limpieza nocturna es muy importante, pues durante la noche la piel se relaja de las tensiones gesticulares y es el momento idóneo para favorecer los efectos de cremas nutritivas, regeneradoras y antiarrugas que se apliquen, que sin una piel limpia obstaculizan la penetración de los productos nocturnos.
Después de un descanso de una noche la piel segrega aceites naturales y residuos por transpiración que son deseables eliminar. Una limpieza matutina es necesaria para retirar estos aceites y residuos, y prepara el cutis para aplicar una hidratante de día con protector solar o maquillaje, que no debe ser oclusivo.
¿Cómo me limpio la cara?
1. Primero asegurar que se tienen las manos limpias. Si las manos estuvieran sucias se podría estar esparciendo bacterias sobre la cara lo que provocaría posibles irritaciones.
2. Ahora se está preparada para limpiarse la cara con un limpiador adecuado. Algunas esteticistas usan esponjas especiales para realizar esta tarea. Otras recomiendan el uso de la punta de los dedos. Como no existe evidencia de que una técnica sea superior a la otra, seleccionar la que más guste. Si se usan esponjas, es importante mantenerlas limpias para evitar el desarrollo de bacterias. Procurar que los movimientos sean ligeros y nunca estirar la piel. Los movimientos deben ser hacia arriba o circulares y siguiendo la línea natural de los músculos. Si se sigue la línea de los músculos con movimientos suaves se estará masajeando la piel, lo cual estimula la circulación y favorece el aporte de nutrientes a tu piel.
3. Siempre que se pueda se debe usar agua a temperatura ambiental, para evitar contrastes. Evitar sobre todo el uso de agua caliente porque se pueden romper capilares. El agua fría cierra los poros y aumenta la circulación pero reseca la piel. Evita siempre los extremos.
4. Secar la piel suavemente con una toalla limpia sin restregar y, sino se va a aplicar maquillaje inmediatamente, dejar la piel un poco húmeda.
¿Crema limpiadora o sólo con jabón?
La mayor parte de los jabones son alcalinos (pH alto) por lo que tienden a secar e irritar la piel. Es especialmente no recomendable para pieles delicadas, sensitivas, maduras o secas. Algunos dermatólogos recomiendan el uso de jabones especiales para tratar el acné. Si usas jabón, este debe de contener humectantes.
La crema limpiadora (jabón, gelatina o loción) debe ser especial para tu tipo de piel. Los limpiadores para pieles secas, sensitivas o maduras usualmente son de consistencia cremosa, para pieles grasosas son gelatinosos.
Si sientes tu piel muy seca después de limpiártela trata de usar una limpiadora mas suave. De igual manera si sientes la piel muy grasosa podría ser que no estas usando los productos mas apropiados para tu piel.
Ingredientes Dañinos para le Piel
Evita los productos que contienen:
• Fragancias fuertes. Las fragancias fuertes, normalmente son artificiales y añaden químicos innecesarios. En el pasado eran más comunes. Las fragancias naturales provenientes de plantas si son beneficiosos. Usualmente son aromas más sutiles.
• Colorantes. Son añadidos a los cosméticos para hacerlos lucir más atractivos.
• Alcohol. Seca la piel.
• Aceite mineral. Cubre los poros, es muy usado en cosméticos porque es un ingrediente de bajo precio. Hasta las marcas más exclusivas lo usan.
Además del cuidado diario una o dos veces a la semana necesitas exfoliar tu piel y usar una mascarilla. Si tienes tiempo haz una sesión casera de estética con una exfoliante, una mascarilla, un tónico y la crema que más se adecue a tu tipo de piel. La piel respirará y se verá más luminosa e hidratada.
Fuente: Cosmética Armonía