Linfedemas y Celulitis
¿Qué es un linfedema? Para dar una idea sencilla de lo que esto es, hay que hablar del sistema linfático, el cual está constituido por una red de tejidos, órganos y vasos de paredes mucho más delgadas que la de las venas. Estos conductos contienen linfocitos (glóbulos blancos) que participan en el combate de enfermedades e infecciones. Músculos y válvulas dentro de estas delgadas paredes cercanas a la superficie de la piel ayudan a recoger fluidos y proteínas de los tejidos de todo el cuerpo a través de un líquido incoloro llamado linfa, la cual los deposita en el torrente sanguíneo.
La linfa es transportada lentamente a través de vasos linfáticos, y en su recorrido atraviesa pequeñas estructuras en forma de frijol a las que se les llama ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos filtran las sustancias tóxicas o dañinas del cuerpo y activan al sistema inmunológico (de defensa) del cuerpo. Cuando hay proteínas u otros compuestos grandes que no pueden ser transportados, se adhieren a las paredes de las venas pudiendo llegar a acumularse, y al cabo de un tiempo formar grumos (edemas), y como consecuencia un bloqueo en el sistema linfático. Cuando esto sucede, la linfa se va acumulando en el tejido graso (adiposo) que se encuentra debajo de la piel (dermis), dando origen a los llamados linfedemas, problema que, cuando afecta las extremidades inferiores, los pies, tobillos y piernas suelen hincharse.
Esto suele suceder sobre todo en el embarazo cuando hay sobrepeso, durante el periodo menstrual, por permanecer mucho tiempo de pie o cuando hay clima caluroso. Afecta principalmente a las mujeres y los síntomas, además de la hinchazón, es la elevada temperatura en esta zona, y una sensibilidad mayor.
Existen varios tipos de linfedermas, los primarios, que pueden aparecer en cualquier etapa de la vida, en dicha categoría se ubican aquellos provocados por la obstrucción de la linfa que se presenta en la adolescencia debido a los desajustes hormonales que el cuerpo experimenta en esta etapa de la vida, y que suelen desaparecer en cuanto el organismo se estabiliza.
Los linfedermas secundarios son consecuencia de un bloqueo o interrupción en el sistema linfático, el cual usualmente se da en las ingles y las axilas, y puede deberse a infección, cáncer o tejidos cicatrizados como consecuencia de intervención quirúrgica, (suele suceder en mujeres a quienes se les extirpa un seno por tumor), radioterapia, etcétera.
Los linfedemas terciarios ocurren frecuentemente después de una picadura de insecto o una lesión o quemadura leve; la zona afectada suele mostrarse hinchada, sensible al tacto y muy caliente. En este caso se aconseja la elevación del miembro y la administración de alguna terapia o remedio para su mejoría.
El desarrollo de linfedemas se puede deber a varias causas, una entre las cuales se encuentran:
La celulitis: esta afección se caracteriza por la formación de grumos y depósitos grandes e irregulares de grasa en zonas como los muslos, la cadera y las nalgas. La celulitis es consecuencia de que las venas ubicadas en estas regiones pierden tonicidad y elasticidad, lo que ocasiona que la sangre no circule fluidamente y que las células no sean nutridas como deberían serlo. Cuando la acumulación de grasa se excede o es anormal, destruye el colágeno y la elastina (elementos que ayudan a mantener la piel suave y firme), y es esto lo que provoca la flacidez. Si esto no se corrige el problema empeora con los años, principalmente si se lleva vida sedentaria, una dieta deficiente, baja en fibra y alta en grasas saturadas.
Otra de las causas que provocan los linfedemas es el sobrepeso y la radioterapia que se emplea para combatir el cáncer en ciertas regiones, la cual puede afectar considerablemente los ganglios linfáticos de zonas aledañas a la zona afectada.
Prevenir los linfedermas
- Moverse: la actividad física mantiene activo y saludable el sistema circulatorio, y de esta forma se hace más fluida el desplazamiento de la linfa.
- Evitar la celulitis: detectar la celulitis antes de que aparezca es el mejor remedio para combatirla. Si sientes dolor o pesadez en las extremidades, si hay enrojecimiento, pérdida de fuerza o hinchazón en pies y manos, hay que tratar de inclinarse en llevar una dieta baja o nula en grasas saturadas, evitar a toda costa frituras, embutidos, leche de vaca y sus derivados. Hay que iniciar de inmediato una rutina de ejercicio como correr, nadar o bailar, además de que se debe uno acostumbrar a estar en alguna tabla inclinada por al menos 20 minutos al día, de manera que la contra gravedad permita a los vasos una circulación más fluída y vigorosa.
- Evitar el sobrepeso: lleve una dieta muy baja en proteínas animales y elimine el azúcar blanca. Por otro lado, aumente el consumo de fibra, agua pura y vegetales frescos.
Para controlar las molestias y prevenir los linfedemas, se recomienda además el masaje linfático, el cual debe ser aplicado por fisioterapeutas especializados, con el fin de conseguir drenar los conductos linfáticos de la piel.