Lo que no debe comer tu bebé

Publicado: 08/08/2012 - Actualizado: 20/07/2017

En una anterior entrega nos enteramos de cuáles son los mejores alimentos para tu bebé, los más energéticos, nutritivos y provechosos para su salud, hoy, sin embargo descubriremos la contraparte, qué es lo que no debe comer, debido a sus grandes cantidades de sal, grasa, calorías, azúcar y bajos nutrientes.

Empezamos la lista con la comida chatarra que es la más perjudicial, incluso para los mismos adultos. En el caso de los bebés, comiendo comida chatarra se llenan de calorías que no necesitan en demasía y no de sustancias nutritivas, luego ya no tienen apetito para los alimentos saludables.

Dentro de ese rubro se encuentra la gaseosa o soda.

Gaseosas

Aunque te cueste creerlo hay muchos padres que le dan de tomar soda a sus  hijos siendo muy pequeñitos, incluso desde los seis meses de edad, cuando ya pueden introducir en su alimentación dieta sólida, existen encuestas que corroboran lo enunciado. Padres que no miden el tamaño de su irresponsabilidad y ante cualquier señal de que sus hijos tienen sed, le dan de tomar la bebida gasificada.

Las sodas no proporcionan ningún tipo de compuesto nutritivo a la salud de las personas, por el contrario presentan elementos adictivos y además en exceso puede llegar a descalcificarnos por la presencia de ácido fosfórico.

Asimismo, hoy se conoce que sólo un vaso de gaseosa, contiene aproximadamente unas 10 cucharadas de azúcar. Según los especialistas, la cantidad de fructosa y glucosa, azúcares simples presentes en estas sustancias, hacen daño al metabolismo, porque llegan más rápido al torrente sanguíneo y elevan el porcentaje de colesterol en la sangre, afectando las arterias. Si tu bebé consume gaseosa este azúcar puede acabar con sus dientecitos y dañar sus encías.

Jugos procesados

Es verdad que los jugos están hechos de frutas, pero eso no significa que sean sanos. La fibra que contienen las frutas frescas, por ejemplo, se pierden casi totalmente durante el proceso de preparación de los jugos, y lo que queda es un montón de azúcar, el mismo de las sodas.

Pese a que los fabricantes lo promocionen y aleguen que son ricos en vitamina C y que los bebés lo necesitan, no te dejes engañar, nuestros hijos pueden obtener todas las vitaminas que requieren a través de fruta y vegetales frescos.

Lo mejor para los bebés menores de seis meses es la leche materna, con ello no necesitan consumir ningún otro tipo de líquido. Los bebés de 6 a 12 meses pueden tomar pequeñas cantidades de agua, pero la leche materna o de fórmula debe seguir siendo su principal bebida.

Galletitas saladas

Puede que sean muy prácticas para los bebés que empiezan a morder y masticar, el problema es el mismo con el ejemplo de la comida chatarra, porque de tanto mascar las galletitas luego los nenes se pueden rehusar a comer algo más. Además los invita a desarrollar el gusto sólo por alimentos salados. Una encuesta presentada en la Asociación Dietética Estadounidense de 2009 halló que cerca del 75 por ciento de los niños de 1 a 3 años, y de edad preescolar consumen más de la cantidad diaria de sodio recomendada.

Comidas procesadas

Cuanto más haya sido modificado el alimento, más aditivos y compuestos artificiales lo acompañan. Al pasar por demasiados procesos de preparación, los alimentos pierden gran parte de su valor nutritivo y ganan aditivos poco saludables en exceso, como azúcar, sal y grasa.

Postres de gelatina

Aunque lo que podríamos rescatar de consumir gelatina es el colágeno que se gana para el sistema óseo, según diversos nutricionistas, la gelatina no es una comida sana para los bebés. Se resalta su poca cantidad de proteína y su alta presencia de azúcares, colorantes y sabores artificiales.

Por la salud de nuestros más pequeños prefiramos los alimentos frescos, sanos y nutritivos, ellos nos lo agradecerán en un futuro, sin embargo si queremos dotarlos de buenos hábitos alimenticios debemos empezar por nosotros mismos, sólo se puede educar con el ejemplo.

Acerca del autor
  • S.M. Aiquipa

    Licenciada en Comunicación. Ha complementado su trabajo como periodista con un profundo estudio sobre la dietética y los habitos de vida saludables. Sally tiene una sólida formación en periodismo y grandes dotes para la comunicación. Es capaz de explicar de forma clara, sencilla y entendible conceptos complejos o estudios científicos de alto nivel. Perfil en Linkedin.