Manifiesto de Berlín. Contra los Transgénicos y por la Biodiversidad
Conclusiones de la conferencia Regiones libres de OMG, biodiversidad y desarrollo rural en
Europa. La conferencia, que tuvo lugar los 22/23 de enero en Berlín, reunió a 190 participantes de 28 países europeos. Concluyó con el siguiente manifiesto:
Manifiesto de Berlín por las regiones libres de OMG y la biodiversidad en Europa Nuestra Tierra, nuestro Futuro, nuestra Europa
Las regiones europeas tienen el derecho de determinar su propia manera de cultivar, comer, producir y vender alimentos así como de proteger su medio ambiente y paisaje, su cultura y patrimonio, sus semillas, su desarrollo rural, su futuro económico. Esto incluye el derecho a decidir sobre el uso de plantas y animales modificados genéticamente (MG) en su agricultura y sus ecosistemas.
Nuestra elección
El derecho fundamental a poder elegir lo que comemos es un bien compartido entre todos. La elección sobre el uso de material reproductivo en el entorno común no puede ser individual, ya que afecta a todas las personas que comparten estos espacios. Las decisiones sobre el uso de organismos modificados genéticamente (OMG) y el aspecto de nuestros paisajes deberían tomarse democráticamente en las regiones y no ser impuestas por agricultores individuales, burócratas o empresas. Las decisiones pueden ser equivocadas y por lo tanto deberían ser reversibles y poder cambiarse.
Nuestras semillas
La diversidad local de semillas y de variedades tradicionales y sus parientes silvestres representan la base de una composición única de sabores a lo largo de las regiones y el patrimonio de una región. Además es el sustento de nuevas innovaciones y desarrollos de semillas. Proteger y fomentar la conservación y reproducción de las variedades nativas y localmente adaptadas y la continuidad de la conservación de semillas por los agricultores son un deber y un derecho de peso en las políticas agrarias regionales.
Nuestra diversidad agrícola
La Agri-Cultura es una parte importante de nuestro estilo de vida regional. A la hora de introducir tecnologías agrarias como los OMG, se deben tomar en cuenta los impactos socioeconómicos y culturales. La mayoría de las regiones europeas promovieron la agricultura sostenible y ecológica y prioridades comerciales regionales para su desarrollo rural. Donde no se puede garantizar el derecho a cultivar sin OMG y sin cambios indebidos a las prácticas agrarias, la introducción de los OMG se debe evitar.
Nuestra biodiversidad natural
La configuración del medio ambiente europeo y de los paisajes, incluyendo sus áreas protegidas, es el resultados de miles de años de agricultura a mano del hombre. La enorme riqueza de los diferentes paisajes, ecosistemas y especies debe estar protegida por todos los que comparten este patrimonio. Preservar nuestra biodiversidad de la diseminación e introgresión de las variedades MG representa en sí un objetivo de conservación.
Nuestra seguridad y precaución
La ciencia se puede equivocar, pero los OMG no se pueden retirar fácilmente en caso producirse efectos perjudiciales. Por lo tanto las regiones tienen el derecho a aplicar el principio de precaución en relación con la liberación de los OMG.
Nuestra soberanía alimentaria y productos de calidad la mayoría de los europeos no quieren alimentos transgénicos. Respetar esta voluntad forma parte de la soberanía alimentaria de las regiones y constituye una oportunidad económica importante. Las autoridades regionales deben ser capaces de proteger los productos certificados de calidad, los criterios de pureza, la producción ecológica y las denominaciones de origen a precios competitivos. Esto incluye el acceso a piensos para animales libres de transgénicos.
Nuestra coexistencia
En la mayoría de los casos y para la mayoría de las especies, no es realista pensar que existe una posibilidad de coexistencia entre una agricultura biotecnológica y una agricultura no- biotecnológica, exactamente como pensar que puede haber ruido y silencio a la vez en la misma habitación. Son necesarias las más estrictas normas de protección para los cultivos locales y sus parientes silvestres. El nivel de protección y los criterios de coexistencia, incluyendo sus costes, se deben valorar y decidir a nivel local y regional. Una coexistencia justa y sostenible debe prevalecer entre vecinos y socios económicos, no debe ser una imposición por encima de sus prácticas tradicionales y su desarrollo futuro.
Nuestra Europa
La diversidad de las regiones forma la identidad de Europa. En una economía global, necesitamos normas comunes europeas de seguridad alimentaria, transparencia, responsabilidad, protección del medio ambiente y la naturaleza y acceso al mercado. Estas deberían ser diseñadas para servir y no suprimir la autodeterminación local y regional de los ciudadanos europeos. Defenderemos estos derechos y deberes y las bellezas y el encanto de nuestras regiones en toda Europa.