Publicado: 16/09/2013 - Actualizado: 11/12/2016
Autor: Miriam Reyes
La música ha formado parte de la humanidad desde hace miles de años con fines de entretenimiento, es el complemento perfecto de obras de teatro, películas, festejos, ceremonias, etc. Pero, la música también puede ser utilizada con fines terapéuticos, puede ayudarnos a relajarnos, a favorecer nuestra concentración y también tiene la capacidad de alterar nuestro estado emocional, cambiar nuestra actitud y aportar paz y armonía a nuestro ser, algunas personas incluso afirman que la música puede ser considerada la medicina del alma.
¿Qué es la música?
Tiene su origen en las ondas sonoras, suele definirse como una agrupación de sonidos que siguen un orden para dar resultado a una melodía armoniosa y rítmica. La música sólo existe en nuestro cerebro, pues técnicamente son sólo vibraciones en el aire, que si nuestro cerebro no interpretara como sonido, técnicamente no sería “escuchada” como tal.
La música también puede percibirse en nuestra piel, y cuerpo, como vibraciones, al acercarnos a los altavoces que emiten sonidos de baja frecuencia, estas vibraciones suelen ser muy intensas y fácilmente detectables.
Musicoterapia y Sonoterapia
Tanto la musicoterapia y sonoterapia se valen de las vibraciones rítmicas que conocemos por música para mejorar nuestro estado de salud general, ya sea que se trate de un problema emocional o físico, existen algunos aspectos en los que la musicoterapia puede favorecer a la sanación.
Está comprobado que la música puede activar ciertas áreas en nuestro cerebro, lo estímulos auditivos de patrones sonoros rítmicos, puede activar determinadas áreas de neuronas dando como resultado efectos positivos para personas que han sido afectadas por Ictus, o Parkinson, gracias a herramientas como la resonancia magnética existe la evidencia científica necesaria para probar éste hecho.
La musicoterapia hoy en día ha sido reconocida como disciplina científica, ya que puede provocar cambios a nivel fisiológico en el cuerpo, provocando efectos positivos, lo cual a su vez, puede traducirse en una mejoría de salud.
En algunos hospitales, existen salas con sillones de masajes que están provistos con audífonos para poder escuchar una selección de música que induce a la relajación, el uso de estos equipos forman parte del protocolo de algunas procesos post y pre operatorios.
Aplicaciones
La musicoterapia y sonoterapia pueden emplearse en tratamientos de adicciones, de neurosis, depresión, para combatir el estrés y a enfermedades relacionadas a éste, contracturas, y trastornos que tienen como origen desequilibrios emocionales. Cada persona y padecimiento es diferente y puede reaccionar con mayor o menor sensibilidad a la musicoterapia, mientras que para algunos la mejoría será evidente tras un par de sesiones, otras personas pueden no encontrar una mejoría significativa.
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Cabe mencionar que en la eficacia de la musicoterapia y la sonoterapia, intervienen varios aspectos, como la selección de melodías, el terapeuta y el paciente. Todo influye, el paciente debe confiar y seguir las indicaciones del terapeuta, ya que así se facilita el proceso.
Contraindicaciones
Mucho se ha hablado de que la musicoterapia es apropiada para todas las personas ya que no tiene ningún efecto secundario, sin embargo, esto es erróneo, en algunas personas las terapias con música pueden inducir a ataques epilépticos, aunque la probabilidad es poca, es aconsejable ponernos en manos de expertos que sepan cómo controlar estas situaciones.
Para personas que tienen antecedentes de crisis convulsivas, se debe referir al terapeuta antes de llevar a cabo la terapia.
A medida que la neurociencia avance, también, se podrán conocer los efectos específicos que la música provoca en nuestro cuerpo, sin embargo, es evidente que se trata más que de un simple “entretenimiento”, la música se ha vuelto en una herramienta útil para la curación y tratamiento de algunas enfermedades.
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