Potitos infantiles … Una comida ideal para los bebés

Publicado: 14/11/2005 - Actualizado: 13/08/2019

El desarrollo de los niños depende en gran medida de la alimentación que reciben desde los primeros días de vida. En los últimos años, parece claro que es la alimentación natural, el dar el pecho al niño, la mejor y mayor garantía de aportar los mejores nutrientes y las mejores defensas a nuestros hijos.
Sin embargo, con el paso de los meses, los niños comienzan a introducir en su alimentación otros productos que, en muchos casos, elaboramos en casa y que, en otros tantos, compramos.

Útiles y bien elaborados

Los potitos ayudan a que los niños descubran sabores y aprendan a masticar y tragar. Son una alternativa a los purés caseros.

La alimentación en el primer año de vida es crucial en el desarrollo del bebé, ya que su crecimiento es más rápido que nunca y las necesidades nutritivas, mayores. Es en esta época cuando los lactantes (menos de 12 meses) son más inmaduros y vulnerables, por lo que deviene fundamental asegurarles una alimentación adecuada que satisfaga sus necesidades nutritivas, prevenga posibles patologías y ayude a crear hábitos alimentarios saludables.

Se distinguen tres etapas:

Durante el periodo lácteo (hasta 4-6 meses), la alimentación se basa en la leche, que puede ser materna (la más recomendada), artificial (fórmulas de inicio) y mixta.

En el periodo de transición, destete o Beikost (a partir de 4-6 meses), deben aumentarse tanto la energía aportada como la cantidad de diversos nutrientes. Es por ello que se introducen alimentos semisólidos (purés caseros y/o potitos), aunque se siga manteniendo la lactancia, que en esta fase es mayormente artificial (fórmulas de continuación). Se van incorporando, paulatinamente y de acuerdo con el pediatra, alimentos no lácteos, preparados de forma adecuada en consistencia y cantidad y adaptados a la maduración y desarrollo del bebé. Así los niños y niñas aprenden a masticar y tragar y prueban nuevos sabores.

En el periodo de maduración digestiva se introducirán otros alimentos.

La leche no es suficiente

La leche no proporciona la energía y nutrientes que precisa un bebé que ya ha cumplido 4 ó 6 meses. Sus funciones digestivas han madurado, por lo que se debe incluir una alimentación complementaria. No se recomiendan los nuevos alimentos antes, pero tampoco conviene introducirlos después, porque la falta de diversificación es motivo de pérdida de apetito, y se desaprovecha una época idónea para la educación del gusto y la adaptación progresiva a una alimentación equilibrada.

Aunque lo perfecto es seleccionar los ingredientes y preparar en casa purés con carne y papillas de frutas, recurrir a estos tarritos es una solución correcta, tal y como demostró este análisis.

Etiquetado y envase

Además de las indicaciones obligatorias en cualquier alimento envasado, la etiquetas de los potitos deben proporcionar información sobre: composición nutricional, instrucciones de preparación, presencia o ausencia de gluten y edad mínima a partir de la cual deben consumirse (mínimo: 4 meses). El estudio anotó sólo una irregularidad: las dos muestras de Hipp no mostraban denominación de venta, peso neto y fecha de consumo preferente en el mismo campo visual, por lo que incumplen la norma.

Los envases tienen cierre hermético: para abrirlos, hay que presionar el centro de tapa, destacado en otro color. Si la tapa se mueve, o si al girarla no suena “pop”, no se consumirá el alimento.

Qué tienen los tarritos de frutas

Por su aporte vitamínico, conviene incluir frutas, ya en zumo ya en puré, en la dieta del lactante cuando cumple los cuatro o cinco meses de edad. Pero las frutas no han de sustituir a una toma de leche, porque se debe asegurar al bebé el aporte suficiente de calcio y proteínas. Por tanto, leche y frutas deben ser complementarias, no excluyentes. Importante: las frutas son dulces por naturaleza, por lo que no es necesario endulzarlas con azúcar.

Alérgenos, plagicidas y estado sanitario

La introducción de nuevos alimentos en la dieta de los bebés debe hacerse paulatinamente y siguiendo las recomendaciones del pediatra. A esta edad, los niños son muy sensibles a los cambios bruscos: pueden surgir intolerancias y alergias alimentarias. El gluten es una fracción proteica (propia de cereales como trigo, cebada, centeno y avena) desaconsejada para lactantes de menos de 6 meses de edad con el objetivo de reducir el riesgo de celiaquía. Cuanto más tardía es la introducción del gluten, más benigno es el debut de la enfermedad, si se produce. Otros alimentos, como huevo, leche, pescado y ciertas frutas, son potencialmente alergénicos si se introducen excesivamente pronto, en cierta cantidad y de forma reiterada. Se ha comprobado en laboratorio si los ocho potitos comparados en este análisis contenían leche, huevo o gluten, todas ellas sustancias problemáticas para algunos niños.

Por otra parte, los alimentos infantiles no deben contener residuos de plaguicidas encima de 0,01 mg/kg de producto listo para el consumo o reconstituido.

El estado microbiológico de este alimento ha de ser impecable: los bebés los van a consumir tal cual (tarritos de frutas) o después de un leve calentamiento (pollo con arroz).

Acerca del autor
  • Miriam Reyes

    Miriam Reyes una profesional experta en nutrición y dietética. Tiene más de 12 años de experiencia en  atención a pacientes con sobrepeso y problemas de alimentación. Estudió en la Universidad del Valle de Atemajac  (UNIVA), donde obtuvo la licenciatura en nutrición. Perfil en Linkedin.