Publicado: 31/05/2008 - Actualizado: 13/08/2019
Autor: Miriam Reyes
Si te sangran las encías a menudo, si hay inflamación, mal olor de la boca, dolor de muelas, garganta, caries, etcétera, pudiera ser que tu boca te este dando señales de auxilio.
Toda persona que desee una buena imagen y tener completa salud, no debe descuidar su dentadura, la cual hay que mantener siempre en buen estado. Muchas veces se tienen buenas intenciones respecto a esto y, sin embargo, esta buena voluntad muchas veces no es suficiente. Debido a esto te compartimos algunos consejos de especialistas que puedes seguir de manera sencilla para tener una boca muy sana.
1. Higiene: lo principal es mantener una buena higiene bucal. Una linda sonrisa habla de un acertado y constante programa de limpieza y disciplina. Todos sabemos que hay que lavar los dientes 3 veces al día, pero son muy pocos los que en verdad siguen esta rutina. Es muy importante que esto se cumpla, sobre todo lavarlos muy bien en la noche, porque si se queda resto de comida en los dientes a esta hora, permanecerá ahí hasta el amanecer, y esta es la principal causa de caries, que es el daño a la estructura dental por la acción de microorganismos, mismos que se alimentan de residuos de azúcares y alimento, generando ácidos como desecho.
2. ¿Cómo cepillarse?: sin ahondar en casos específicos, el mejor cepillado y barrido de microorganismos es el que brindan los cepillos eléctricos, los cuales eliminan muy efectivamente con movimiento giratorio exceso de comida y microrganismos. Si no se cuenta con este recurso, adquiera un cepillo normal de cabeza pequeña (número 35 o 40), de mago recto y con cerdas suaves y redondeadas. Cuando este implemento es muy duro y los movimientos bruscos e inadecuados, las encías se dañan y se pueden crear cavidades en las piezas.
3. Uso de hilo dental: entre diente y diente hay pequeñas cavidades dónde la comida suele acumularse. Esta comida a donde el cepillo no puede llegar y que causa muchos problemas de encías y caries cuando permaneces ahí por tiempo prolongado, puede ser eliminada con el hilo dental. No es tan importante el tipo de hilo que se usa, sino que pase entre los dientes y casi llegue hasta la encía, eliminando los residuos alimenticios. La técnica apropiada puede saberse a precisión con un odontólogo. Pero tampoco hay que preocuparse mucho por esto, mientras consulta uno, pase el hilo suavemente entre sus dientes y trate de sacar la comida que hay ahí.
4. Limpieza química: engloba el uso de pasta de dientes, enjuague, gel o spray para eliminar microorganismos dañinos de la boca. Los más comunes en la higiene diaria son los dos primeros, en tanto que los restantes se suelen utilizar en tratamientos específicos.
5. Elegir productos: en ocasiones los productos para la boca contienen sustancias agresivas que pueden dañar tanto a la boca como a los dientes. Hay que eliminar cualquier pasta que genere irritación, descartar el uso de blanqueadores dentales y aquellas que son formuladas para fumadores, dientes sensibles o antisarro. Entre más suave y natural sea el producto, mucho mejor. Incluso, hay quienes aseguran que la pasta de dientes sale sobrando, y que los dientes deben tan solo cepillarse sin pasta, dándose un enjuague bucal con un poco de agua con sal de mar al final.
6. Enjuagues: hay muchos tipos y algunos de calidad, pero algunos tienen alcohol, que puede generar irritación, causa de que la gente no lo utilice el tiempo que indican las instrucciones o que lo diluya con agua, y por eso no actúa como debiera. Así, sugiere que se utilice un producto que agrade al paciente, que incluya en su fórmula un agente antibacteriano (como la clorhexidina), y que consulte al odontólogo para usarlo bien. Y para los más naturales, el uso del enjuague bucal sale sobrando si se enjuaga uno la boca perfectamente con agua pura y unas gotas de limón u hojas de menta.
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7. Revisiones periódicas: las visitas al odontólogo deben efectuarse cada seis meses, y hay que dar en este momento una limpieza y revisión profunda a la boca.
8. Niños: los padres deben llevar a sus hijos desde los dos meses de edad para que aprendan a limpiar su boca desde antes de que salgan los dientes, además, desde esta edad se comienza el control bucal. Evite darles a los niños refrescos, dulces y comida chatarra. ¡y no los deje que se duerman sin haberse cepillado sus dientes!
Problemas dentales más frecuentes
1. Dientes sensibles. Se manifiesta cuando el paciente experimenta dolor al consumir alimentos fríos o calientes, y se debe a que la raíz o parte inferior del diente queda expuesta al ambiente.
2. Gingivitis o inflamación de las encías, las cuales sangran a menudo y duelen cuando son tocadas. Se debe a la acción de bacterias y restos de comida.
3. Enfermedad periodontal. Fase avanzada de la gingivitis que produce inflamación e infección de los ligamentos y huesos que sirven de soporte a los dientes, ocasionando su pérdida.
4. Absceso dental o granuloma, es decir, acumulación de material infectado que se genera como complicación de la infección de un diente que no ha sido atendida.
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