¿Quieres salud, dinero y amor? Aprende más acerca de tu mente
Se dice que apenas si usamos menos del 10% de las habilidades de nuestra mente, y se sabe que gran parte de la población mundial padece de alguna enfermedad, carencia, limitación o necesidad afectiva. ¿Será que necesitamos conocernos más? ¿Será que hemos perdido de vista donde reside la raíz de los “males” del mundo? ¿Qué hay en el resto de la mente? ¿Dónde está la salud, abundancia, gozo y paz que se busca día a día?
Entre nuestras actividades diarias como trabajar, atender asuntos familiares, distracciones, compromisos, etc., muchas veces se pierde la importancia de desarrollar o entender uno de los potenciales creativos más poderosos que se nos ha regalado: la mente.
La mente es una herramienta creativa que puede ayudarnos a hacer la vida mucho más sencilla, profunda y disfrutable. Mucho más libre y grandiosa. El problema es que no mucho se enseña cómo entender y utilizar esta varita mágica que la sabia naturaleza nos ha dado, nos enfocamos gran parte del tiempo en tratar de vivir y entender la realidad por fuera, y nos olvidamos de que dentro de nosotros tenemos el máximo poder para entender, influir y transformar la realidad.
¿Qué es la mente?
La mente es una herramienta poderosa, es equivalente a todo lo que pensamos. La mente no es el cerebro, el cerebro sólo es el órgano que la aloja. Podemos pensar que la mente es como una antena que se instala en la azotea llamada cerebro. La función de la mente es pensar, es enviar y recibir energía la cual transforma en pensamientos.
Así que la mente es un transformador de energía. Y podemos ver su movimiento mediante el funcionamiento eléctrico del cerebro o sus sinapsis. Una sinapsis es tan sólo una descarga eléctrica que ocurre en el cerebro, la cual se produce cuando las neuronas (células cerebrales) se conectan entre sí eléctricamente, ya sea cuando pensamos, hablamos, decidimos o simplemente vivimos.
Todo lo que pensamos, así como nuestra inteligencia, memoria, estados de ánimo o de consciencia, etc. provocan sinapsis en nuestra corteza cerebral, lo cual significa únicamente que están ocurriendo descargas de electricidad en nuestra cabeza, o que nuestra mente tiene determinada actividad.
Hay cientos de miles de descargas en nuestra corteza cerebral, los cuales son como cientos de miles de diminutos rayos o truenos de una tormenta. Estas descargas son el resultado de nuestra evolución, del movimiento que ha tenido nuestra mente o nuestro transformador a través de nuestra historia. Este movimiento eléctrico provoca lo que conocemos como consciencia.
Mente y consciencia
La actividad de nuestra mente refleja nuestro nivel de consciencia, lo cual tan solo significa que, entre más experimentamos y aprendemos a usar esta herramienta creativa llamada mente, y la entendemos y la aplicamos en la vida diaria, más podemos decir que tenemos un nivel de consciencia despierto o lúcido.
Entre más entendemos nuestra mente y la usamos para crear lo que queremos, más conscientes somos. Y más felices nos volvemos, porque la vida se hace más disfrutable, plena e ilimitada. Un ejemplo práctico seria ver que si compramos un ordenador nuevo y no sabemos cómo usarlo, no podremos sacarle provecho ni disfrutarlo a todo su potencial. Sólo hasta que vamos haciendo consciencia de todas sus funciones, capacidad y programas, es que podemos usarlo y disfrutarlo.
Entendiendo la mente
Una de las formas básicas para comprender la mente es saber que todo en nuestra realidad es el resultado de la forma en cómo pensamos. Esto puede ser un arma de dos filos, ya que aunque por un lado la frase suena poderosa e interesante, por el otro nos reta a tratar de entender cómo es que nuestro dolor, carencia o limitación puede ser resultado de cómo pensamos. Es difícil aceptar la idea de que se padece algo porque lo he “pensado”. ¡Pero si yo no he pensado en enfermarme!, podrían asegurar muchos.
Y sin embargo, si nos detuviésemos un poco y observáramos realmente todos los vagos pensamientos que viajan por la cabeza a lo largo de un día, por ejemplo, notaríamos cuan confuso y movedizo es el pensamiento. Realmente no hay dominio de lo que se piensa. Ni siquiera se tiene un pensamiento (o una mente), digamos, propia o genuina. Por lo general, lo que pasa por la cabeza es una mezcla (de no decir batidillo) de ideas o formas de pensar de padres, maestros, amigos, de lo que dice el periódico, las noticias, el doctor, el vecino, etc.
Nuestro disquet de información llamado mente está saturado con mucha información, mucha de la cual repetimos sólo por repetir, no está ordenada ni clara, es voluble y sin ritmo. Tratamos de solucionar la vida de acuerdo a todas estas programaciones, en lugar de elegir nuestras propias programaciones o pensamientos, y entonces hacer funcionar la realidad de acuerdo a lo que quiero. Esto significa que la mente tiene dominio sobre nosotros, en lugar de que seamos nosotros quienes la dominemos.
Un ejercicio para qué empieces a darle claridad y entendimiento a tu mente, es tratar de observar tus pensamientos. Pon atención a lo que pasa por tu cabeza cuando comes, miras la tele, haces fila, etc. ¿Cuáles son tus primeros pensamientos al despertarte? ¿Y antes de dormirte? Pon atención, además, a las palabras que usas, pues las palabras son reflejo de tus pensamientos. Poner atención a lo que piensas es una forma en la que iras dándote cuenta de que la realidad se asemeja mucho a todo eso en lo que entretienes tu atención. Esto te irá haciendo cada vez más consciente de cómo usas tu mente.