Las vinagretas son el corazón de las ensaladas, éstas maravillas son elaboradas comúnmente con tres partes de aceite por cada parte de vinagre en la emulsión, y son las responsables de dar ese toque agrio que contrasta tan bien con el sabor de los vegetales que seleccionamos para nuestras ensaladas, sobre todo el de la lechuga, además nos permiten añadir las interesantes propiedades de ambos ingredientes principales a nuestra dieta, más los de las especias que podamos incorporar a la vinagreta.
La vinagreta es una salsa fácil de preparar y que puede resultar divertido prepararla en lugar de comprar una previamente elaborada, lo cual nos permitirá ajustar el sabor que más nos agrada y conferir las propiedades que deseamos de acuerdo a los ingredientes que nosotros seleccionamos.
Además las vinagretas pueden resultar una opción menos calórica que otros aderezos, sobre todo aquellos que resultan cremosos, tales como el aderezo ranch o que empleen como base alguna mayonesa, que además en ocasiones contienen un gran contenido de azúcares.
El vinagre tiene un contenido alto en ácido acético como producto de la fermentación de los alcoholes, y como el alcohol tiene propiedades antibacterianas, aunque las del vinagre son aún mayores, pues hay bacterias que pueden sobrevivir en alcohol (algunas de éstas son las que se usan para fabricar el vinagre mismo) pero no en vinagre. Por ello el vinagre a través de los siglos ha sido tan famoso para conservar carnes y vegetales.
Aunque su contenido de nutrientes es casi nulo, vitaminas o minerales, sin embargo acompañando una deliciosa ensalada bien surtida esta carencia puede ser compensada sencillamente. También parece tener beneficios para reducir los niveles de azúcar en sangre y estabilizar los niveles de colesterol en sangre, lo cual podría ser beneficioso para alguien con problemas de diabetes o problemas de colesterol, sin embargo más vale preguntar sino existen contraindicaciones en caso de tomar medicamentos.
Los aceites por otro lado aportan las grasas que necesitamos a diario y que nuestro plato de ensalada no nos proporcionará tan fácilmente a menos que incorporemos algo de aguacate u otro vegetal oleoso, por supuesto que cuando nos referimos a los aceites de nuestras ensaladas nos referimos a los aceites vegetales y sobre todo a aquellos cuya proporción de ácidos grasos insaturados es superior a los saturados, que nos ayudarán a mantener a nuestro corazón en buena forma y tener energía de consumo lento.
Algunos de los vinagres más populares son los que proceden del vino blanco, la sidra de manzana y el vinagre balsámico, ambos tendrán las propiedades antes mencionadas, aunque no así el mismo sabor y precio, por lo que la selección de éste ingrediente dependerá del paladar y bolsillo del comensal.
Todos ellos darán un aporte calórico bajo, algunos vinagres como el balsámico, sobre todo cuando es de alta calidad, da muy buen sabor a nuestra ensalada por sí sólo ya que su sabor puede resultar muy especial, una cucharada de vinagre apenas aporta 14 calorías en nuestra dieta.
Para las vinagretas el aceite más popular es el de oliva, con un contenido aproximado de un 74% en grasas mono insaturadas, 8% en poliinsaturadas y sólo un 13% de saturadas, aunque el de maíz no queda muy por detrás de éste, tal vez en nutrición pues en sabor si podría diferir substancialmente, con un 68% de grasas poliinsaturadas, 24% de mono insaturadas y el mismo porcentaje que el de oliva de saturadas.
El consumo de aceites de alta calidad como el de oliva ayuda a disminuir las posibilidades de tener complicaciones cardiacas y mantener niveles de colesterol saludables en nuestra sangre.
Y aún faltan las especias que podamos añadir a nuestra vinagreta, que podrán proporcionarnos otros compuestos o nutrientes de valor ausentes en el aceite y el vinagre, pero que vendrán a complementarse con los vegetales ya nutritivos en la ensalada, algunas de estas especias pueden ser el ajo, chiles, cebolla, romero, pimienta, chalote y un largo etc.
No hay reglas establecidas para lo que deba contener tu vinagreta. Y hay que recordar que si bien las vinagretas no son una comida importante, si pueden ser una sana compañía que nunca están de más para hacernos sonreír en cada comida.
Por último te comparto una receta básica para una vinagreta, que podrás mutar según tu imaginación te lo permita, para prepararla necesitarás: 2 cucharadas de vinagre (de tu elección), 6 cdas. de aceite de oliva (aunque otros pueden ser bienvenidos), sal al gusto y una pizca de pimienta, ½ cdta. de ajo picado finamente, y como único paso para su preparación mezcla todos los ingredientes un lapso de tiempo que te permita integrarlos adecuadamente y obtengas la emulsión esperada, puedes experimentar con las especias dentro de la misma base de aceite y vinagre para obtener las combinaciones de tu agrado. Recuerda secar bien tus vegetales antes de servir sobre ellos la vinagreta o éstos repelerán el aceite.
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