Publicado: 20/01/2010 - Actualizado: 25/10/2018
Autor: K. Laura Garcés G
Comer es uno de los placeres más grandes del ser humano, la naturaleza nos dio el privilegio de poder degustar la comida, y no solo de meterla a la boca y pasarla. El ser humano goza comiendo y, cuando lo hace, parece no sólo nutrir el cuerpo, sino algo más parece también parece quedar saciado y nutrido con este deleite. Comer con gusto es algo totalmente natural, el problema es cuando comemos y el gusto empieza a volverse un desequilibrio, y una forma de saciar otras necesidades que no son precisamente las corporales.
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¿Qué es un comedor compulsivo?
Un comedor compulsivo es aquella persona que come de forma impulsiva siguiendo un fuerte deseo interior por comer que no puede controlar, lo que le hace comer mayores y exageradas cantidades de comida, en horarios desordenados. Este trastorno de la conducta alimentaria suele estar estrechamente relacionada con el estrés, el dolor, el miedo, la auto exigencia, etc., ataca sobre todo a aquellas personas con sobrepeso que tienen que estar constantemente haciendo dietas y que tienen que privarse “a la fuerza” del consumo de ciertos alimentos, aunque no descarta a personas de peso normal o incluso, delgadas.
¿Qué provoca esta afección?
Una de sus causas principales es la sensación de insatisfacción en el individuo. Esta falta de satisfacción puede ser provocada por sentimientos de no poder cumplir con altas expectativas o ideales, ya sean estos impuestos por la sociedad, la familia o por el mismo individuo. Cuando esta sensación de no realización rebasa el control del individuo, entonces este puede sentirse muy inseguro, con un fuerte “vacio interior” que puede traducirse como angustia, ansiedad, severa exigencia, fuerte auto crítica o temor por no poder satisfacer o cumplir con dichos ideales. El comedor compulsivo “no se siente lleno”. Y cómo no sabe que exactamente hacer con esta tensión emocional que le hace sentirse “falto de algo esencial”, entonces trata de “saciarse” por medio de la comida. Esta sensación de “faltante afectivo” podría explicar porque se come aunque no se tenga hambre o el estómago este lleno.
¿Qué consecuencias puede ocasionar?
Comer de forma compulsiva es un padecimiento que puede acarrear muchas consecuencias no gratas, como obesidad (y todas las enfermedades que de ella derivan), así como problemas sociales, psicológicos (culpa, molestia, etc.) y, sobre todo, de autoestima (sentimientos de inferioridad, rechazo de uno mismo, etc.).
¿Qué se puede hacer?
Uno de los problemas con los que se enfrenta el comedor compulsivo es que muchas veces, aunque se reconoce como tal, no parece estar muy interesado en ponerle remedio. Esto parece deberse a que por lo general, muchas personas a su alrededor suelen decirle que se modere en la comida, o que haga dieta, o que “deje de comer”, sin tomar en cuenta que la comida es un refugio emocional para un comedor compulsivo, decirle que simplemente deje de comer o haga dieta es lo mismo que pedirle a un fumador que deje de fumar. Si es bien cierto que para dejar de tener ciertas conductas nocivas es necesaria la voluntad, habría que considerar, además, el mundo emocional de quien las padece. En este caso, el comedor compulsivo podría sentirse realmente insatisfecho o severamente juzgado (por el mismo o por los demás), y mucho podría ayudársele si se considera este aspecto.
La satisfacción personal
Por lo general, un comedor compulsivo siente que, al no realizarse o cumplir determinadas expectativas, no tendrá el reconocimiento, aprecio, admiración o valor que de alguna forma necesita todo ser humano como alimento del alma. Esta sensación por lo general suele ocurrir cuando alrededor del afectado hay (o ha habido) un ambiente donde él haya percibido mucha crítica, perfeccionismo, exigencia o reprobación constante o, por el contrario, podría haber sido un ambiente indulgente donde el individuo no encontró limites para la auto valoración. Si, en cualquier caso, el individuo no encuentra como lidiar ya sea con la insistente reprobación, critica o demás, entonces podría sentirse en verdad muy confuso y vacío respecto a que exactamente se debe de hacer para cumplir con lo que es necesario para ganarse la admiración, respeto y demás afectos de los que siente carece.
Niños y jóvenes que comen impulsivamente
En este caso, lo que se puede empezar a hacer es valorar su ambiente, detectar si existe alguna autoridad o adulto que este constantemente juzgado, reprobando o exigiendo “perfección”. . Muchas veces esto requiere de gran consciencia y entendimiento por parte de aquellas personas que rodean al niño o joven, reprimirlo de la comida, rechazarlo o reprobarlo por esto solo fomentara más la actitud, y causara un gran daño emocional.
Adultos que comen compulsivamente
En el caso de un adulto, es necesaria una consciencia de la forma en como se trata y se ve el mismo, empezar por dejar de juzgar y su actitud por culparse. Es importante una auto observación en la forma en como el adulto se trata y habla a si mismo, y detectar en donde hay reprobación, crítica y perfeccionismo. Aunque no siempre es necesario, muchas veces se requiere de ayuda profesional para ayudar a encontrar, entender y fortalecer aquellas creencias que debilitan el mundo emocional del individuo. Muchas veces, la guía comprensiva de un dietista o un buen psicólogo puede ayudar, pero en realidad, lo que más cuenta, es sin duda la disposición que se tenga para realmente sanar.
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