Publicado: 12/02/2010 - Actualizado: 30/09/2018
Autor: FEMTC
La Medicina Tradicional China (MTC), como todo sistema sanitario tiene como objetivo preservar y recobrar la salud del individuo. Pero como medicina energética, busca el equilibrio energético como fin para conseguir el restablecimiento de la salud.
Para recobrar este estado de equilibrio energético analiza cómo y cuándo se produce esta desarmonía, analizando todos los condicionantes que han provocado dicho desajuste y buscar las actuaciones idóneas para su restablecimiento, teniendo en cuenta, no solamente las alteraciones producidas en el mismo individuo, sino también las que influyen en el ambiente, en su entorno.
De hecho, la definición de Salud propuesta por la OMS, es la que más se ajusta a la MTC, “estado de completo bienestar físico, psíquico, mental y social del individuo con su entorno y no solo la ausencia de enfermedades.”
Técnicas terapeúticas en Medicina China
La MTC, en la consecución de todos estos objetivos dispone de diferentes técnicas terapéuticas a su alcance, que se pueden diferenciar en cinco grandes bloques:
- Acupuntura: se trata de la inserción de finísimas agujas en determinados puntos, altamente energéticos, los puntos acupunturales, que favorecen la circulación energética y por ende, el equilibrio energético, con lo que se conseguirá el restablecimiento de la salud y finalmente combatir la enfermedad.
- Moxibustión: se fundamenta en la aplicación de calor en estos mismos puntos acupunturales. Esta transmisión de calor mejora las funciones terapéuticas de las agujas. Suele utilizarse combinada con la acupuntura.
- Tuina: el uso de técnicas manipulativas y la realización de ciertos masajes, incidiendo en el recorrido de los meridianos y en los mismos puntos acupunturales.
- Fitoterapia: uso de las plantas medicinales en la terapéutica clínica, aunque no solamente, son de uso las materias de origen vegetal, sino también las de origen animal y mineral
- Qi Gong: la realización de ciertos ejercicios son efectivos en el control y desarrollo de la energía y de su circulación.
Independientemente de la técnica terapéutica que sea de utilidad, siempre se sigue el mismo principio terapéutico, recuperar el equilibrio energético. Para ello pueden ser de utilidad las combinaciones entre dichas técnicas terapéuticas.
En el entendimiento de las patologías según la MTC, es fundamental una de sus teorías fundamentales, la Teoría de los Cinco Movimientos o de los Cinco Elementos, no solamente en el aspecto fisiológico, sino también en el aspecto patológico y terapéutico.
En la teoría de los Cinco Elementos, cada uno de ellos corresponde con los elementos básicos del universo: fuego, tierra, metal, agua y madera. Al mismo tiempo cada uno de ellos representa a determinados órganos del ser humano y también se corresponden con un sabor determinado. Con todo ello se pueden explicar, no solamente los fenómenos que se producen en la naturaleza, sino también, todos los movimientos fisiológicos y patológicos que se dan en los seres vivos.
Estas leyes son ciertas y constituyen un aspecto muy importante en el diagnóstico, pero nunca deben considerarse como únicas posibilidades.
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LEY DE LOS CINCO MOVIMIENTOS
Atendiendo a las relaciones con los sabores se pueden contrarrestar no solamente la evolución de la patología sino también el inicio de la terapia.
Para explicar las relaciones fisiológicas que se producen con los sabores
- Picante: corresponde al elemento Metal y al órgano Pulmón. Se caracteriza por realizar una estimulación de la circulación energética y de la sangre, al mismo tiempo que también es responsable de un aumento de la sudoración, de la apertura de los poros y estimular la salida de líquidos, de sudor. Como se puede observar el picante genera el Riñón y cómo éste controla la Vejiga. Con el sabor picante se favorece la apertura del esfínter y por tanto la eliminación de líquidos al exterior
- Salado: Corresponde al elemento Agua y al órgano Riñón. Se caracteriza por retener agua y aportar electrolitos, con lo que el Hígado puede realizar mejor sus funciones metabólicas.
- Ácido: Corresponde al elemento Madera y al órgano Hígado. Todas las sustancias que son ácidas aportan protones y son necesarios para el buen funcionamiento del Corazón, el cual dispone de un músculo autoestimulable, por la bomba de protones. Por tanto ese sabor ácido, en su justa medida, mejora el funcionamiento de Corazón.
- Amargo: corresponde con el elemento Fuego y con el órgano Corazón, y se caracteriza por estimular la secreción de jugos gástricos, estimular el proceso digestivo, de ahí que los alimentos amargos sean digestivos. De hecho los aperitivos son bebidas amargantes.
- Dulce: corresponde con el elemento Tierra y con el órgano Bazo. Con el sabor dulce se hidrata y suaviza la garganta, con lo que se mejora la ventilación pulmonar. Por tanto el sabor dulce mejora las funciones de Pulmón.
Y así sucesivamente.
Esto, llevado a práctica clínica, resulta que, solamente teniendo en cuenta los sabores, se pueden mejorar funciones de los diferentes órganos del ser humano y de esta forma regular sus funciones fisiológicas.
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Ahora bien, esto mismo también se puede interpretar con los aspectos patológicos del ser humano, el cual, con el uso desmesurado de alguno de sus elementos, o de sus sabores, se altera patológicamente el órgano correspondiente.
- Picante: teniendo en cuenta los elementos, el Metal explota a Madera disminuyendo sus actividades. El sabor picante controla las actividades del Hígado. De hecho, cuando un individuo presenta una afección hepática no soporta los alimentos de sabor picante.
- Ácido: La Madera explota a Tierra. Un consumo excesivo de ácido termina afectando a Estómago, produciendo úlceras. Del mismo modo, individuos aquejados de debilidad en la mucosa gástrica no permiten el uso de alimentos ácidos.
- Dulce: La Tierra explota al Agua. El dulce ya se conoce como el ladrón del calcio, con lo que un exceso de dulce termina afectado a las funciones de Riñón, teniendo en cuenta que este órgano es el que se encarga del buen funcionamiento de los huesos. “Todo lo que es bueno para el Bazo es malo para el espinazo”. Los individuos muy obesos tienen problemas de sustento por parte de los huesos con lo que no deben excederse en el consumo de dulces
- Salado: El Agua explota a Fuego. El sabor salado aporta electrolitos, retiene agua, y con ello aumenta la concentración de sodio en la sangre y la retención de líquidos, con lo que el Corazón tiene que esforzarse mucho más en hacer mover los líquidos y la sangre, aumenta la tensión arterial.
- Amargo: El Fuego explota al Metal. El sabor amargo tiene la característica de secar, de purgar el calor y de secar la humedad, con lo que aquellos individuos que consumen mucho amargo, terminan presentando un aspecto cutáneo reseco, arrugado y envejecido, pues el buen estado de la piel depende directamente del buen funcionamiento de Pulmón.
Y así sucesivamente. Lo que contribuye a realizar la terapéutica de un proceso patológico, tan solo teniendo en cuenta los sabores, se pueden fortalecer y debilitar las funciones de los órganos y así recuperar el equilibrio energético.
Y esto, se puede considerar, desde la vertiente terapéutica, como una forma de utilizar los diferentes sabores de los alimentos para conseguir acciones terapéuticas, de ahí que en Medicina Tradicional China, se utilicen muchas plantas medicinales dentro de la alimentación, con el intento de estimular los sabores y por consiguiente las relaciones entre ellos y sus órganos. Buscando la actividad terapéutica de los sabores y fortalecer o disminuir las funciones de los órganos correspondientes.
Dr. Carlos Llopis
Escuela Superior de Medicina Tradicional China
http://www.mtc.es
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