Cirugía estética y Autoestima
La cirugía estética se ha puesto de moda desde hace algunos años, parece ser que cada vez es más natural aceptar lo que antes era un tabú por considerarse que, al someterse a una cirugía para verse uno más bello o joven, uno pecaba de excesiva vanidad. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, arreglarse el cuerpo con el bisturí se ha convertido para muchos en algo cada vez más aceptable y hasta normal, ya no se esconde como antes, ahora se considera una alternativa útil y rápida para verse mejor y, entre otras cosas, subir la autoestima.
¿Te quieres operar?
A todos nos gusta sentirnos y vernos bien, incluso ser bellos y hasta sorprender a los demás con nuestra apariencia. El nudo empieza precisamente cuando nuestro físico no nos complace del todo, y entonces empezamos a tomar decisiones para componerlo. En realidad, ninguna de nuestras decisiones es algo que este “mal o bien”, cada vez que decidimos algo estamos explorando a través de la experiencia un resultado. Sin embargo, entre más sepamos acerca de la cuestión sobre la que hemos de decidir, más certeza tendremos para tomar decisiones. Así que si te quieres operar, no te caería nada mal considerar antes algunas cuestiones a tomar en cuenta, de manera que antes de tomar cualquier decisión puedas valorar cuestiones que podrían hacer el gran cambio en tu vida.
Razones para operarse
Querer verse mejor, más joven, con más atractivo (más pecho, mas glúteos, menos cintura, barriga, etcétera), son algunas de las razones por las que muchos deciden operarse. Nuestra apariencia física juega un papel importante en la sociedad y, como dijimos, cuando esta no cumple los requisitos o ideales impuestos (ya sea por uno mismo o la sociedad), o cuando el cuerpo comienza a deteriorarse por la edad, entonces podemos comenzar a sentir, entre otras cosas, gran ansiedad y temor a ser rechazados, a causar una impresión desagradable. Esta necesidad de ser aceptados y admirados nos puede llevar a tomar muchas decisiones entre las cuales esta la de someter al cuerpo al bisturí.
La cirugía estética es una alternativa rápida para moldear el cuerpo, quitar arrugas, grasa excesiva, moldear la nariz, labios, etcétera. Uno puede decir: ¿Qué se sentirá tener los labios como esta modelo? ¿Qué se sentirá tener la nariz como esta actriz? Y así, uno simplemente jugar con ideales. Sin embargo, cabe acentuar que la mayor parte de las veces uno busca operarse porque en el fondo hay cierta inseguridad respecto a uno mismo.
Muchas veces, se guarda en silencio la inocente esperanza de que el bisturí resolverá conflictos más profundos como una baja autoestima, dolores emocionales o insatisfacción personal. Cuando este es el caso, entonces lo más probable es que cuando se realiza la operación, quizá la persona quede contenta al principio, pero pueden ocurrir dos cosas después de dicho arreglo: primera, que pronto la persona se encuentre otro defecto y se quieras volver a operar, o segunda, que simplemente la persona note que su apariencia física no consigue hacerle sentir mejor, es decir, más satisfecha y admirada de si misma.
La disconformidad con el aspecto físico no siempre puede solucionarse con estos arreglos. En realidad, recurrimos muchas veces al arreglo del aspecto físico porque es la forma más evidente y rápida de agradar a los demás, de gustarles, de atraerlos; y a menor valoración de lo que somos o de carencia afectiva, más recursos necesitaremos para crear figuras modelo con nuestros cuerpos, además de que nuestra atención se volverá frecuentemente hacia la forma en como lucimos y nos vemos, la cual representa la forma más rápida de seducir y captar atención.Esto suele suceder con más frecuencia en la adolescencia y cuando estamos jóvenes, es decir, cuando nuestra seguridad se esta formando.
Hacer lucir al cuerpo lo mejor posible (lavarlo, arreglarlo, vestirlo, perfumarlo, alimentarlo adecuadamente, ejercitarlo, etc.), es una forma de quererlo. Sin embargo, es necesario que consideres que si vas a operarte no lo estés haciendo nada más por agradar a los demás o por ser aceptado y/o reparar dolores emocionales, porque empezarás a hacerte dependiente de remedios rápidos para la belleza, tu atención se centrará en lo físico, y empezarás a descuidar la esencia de la verdadera aceptación y valor de lo que eres, que no está precisamente en la talla de tu senos o en tener los labios o glúteos perfectos, sino en la valoración y respeto que tu logres despertar por ti mismo, por ti misma.
La belleza física es algo muy relativo, ciertamente hay proporciones físicas que parecen hacer más lúcida y atractiva la presencia de una persona. Sin embargo, la belleza física no es sinónimo de sentirse bien valorado, amado o deseado; muchas veces, detrás de los cuerpos o rasgos estéticos que vemos por ahí, encontramos soledades y depresiones que opacan y ensombrecen la vida de esa persona, aunque, del otro lado de la moneda, podemos encontrar también personas bellas físicamente que se sienten muy bien y tienen un carácter grandioso. Lo mismo pasa para con aquellas personas que no tienen rasgos físicos considerados como bellos: hay entre ellos quienes tienen un carácter hermoso, hay quienes no lo tienen. Parece ser que la verdadera atracción tiene que ver más con que uno se sienta aceptado, querido y seguro con lo que es y tiene, que con una talla de más o de menos. Resumiendo, la cirugía puede ser una alternativa para arreglar tus rasgos físicos, pero debes perder de vista la verdadera esencia de la belleza, la cual no puede alcanzar ningún bisturí..