Dejar todo lo que puedes hacer hoy, para mañana: Ya no más
El hábito de postergar puede conseguir que tus tareas se acumulen, volviéndose cada vez más difícil de realizar. No obstante un cambio de actitud, puede ser lo que necesitas para volverte más productivo y olvidarte de una vez de esos pendientes.
Se llama procrastinar, al hecho de dejar para después las actividades que se deben realizar en un momento determinado, ya sea por olvido, o porque en su lugar hemos realizado alguna actividad menos relevante y demandante. En pocas palabras, procrastinar es la dificultad para regular y administrar nuestro propio tiempo.
Motivos por los que retrasamos las cosas
Existen varias razones por las cuales podemos optar por dejar una actividad para después, la más común suelen ser los problemas personales, pero también hay otros motivos como la falta de tiempo, el cansancio, la inseguridad, la impulsividad y la pereza.
Además, la perfección puede ser también un motivo por el cual retrasamos nuestras actividades reemplazando las tareas más sencillas por unas más desafiantes.
No hay nada malo en aplazar algunas actividades, el problema real ocurre cuando siempre postergamos nuestras actividades haciendo de ello una costumbre. Esto a su vez genera inseguridad, depresión, ansiedad e incluso puede afectar nuestra autoestima.
Personas afectadas
Si bien todos en algún momento hemos postergado una actividad, existen algunas personas que son más propensas a desarrollar un hábito de postergar
Personas inseguras que evitan la crítica, y buscan evitar el rechazo.
Las personas que confían demasiado en sus habilidades y recursos personales y suelen creer que tienen tiempo de sobra, de tal forma que dejan todo para último minuto, motivo por el cual, terminan en situaciones tensas y bajo mucho estrés.
Personas que suelen ser muy creativas pero carecen de la capacidad para poner en marcha sus planes o realizar sus actividades, terminando con un sinfín de actividades pendientes.
No obstante si el hábito de dejar las cosas para después, afecta el desarrollo de una persona, en su vida personal, profesional, o social, provocando el aislamiento, debemos recurrir a un experto.
¿Cómo saber si soy un postergador?
Si te sientes identificado con algunas de las siguientes descripciones es muy posible que seas un postergador:
- Tiendes a dejar todo para el último momento
- Sueles decir o pensar que aún tienes demasiado tiempo para realizar tus actividades.
- Te mantienes en una relación que ha terminado bajo la esperanza de que algún día las cosas van a cambiar y mejorar
- Dejas para después incluso las tareas más simples
- Esperas a que las cosas mejoren por sí mismas sin actuar o participar para cambiarlas.
- Si evitas enfrentar a alguna persona porque te hace sentir incómodo
- Si sueles hablar constantemente de lo que vas a hacer, o tienes planeado hacer pero nunca lo realizas o llegas a concretar.
Empieza a actuar ¡hoy!
Hay varias estrategias que puedes adoptar para dejar de postergar todas tus actividades.
Un paso a la vez: Empieza con una actividad, es difícil dedicar tu tiempo a actividades varias, ya que esto dificulta la concentración, y por lo tanto, los pendientes se pueden acumular. Procura enfocarte en una sola tarea a la vez, y plantearte la siguiente al terminarla.
Define tu meta: Las ideas vagas también son confusas cuando quieres cumplirlas, enfócate en una meta concreta, define bien el resultado que deseas, de esta forma, los pasos hacia dicha meta son más fáciles de elegir.
Organízate: Si te cuesta organizar tu tiempo y programarte para realizar cierta actividad, procura establecer horarios que te parezcan prudentes para cada una, por ejemplo, si has estado postergando ejercitarte, puedes revisar un espacio libre en tu día para programarte, este compromiso contigo, puede ser lo que necesitas para poder trabajar en tus tareas.
Aprende a lidiar con el error: Muchas veces es el miedo y la inseguridad de enfrentarnos a un error, la razón por la que decidimos dejarlo para después, sin embargo, debemos tener en mente que los errores nos brindan experiencia y en muchos de los casos, equivocarse puede ser mejor que no hacer nada.
Descansa: Si eres de las personas que a pesar de que siente estar todo el día activo y trabajando tienes la sensación de que no avanzas con tus pendientes, es posible que el agotamiento esté haciendo de las suyas. Para poder trabajar es necesario un buen descanso, además, es esencial para una buena salud.
Deja de recurrir a las excusas: “no tuve tiempo”, “no me podía concentrar”, “cuando tenga algo de tiempo libre lo hago”, es verdad que a todos nos puede ocurrir, sin embargo, cuando estamos evitando hacer algo y escudándonos en excusas falsas, debemos hacer una reflexión, sin duda, dejar todo para después, nos permite estar en una zona de confort, pero también nos impide avanzar, y estos pendientes que se acumulan, generan estrés y otros conflictos, que sólo dificultan más la realización de dichas actividades.