Desarrolla tu inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la posibilidad de controlarlos. Existen ejercicios, que nos pueden ayudar a controlar esos impulsos emocionales y poder así gobernar sobre nuestro estado anímico.
En muchas ocasiones, nos cuesta definir lo que estamos sintiendo, enojo, temor o cualquier sentimiento, puede costarnos identificar, También ocurre que a veces conocemos el sentimiento que nos invade, más no sabemos qué hacer para controlarlo. Es por ello que la inteligencia emocional es útil, ya que nos ayuda a ser más equilibrados y aprender a dominar nuestro bienestar.
Poner en práctica la inteligencia emocional
Aprender a dominar nuestras emociones, nos hace más conscientes de nosotros y de nuestra capacidad para sentirnos bien y felices. E incluso hacer uso de esa inteligencia, para mejorar nuestra situación.
No es una tarea sencilla, sin embargo, hay algunas habilidades que nos pueden ayudar a desarrollar nuestra inteligencia emocional:
- Se consciente de tus emociones: un primer nivel de inteligencia emocional, consiste en aprender a reconocer nuestros sentimientos y emociones, así como tener la capacidad de evaluarlos en relación a las circunstancias y sentimientos del pasado.
- Aprender a dominar las emociones: Se trata de la habilidad para controlar, los impulsos emocionales y orientarlos y adecuarlos a determinado objetivo. Al principio, lo que más se aconseja es trabajar sobre la duración de los sentimientos.
- Automotivación: Uno de los umbrales de desarrollo de la inteligencia emocional es aprender a entusiasmarnos con nuestras tareas para así realizarlas de la mejor manera posible, evitando así los impulsos negativos.
- Empatía: Nos permite reconocer e interpretar las emociones de los demás. Si prestamos atención, en los gestos, las miradas, los tonos de voz, es más fácil que podamos reconocer los sentimientos del otro.
Trabaja el control sobre tus emociones
Hay que ser conscientes que no podemos aprender de un día a otro a dominar nuestras emociones, ni ser expertos en materia de inteligencia emocional, sin embargo, poner en práctica sencillos ejercicios, nos harán cada vez más hábiles y conscientes al respecto.
El primer paso, es la reflexión y autoconciencia, aprender a identificar nuestros propios sentimientos. Es importante reflexionar sobre los siguientes puntos:
- Examinar como realizamos las valoraciones de los demás.
- Como entramos en contacto con nuestras emociones
- De qué forma las identificamos, e interpretamos nuestras intenciones.
- Identificar la relación entre nuestras acciones y el cómo nos sentimos.
Encuentra a tu niño interior
Para desarrollar tu inteligencia emocional, es importante ponernos en contacto con nuestro niño interno, para conseguirlo, realiza el siguiente ejercicio:
Contempla una foto tuya de la niñez durante varios minutos, después cierra los ojos y respira profundamente, para relajarnos y concentrarnos en la imagen. Hazte las siguientes preguntas:
¿Cómo era tener esa edad?, ¿Qué emociones experimentabas en ése entonces? ¿Cómo era la relación con tus padres y amigos?
Es esencial prestar atención a los sentimientos que nos invaden y recordamos al poner en práctica éstos ejercicios, así como interpretarlos. Con sólo practicarlo durante varios días, será posible aprender a conectarnos con ese niño interior de cada uno, y también lograr un mayor nivel de integración en el presente.
Beneficios de la inteligencia emocional
Tener el control sobre nosotros nos puede beneficiar de muchas formas, convirtiéndonos en personas más positivas, y por ende también más sanas.
- Mejora la capacidad de motivarnos a nosotros mismos.
- Genera empatía y nos ayuda a relacionarnos y confiar en los demás.
- Nos ayuda a perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones.
- Nos hace dueños de nuestros propios estados de ánimo.
- Evita que la angustia interfiera con nuestra capacidad racional
- Es una forma de aprender a controlar nuestros impulsos emocionales, y por lo tanto aprender a equilibrarnos.