La vida no termina en la Menopausia

Publicado: 19/02/2010 - Actualizado: 13/08/2019

Se calcula que en el mundo hay unos 800 millones de mujeres menopáusicas, de las cuales 600 millones no reciben THS y si bien la menopausia no está considerada como una enfermedad, también es cierto que lleva asociados una serie de síntomas que hacen que la calidad de vida de las mujeres que los padecen se vea claramente disminuida. Un alto porcentaje de ellas no acude al médico para buscar tratamiento, en gran parte porque piensan que son inevitables.

Los síntomas de la menopausia

Mujeres jóvenes –entre 40 y 50 años–, con una vida profesional y social muy activa se encuentran envueltas en una espiral de síntomas que interrumpen el desarrollo normal de su actividad. De entre todos los que encontramos asociados a la menopausia, quizá el más llamativo y molesto sean los sofocos. Esta sensación de calor y ahogo, tan común en las mujeres que se encuentran en el climaterio, sobreviene en cualquier situación y produce un malestar difícilmente disimulable.

En los últimos años el interés por los productos naturales, a la hora de cuidar nuestra salud, ha tomado una relevancia extraordinaria. Si bien el uso de las plantas medicinales está cada vez más extendido, no hay que olvidar que se trata de productos que deben ajustarse a un exhaustivo control sanitario.

En algunas ocasiones, estos medicamentos desarrollados a base de plantas, se han convertido en una alternativa eficaz a los fármacos que se venían administrando de forma habitual. Este es el caso de la Fitoterapia Combinada, que se ha convertido en un sustituto eficaz en aquellos casos en los que la administración de la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), está contraindicada para el tratamiento de los síntomas de la menopausia.

Además de obtenerse excelentes resultados, la Fitoterapia Combinada (Soja+Trébol Rojo) carece de los indeseados efectos secundarios que provocaba la THS, pudiendo ser administrada a un abanico mucho más amplio de pacientes.

La fitoterapia combinada o el poder de la ciencia

En los últimos años el interés por los productos naturales a la hora de cuidar nuestra salud ha tomado una relevancia extraordinaria. Las plantas medicinales, remedios que nos brinda la naturaleza y que se conocían desde tiempo inmemorial, se han convertido en los tratamientos “de moda”.

Sin embargo, la utilización de estas plantas puede ser también un arma peligrosa si cae en manos inexpertas. Es importante recordar que no todas las enfermedades se pueden curar con plantas y que no todas las plantas son curativas, por ello es fundamental contar con la supervisión de un médico, que es el único que está capacitado para prescribir un tratamiento, y de un farmacéutico que, al dispensarnos el producto, es la persona que nos garantiza su adecuación a la prescripción del especialista.

Por otra parte, conocedores de las posibilidades que las plantas pueden ofrecer, la industria farmacéutica también se ha involucrado en esta corriente. Los laboratorios han venido desarrollando toda una serie de productos que, basados en la utilización de las plantas como principios activos, ofrecen todas las garantías de la investigación científica y de la aplicación de los más rigurosos controles de producción.

Los remedios que llegaron de Oriente

Si bien en Oriente se conoce y se ha confiado en el poder curativo de las plantas desde hace más de 2000 años, la política seguida en Occidente ha sido la contraria. Dada la dificultad que suponía la obtención y el empleo de plantas medicinales en las modernas ciudades occidentales y la falta de estudios científicos que avalaran las prácticas tradicionales, poco a poco se fue relegando su uso en beneficio de los medicamentos producidos artificialmente.

No fue hasta mediados de los años 70 cuando la Organización Mundial de la Salud creó el Programa de Promoción y Desarrollo de las Medicinas Tradicionales. Este fue el pistoletazo de salida para que miles de investigadores se lanzaran al estudio y recuperación de las medicinas tradicionales.

En estas últimas décadas la Fitoterapia ha venido evolucionando en Occidente, para convertirse en una opción aceptada por la comunidad científica, de tal forma que los laboratorios farmacéuticos la han incorporado a sus programas de I+D+I como una línea más a desarrollar.

Fitoterapia combinada: La fusión entre ciencia y NATURALEZA

Esta “profesionalización” del tratamiento que se le ha dado a la Fitoterapia está redundando en beneficio de los consumidores de tal modo que, tanto la forma de ingerir los principios activos de las plantas como las dosis adecuadas para su administración, están perfectamente controladas para optimizar sus resultados y minimizar los riesgos.

Un ejemplo de este “perfecto matrimonio” entre la ciencia y la naturaleza es la Fitoterapia Combinada. Este término viene a definir la coexistencia de la soja con el trébol rojo, como fármaco y profármaco, en un mismo producto.

Ya hace años que se conoce el beneficioso efecto que tiene la utilización de la soja para el tratamiento de los síntomas de la menopausia, pero el estudio y la realización de innumerables pruebas científicas han llagado a la conclusión de que su impacto podía mejorarse.

Tanto la soja como el trébol rojo contienen fitoestrógenos. Estas isoflavonas de origen vegetal son sustancias naturales con actividad estrogénica y se ha demostrado que la combinación de ambas refuerza sus propiedades, proporcionando claros beneficios sobre la salud de las mujeres posmenopáusicas.

Tras unos meses de tratamiento, estos compuestos naturales, habitualmente bien tolerados, producen una reducción significativa de los sofocos, sudoraciones, sintomatología psíquica, reducción de los niveles de colesterol total, c-LDL y un incremento de c-HDL, además de tener un efecto positivo en la citología vaginal.

Teniendo en cuenta que los tratamientos a base de THS (Terapia Hormonal Sustitutiva) están contraindicados en gran número de casos –debido fundamentalmente a los efectos indeseados que producen–, el contar con esta alternativa supone una vía de salida, tanto para médicos como para pacientes. Hay que contemplar que se trata de una sintomatología que afecta a la mayoría de las mujeres en un momento de su vida en el que, todavía jóvenes y con una vida profesional y social muy activa, no están dispuestas a interrumpir su ritmo habitual por estas molestias.

Fitoterapia sí, pero con control médico

No es raro encontrar, en las salas de espera de muchos médicos, pacientes que buscan “un médico de verdad, no uno de esos que te mandan yerbajos”, mientras que otros no quieren ni acercarse, porque “no piensan meter en su cuerpo porquerías químicas, habiendo plantas que lo curan todo”.

Afortunadamente, se trata de posturas extremas que cada vez se van dando menos. Este antagonismo entre ambas opciones parece que ha llegado a su fin y se ha alcanzado un punto medio, en el que se combinan los beneficios de las plantas medicinales con los conocimientos empíricos de la medicina moderna.

Como consumidores, debemos exigir la realización de Ensayos Clínicos que avalen la efectividad de los productos que se ponen a la venta y que sean claramente diferenciados los complementos alimenticios de los auténticos medicamentos. Éstos últimos son los únicos que nos pueden ofrecer garantías de ser beneficiosos para nuestra salud, tanto por la dosificación de los componentes como por los controles sanitarios a los que están sometidos.

Para ello es fundamental seguir las instrucciones de un profesional de la medicina y comprender que, aunque su principio activo sean las plantas, en ningún caso deben ser adquiridas e ingeridas sin control médico-farmacéutico.

Acerca del autor
  • Dra. Loredana Lunadei

    La Dra. Loredana Lunadei es especialista en alimentación, dietética y nutrición. Realizó sus estudios en la Universidad de Milán donde obtuvo la licenciatura en Ciencia y Tecnología de alimentos. Posteriormente continuo sus estudios, realizando el doctorado también en dicha universidad. Linkedin.