Rubor facial (ponerse rojo, blushing, etc.): método súper efectivo para evitarlo
¿Te pones rojo con facilidad? ¿Sueles ruborizarte cuando hablas, la gente te mira, o sin ningún motivo aparente? Aunque no lo parezca, un gran número de personas padecen lo que se conoce como blushing o rubor facial patológico, la cual no es una enfermedad como muchos piensan, sino un problema que se puede resolver de formas sencillas y naturales.
¿Quieres realmente “curarte” de este problema? Entonces toma unos minutos para que conozcas lo que sucede en tu cuerpo y puedas enfrentar este problema siguiendo estas sencillas pero efectivas recomendaciones, recuerda que cualquier problema en la vida se vuelve una bendición si nos ayuda a crecer y a conocernos mejor.
¿Por qué nos ponemos rojos por cualquier cosa?
Ponerse rojo le ocurre a todas las personas cuando sienten vergüenza o mucha ira, o por ciertas condiciones climáticas, etc., es algo natural cuando la circulación de la sangre se hace más rápida y fluida. Sin embargo, cuando esto ocurre muy fácilmente y sin previo aviso o estimulo, entonces representa un problema para la persona ya que esto podría afectar su vida social, su ánimo para convivir o su seguridad o estima, sobre todo cuando el rubor facial está acompañado de otros síntomas como sudor excesivo, hormigueo en las manos, calor en el rostro, etc.
Sistema nervioso y rubor facial: la raíz de la cura
El rubor facial sucede cuando la piel de la cara y a veces también del cuello y el pecho se torna de color rojo y se llena de una sensación de calor. El rubor sucede debido a que nuestra cara contiene muchos vasitos sanguíneos o capilares los cuales están rodeados de músculos en sus paredes quienes pueden hacer que el vaso se contraiga o se dilate. Por lo general, los vasitos capilares en nuestra cara están contraídos, pero cuando se produce una contracción un poco más intensa, la cantidad de sangre que pasa debe aumentar su presión o velocidad sanguínea la cual haría que circulara por la cara más sangre y esta a su vez se tornara roja.
Las paredes de nuestros vasitos capilares están controladas por nuestro sistema nervioso autónomo (SNA), el cual es una red de nervios que producen reacciones automáticas, es decir, que nosotros no controlamos de forma consciente, así que los vasitos capilares se contraen ya sea con la temperatura del ambiente, comer cosas picantes, algunas enfermedades, estrés, cambios de temperatura y nuestras emociones. Hay quienes se ruborizan más fácil que otras personas y esto se debe a la sensibilidad de nuestro sistema nervioso autónomo.
Emociones emergencia y rubor facial
El estrés, los nervios, el miedo o la ira son emociones que disparan nuestro sistema de emergencia o defensa. Con estas emociones la sangre circula a mayor velocidad debido a que el cuerpo entra en estado de alerta, el cuerpo no reconoce si está nervioso porque tiene un león enfrente o una deuda o algo que le avergüenza, el cuerpo solo entiende que hay un supuesto peligro enfrente o algo con lo que hay que luchar, y entonces prende un sistema defensivo donde todo el cuerpo entra en alerta, los ojos y todos los sentidos deben estar más despiertos así como las reacciones rápidas, por lo que, entre otras cosas, se llevan más nutrientes y oxigeno a todo el cuerpo para que este pueda estar más receptivo, reactivo y hábil ante el supuesto peligro.
Cuando un cuerpo está muy bien alimentado u oxigenado esto ocurre con mucho mayor prontitud y la acción de emergencia se prende con más facilidad, así como sucede cuando la persona reconoce, ya sea consciente o inconscientemente, una experiencia como algo de “de peligro” o de “cuidado”, los motores se encienden y el organismo ante la posible acción de urgencia activa adrenalina en el cuerpo, los jugos gástricos aumentan para acelerar la digestión de posibles alimentos para proveer a nuestros músculos de una ración extra de nutrientes y oxígeno, haciendo circular más sangre en el cuerpo y provocando que el rostro se llene de sangre (rubor facial), las manos sudan (para eliminar el calor excesivo en el cuerpo), el corazón se acelera, la respiración aumenta en su frecuencia, etc.
Cómo curar el rubor facial patológico
Si emprendemos un trabajo de observación profunda y aprendemos a detectar aquellas situaciones que nos causan temor, ansiedad, preocupación, etc., y vemos la actitud que las genera, entonces podremos disolver de forma permanente el rubor facial patológico.
Cuando nos ruborizamos de forma anormal es que el cuerpo, de alguna forma ha detectado un peligro o una amenaza, ya sea de forma consciente o inconsciente. Por ejemplo, podemos ser muy abiertos y seguros en sociedad, pero puede haber un factor inconsciente que dispara un temor o amenaza cuando, por ejemplo, la gente nos observa o escucha. Este temor puede venir del miedo al ridículo, del temor de no ser aceptados o de mostrar alguna debilidad que escondemos, del miedo a que se descubra algún rasgo de nuestra personalidad que consideramos “malo”, etc. Para muchas personas, ser aceptados, no ser descubiertos en sus debilidades o caer en el ridículo puede ser algo muy importante, sobre todo cuando dependemos mucho del qué dirán los demás o estamos muy preocupados por la imagen personal o sentimos que hay algo malo en nosotros que no debe ser visto.
Ejercicio para curar el rubor facial patológico
Obsérvate justo cuando te pongas rojo y no intentes evitarlo, esconderte o controlarlo, pues esto solo empeorara el problema y hará que tu cara se ponga más roja pues el miedo a que no te vean o descubras aumentara. Cuando sientas o alguien te haga notar que te has puesto rojo, no lo veas como algo malo ni como un problema, dite a ti mismo que estás en paz y contento o contenta con la persona que eres y que te aceptas como eres. Cuando estés a solas, practica observar donde te sientes inseguro o donde no te aceptas o sientes que hay algo de malo en ti, observarte hará que no tengas nada que esconder y que te aprendas a amar como eres.
Si sientes que cuando hablas o llamas la atención tu cara se ruboriza, respira hondo, lento y profundo, y concéntrate en los latidos de tu corazón, si la gente se ríe o hace comentarios tómalo como algo natural y déjalo pasar, dite a ti mismo que no hay ningún problema en que la gente te vea y en ser tu mismo, y veras que, si insistes y eres paciente, este problema poco a poco se disolverá.
Las personas que se ponen rojas con facilidad pueden haber crecido en ambientes donde habia mucha critica o exigencia, o donde se preocupaba mucho el entorno por quedar bien con el prójimo. antes que con uno msimo.