Terrores Nocturnos y Pesadillas
Los terrores nocturnos y las pesadillas son trastornos del sueño cuya diferencia entre uno y otro es que los terrores nocturnos son más severos y espectaculares que una pesadilla. Sin embargo, tanto uno como el otro se caracterizan por la presencia de un sueño intranquilo asociado al miedo y temores, emociones que se presentan de forma acentuada y súbita mientras se sueña.
Cómo detectar que alguien tiene pesadillas o terror nocturno
Se puede detectar cuando alguien sufre de una pesadilla o terror nocturno cuando:
- Hay lamentos o quejas ansiosas o desesperadas mientras se sueña.
- Hay agitación en la respiración y pulso cardiaco.
- Hay movimientos corporales incontrolados y violentos.
- Se habla o incluso se grita de forma desesperada durante el sueño. Muchas veces el grito es lo que lleva a la persona a despertarse.
Este tipo de sueños los sueln padecer por lo general los niños, aunque hay muchos adultos que también son afectados por ellos.
Las fases del sueño y las pesadillas
El sueño pasa por diferentes etapas: Cada una s de estas fases se asocia con una actividad cerebral particular. Durante la fase conocida como MOR (movimientos oculares rápidos) es cuando se sueña. Los terrores nocturnos suelen ocurrir de dos a tres horas después de que el niño concilia el sueño, cuando tiene lugar la transición desde la fase de sueño más profunda a la más superficial.
¿A que se deben las pesadillas y los terrores nocturnos?
En el caso de los terrores nocturnos, se asocian a un sistema nervioso inmaduro, sobre todo en los niños. En los adultos, se debe a un sistema nervioso alterado, a personas que suelen padecer de mucho estrés, termo o ansiedad o toman mucho medicamento. Las pesadillas, por otro lado, suelen deberse a que mientras dormimos, suelen destaparse emociones que podemos tener muy contenidas o guardadas, incluso de forma no consiente. Una forma de desahogar estas emociones es por medio del sueño. Cuando existen emociones de angustia, ansiedad o temor fuertes, entonces el sueño puede ser una fuga, dando lugar a la libración de emociones contenidas por medio del sueño.
Mi hijo tiene pesadillas y/o terrores nocturnos
Muchos padres han tenido que consolar a sus pequeños después de un mal sueño, siendo algunas veces este consuelo no suficiente. Durante un terror nocturno, qué es menos frecuente que las pesadillas, el niño puede incorporarse súbitamente y ponerse a gritar o lamentar, sumamente angustiado o atemorizado, y aunque la mayor parte de las veces el temor suele pasarse y el niño vuelve a dormir plácidamente, en ocasiones puede ser difícil de suavizar sus nervios. A diferencia de las pesadillas, los niños no recuerdan por lo general no recuerdan un terror nocturno porque estaban dormidos mientras ocurrió.
En realidad, una pesadilla no es, hasta cierto punto nada grave. En realidad este tipo de sueño puede tratarse ayudando al niño, sobre todo, a tener actividades durante el día que le ayuden a desahogar sus emociones. Los terrores nocturnos por lo general desaparecen cuando el sistema nervioso madura.
¿Qué hacer para consolar a mi hijo?
La mejor forma de reaccionar si a tu hijo el da un terror nocturno es acompañarlo si ya se despertó y esperar pacientemente a que este pase, si se puede tomarle la mano o abrazarlo, y cuidar de que el pequeño no se haga daño al agitarse. Es casi seguro que pronto se calmara. Si se le escucha gritar o lamentarse, lo mejor no es despertarle pues puede ser algo brusco sacarle del sueño, se puede despertar desorientado e incluso más nervioso que si se le permite que el sueño pase.
Antes de dormir
Evita que vea la tele, sobre todo programas violentos o agresivos. Procura que cene alimentos de fácil digestión, evita cenas pesadas, el niño debe cenar ligero y el alimento pesado tomarlo 2 horas antes de acostarse. Dale una infusión de te de hierbabuena para que le ayude a relajarse y evita alimentos azucarados que alteran el sistema nervioso. Lee un cuento con imágenes agradables y pon música suave especial para niños a la hora de dormir. Evita discusiones o situaciones que alteren al niño.
Meditación para relajar a los niños (o al adulto) antes de dormir
1. Con una música suave de fondo, pídeles que cierren sus ojos y que imaginen una esferita de luz del color que quieran.
2. Ahora, pídele al pequeño que la ponga a la altura de su corazón y que sienta su calor, dile que su calor se siente muy bien, que es una luz tibia muy agradable, y que visualice que su corazón acuna esta esferita.
3. Después de unos minutos, pídele que imagine que esta esferita crece en su corazón y se hace grande, y que abarca poco a poco su cabeza, pecho, su espalda, sus brazos, su estómago, sus piernas y pies.
4. Dile que se imagine como esta luz le cubre completamente, hasta que se sienta inundado de esa luz que cada vez más lo sume en un sueño tranquilo ty reparador.
No te preocupes si nunca has hecho una meditación a tu pequeño. Siempre hay una primera vez y esta meditación es en verdad eficaz. Sólo tienes que cerrar tus ojos tu también, modular la voz a un tono suave y dulce, y hacer la meditación al mismo tiempo que la guías para que el pequeño no sienta prisa.