Abortar: cuando “no es el momento”
El tema del aborto es muy controversial, hay muy diversas y encontradas opiniones entre la mayoría de las Iglesias y diversas religiones (como la católica, la Judía, los Protestantes, Mormones, etcétera), las cuales han sido claras respecto a su posición en contra del aborto, basándose en un principio fundamental que reside en que estas iglesias y religiones creen que la vida comienza en el momento de la concepción y, por lo mismo, desde este momento el embrión ya es un ser vivo, digno de ser respetado y protegido. Por lo mismo, estas religiones insisten en detener las leyes que permiten el aborto. Sin embargo, cabe mencionar que dentro de estos mismos grupos, hay aquellos que no están de acuerdo con dichas posturas, la Iglesia Católica, por ejemplo, tiene ciertas agrupaciones que actualmente defienden el aborto durante el primer trimestre, basándose en la idea aristotélica de que el alma no entra al cuerpo sino hasta después de cuarenta u ochenta días después de la concepción (Santo Tomás de Aquino ratificó esta idea).
La inesperada maternidad
El momento de la maternidad no siempre es elegido ni planeado, y ante una circunstancia así una mujer puede reaccionar de muy diversas formas. Independientemente de la edad que la mujer tenga, la maternidad inesperada puede ser un gran reto y representar gran incertidumbre, dudas, confusión y emociones encontradas. Sin embargo, no es lo mismo un embarazo inesperado a los 34 años, por ejemplo, que a los 15, lo más probable es que una adolescente de quince años requerirá de una orientación y un apoyo afectivo mucho más atento y cercano.
¿Qué hacer?
Una de las tantas cosas que puede cruzar por la cabeza de una adolescente en un caso así es que ella no esta en el momento ni en la edad de tener un bebé, sus sentimientos se eclipsan ante algo que puede resultar en verdad abrumador, un bebé cuando ella piensa en chicos, fiestas, viajar o estudiar. Muchas chicas al recibir la noticia pueden sentir el rechazo absoluto e instantáneo a la idea, y no quieren considerar nada más que el aborto. Otras, sin embargo, se llenan de confusión, debatiéndose entre la idea de lo que deben y quieren. Sin embargo, una de las cosas que más angustia a las adolescentes ante una circunstancia así es el que dirán sus papás, sus amigos, sus maestros, etcétera. La culpa que puede generar la critica puede ser en verdad severa.
¿Qué hacer? ¿abortar? ¿tener al bebé? Sin duda esta es una cuestión que la chica debiese analizar muy personalmente, aunque muchas veces no es posible porque gana la angustia, la confusión y sobre todo gana la ansiedad o la tensión ante la idea de que el bebé crece y que quizá si se toma tiempo en consideraciones pronto ya no podrá abortar. Sin embargo, siempre es oportuno plantearse algunas preguntas como ¿Qué es lo “peor” que podría pasar si tengo al bebé? ¿Qué es lo “peor” que podrían decir mis papás, mis amigos, mis maestros y demás? ¿Cómo sería mi vida si tengo al bebé? ¿Quiénes me apoyarían y quienes no?
Lo mejor en todo caso sería que la chica tuviese a alguien cerca de ella que la pudiese orientar y llevar calma a su corazón, que le hablara exponiéndole la idea de que no es tan terrible estar embarazada a su edad, que los demás siempre van a hablar y criticar cuando no tienen otra cosa mejor que hacer y que, además, un bebé puede ser un reto maravilloso y un gran maestro que la ayude a madurar en muchos sentidos y a descubrir cosas muy bellas de la vida. Sin embargo, muchas veces esto no es posible y ella tendrá que ayudarse como pueda a si misma, quizá cuente con la ayuda del padre del futuro bebé, pero la mayoría de las veces ella tendrá que hacerse responsable de sus decisiones y de lo que siente.
Hay muchas chicas muy jóvenes que, pese a todo, han optado por tener sus bebés a muy temprana edad y son bien apoyadas por sus familiares, algunas ocasiones por su pareja y pueden estudiar y hasta trabajar; otras han tenido a su bebé y lo han dado en adopción. Sin embargo, no siempre la decisión será tener al bebé, y la joven buscará el aborto. En este caso, la chica puede buscar remedios apresurados, como clínicas clandestinas (donde hay peligro de hemorragias, infecciones o daños) o buscar “asesorías” con personas que poco saben del asunto y que sólo quieren venderles productos o remedios que podrían dañar severamente su salud.
Abortar
Sabiendo que las decisiones son algo a veces muy complejo y muy personal (inspiradas muchas veces por un sinfín de cuestiones como el conocimiento y la madurez emocional), y teniendo en cuenta además que este artículo no intenta juzgar en ningún momento decisiones ajenas sino simplemente instruir y tener en cuenta el bienestar de muchas jovencitas, hemos de decirles que las hierbas pueden ser una alternativa para el aborto, sabiéndolas usar y emplear con conocimiento y sensatez pueden evitarle a la mujer exponerse a muchos peligros que existen a la hora de abortar en clínicas antihigiénicas o por medio de pastillas y demás. Sin embargo, si deseas tomar esta alternativa, debes tomar en cuenta que las hierbas presentan grados de toxicidad, y que lo mejor es que siempre que tengas dudas seas guiada por un experto en fitoterapia.
La naturaleza siempre ofrece posibilidades, y hay muchas hierbas que tienen propiedades abortivas: el orégano, la quinina, las hierbas amargas, el ajenjo, el tanaceto, la ruda, el tarraguillo, el perejil y el hinojo entre otras. La forma de hacerlo varía. En algunas zonas rurales, las chicas que desean abortar preparaban infusiones en cazuelas con estas hierbas, beben lo más que pueden dichas preparaciones (las cuales deben tomarse lo más caliente posible). Durante las tomas se debe caminar lo más posible. Hay que recordar siempre tener el apoyo de un profesional y no excederse más de 4 días en las tomas. Siempre que presentes un malestar o una hemorragia que dure más de 3 días, consulta a un profesional.
Sea cual sea la decisión de una adolescente, un adulto debe recordar que el apoyo afectivo y la comprensión es uno de los estímulos más grandiosos que hay para salir adelante. Una adolescente lo que menos quiere en una situación así es saber que hizo “algo mal”. Lo mejor es siempre aceptar el momento tal como esta, ayudarle a ella (o ayudarte a ti misma, si no cuentas con apoyo) a aceptar el momento y a buscar la solución más adecuada.