La crítica, la charla inutil y el poder de tu palabra
“Se ve bien mal”, “¿Ya viste que piernas tan flacas?”, “Fíjate que la vecina el otro día…”. ¿Qué sucedería si toda esa energía que se gasta en criticar la usáramos para crear lo que queremos?
Si bien el chisme es algo que a muchos gusta, bien es cierto que, a final de cuentas, lo único que deja es una forma de matar el tiempo y, además, nos resta poder y fuerza para crear nuestras vidas. .
Aunque no lo notemos, por nuestra boca se libera mucha energía todos los días. La palabra, no es nuevo saberlo, ha sido considerada como una de las herramientas más poderosas para crear la realidad. Desde la antigüedad la palabra ya era considerada “una varita mágica”, el decreto en la metafísica y en otras culturas es algo que influye en la realidad de forma contundente, por lo que se debe tener precaución al usarla. Los mantras, que son sonidos formados por sílabas y palabras para crear frases sagradas, y que se repiten con la finalidad de contactar o invocar lo Divino, nos advierten que los sonidos pueden generar energía poderosa cuando se cantan o pronuncian con cierta intencionalidad. Además, encontramos en los rezos, las plegarias, los decretos o afirmaciones, un uso de la palabra se podría decir, mágico.
La palabra es la conclusión de todo lo que sabemos y pensamos, y hemos admitido como verdad. Cuando hablamos, estamos enviando nuestra propia energía hacia nuestro alrededor, y la estamos haciendo crecer. La mente no distingue si estamos rezando, afirmando cosas divinas, o estamos en el chisme. La mente está generando todo aquello que hablamos o pensamos, y donde fijamos nuestra atención.
Cuando hablamos estamos usando una de las varitas mágicas más poderosas que hay. Imagina que quieres crear cosas grandiosas para ti, y que tu mente y palabra está enfocada en qué hace o deja de hacer el vecino, o si aquel o aquella debieron de hacer o decir tales cosas. Imagina que la energía que podrías gastar en crear una buena fortuna la empleas en estar criticando la fiesta de tu amigo. Cuando hablamos, la energía que soltamos a través de nuestra boca se encarna en nosotros mismos, en nuestro campo de acción, en nuestro cuerpo, en nuestra vida. Aquí podemos citar la frase metafísica que “Todo lo que enviamos hacia fuera de nosotros, nos es regresado multiplicado”. Y así es.
Podremos estar criticando al de enfrente, a un ex novio, o en el chisme de las novelas. Pero la mente no distingue a quien va esta energía. Tú la hablas, tu eres el Mago que la decreta para si mismo. Cada una de tus palabras significa que has aceptado en tu realidad lo que estás diciendo, aunque lo digas para otra persona o cosa, lo has aceptado, y la mente producirá sus efectos en tu entorno y todos los aspectos de tu vida. Si tu critica limita a alguien, entonces es a ti a quien limitas con tu propia palabra.
Una persona limitada es una persona que carece de poder para crear su realidad. Si observas, la gente poderosa, creativa y emprendedora no tiene ni gasta tiempo para el chisme o la charla inútil. Usa su palabra con inteligencia. Y no significa que no haga bromas o se divierta cuando habla, significa que lo que dice proviene desde el fondo de su ser, y no tan solo de su lengua.
Si la palabra es creadora, entonces una persona debiera usarla a su favor y no es su contra. Aunque te pases un buen rato criticando a los demás, sería bueno observar que, cuando hablamos por hablar o estamos en el chisme, lo único que en el fondo estamos haciendo es tratando de sentirnos importantes mediante los defectos o carencias de los demás.
Podemos pasar horas hablando del mal gobierno, de la inseguridad, de los malos programas en la tv o de que mal luce este o el otro… ¿Y luego? ¿Cuándo acaba el chisme que sucede? Te vas a tu casa y que ha cambiado en tu vida. Digamos, que si te preocupa tanto lo que hace el otro en su vida, ¿No más bien la preocupación sería que estás haciendo tu con tu vida? ¿Qué estás haciendo, digamos, para mejorar tu propio gobierno? ¿Te has puesto a pensar en tu aburrida programación de vida? ¿No será que tu vida carece de emoción por lo que usas al otro para darle un poco de interés?
Mucha de la crítica, chisme o charla inútil proviene de aquellos que son incapaces de hacer algo emocionante con sus vidas, por lo que lo hacen “para pasar el tiempo” y “alzarse” haciendo quedar mal a un tercero. Todo esto, aunque no se note, resta poder personal, baja tu nivel de creatividad, y genera un razonamiento poco profundo.
Es difícil, cierto, dejar de decir cosas por decir o chismear con alguien de las pocas virtudes o problemas de los demás. Hay que hacer mucho esfuerzo por mantenerse callado pues por lo general la gente nos jala a hablar por hablar. Además, el chisme puede ser hasta cierto punto algo divertido, pues nos hace pasar un buen rato. Si estamos acostumbrados a esto, quizá nos cueste más empezar a crearnos nuevos círculos de amigos donde el chisme no quepa. Quizá al principio nos critiquen por no seguir la corriente y mantenernos reservados, nos costara no reírnos cuando no lo deseamos y empezar a usar nuestra palabra con más consciencia y de forma creativa. Pero realmente vale la pena el cambio del uso de nuestra palabra, y no despilfarrarla sabiendo el poder y el valor que tiene.
Así que, de ahora en adelante, observa como usas tu palabra y cuanto tiempo gastas hablando cosas que carecen de verdadero interés o sentido, cuánto tiempo gastas hablando de alguien o diciendo cosas por decir que no llevan a nada. Lo mejor es que cada vez que vayas a hablar, te acuerdes lo que dice un sabio refrán: si no tienes algo que decir más bello que el silencio, mejor deja que el silencio hable por si mismo.