Por qué eliminar la leche y el azúcar refinada cuando se padece dermatitis
En muchos de los problemas y padecimientos de la piel, se sugiere eliminar de la dieta la leche de vaca ( y sus derivados) y el azúcar refinada. Esto pudiera parecer muy sencillo para quien lo dice, pero cuando estamos acostumbrados a consumir determinados alimentos y de repente alguien nos dice que los quitemos de la dieta, muchas veces se hace complicado y hasta exagerado lo propuesto.
Y sin embargo, cuando hay una buena disposición, puede uno intentar seguir lo que ha sugerido un especialista, y entonces se hacen esfuerzos realmente exagerados por evitar consumir lo indicado. Sin embargo, el esfuerzo y el aguantarse las ganas de consumir lo acostumbrado no es siempre la mejor manera de decirle al cuerpo que hacer. La comprensión, por otro lado, es lo que hace de nuestra voluntad no algo forzado sino un esfuerzo consiente. Saber comprender el porque de ciertas cosas, es lo que hace de la voluntad algo fortalecido y con más sentido, hacer consciencia de las razones siempre da a nuestro enfoque un a convicción más inteligente que se refleja en la actitud.
Así, pues, explicamos en esta ocasión el porque determinados alimentos deben de evitarse cuando uno presenta problemas de la piel como dermatitis, piel escamosa, marchita, etc.
La leche de vaca
Los lácteos contienen caseína, que es un elemento que ayuda a la formación de huesos. La leche de vaca contiene 300 veces más caseína que la leche materna. La. El becerro tiene 4 cavidades en el estómago, y puede digerir bien la caseína. En el estómago humano, la caseína forma densos copos difíciles de digerir, pues no está adaptado para asimilar este alimento.
Por otro lado, la caseína es la base de fuertes pegamentos en la industria carpintera. Es una sustancia que se endurece y se adhiere al revestimiento intestinal, impidiendo la asimilación de muchos nutrientes y la eliminación de muchas toxinas. Este efecto crea, a la larga, lo que se llama toxemia, que es un grado de acumulación de toxinas elevado en el cuerpo. Cuando estás toxinas no pueden salir por lo explicado anteriormente, buscan salida por las vías alternas de desecho, una de ellas, la piel. Es por eso que muchos problemas de la piel se deben al terrible impedimento que tiene el cuerpo de desechar las toxinas.
Muchos especialistas aseguran que los lácteos (la leche de vaca y sus derivados) son necesarios por la proteína y el calcio, pero las enzimas que descomponen la leche de vaca en el organismo dejan de producirse en el ser humano a los 3 años, y entonces la leche comienza a ser un alimento de muy difícil asimilación en el cuerpo, impidiendo a la larga el buen funcionamiento intestinal. Para complementar esto, podemos decir que las almendras contienen el doble de calcio que un vaso de leche. También los vegetales verde-oscuro, la avena, la naranja, el polen, la levadura de cerveza, etcétera.
El azúcar blanca
El jugo de caña, después de pasar por un proceso químico donde se eliminan más del 90% de su fibra, proteínas y vitaminas, se convierte en azúcar blanca y en un producto sumamente nocivo para la salud. Este producto es en realidad una potente sustancia estimulante del sistema nervioso, por lo cual provoca una reacción de “subida de energía” casi instantánea apenas un poco después de haberla consumido (podemos verlo cuando se toman refrescos, los cuales contienen más de un 90% de azúcar refinada).
El consumo de azúcar blanca origina que se caliente la sangre, provoca obstrucciones en las funciones naturales del cuerpo, además de promover la desnutrición y una serie de desgastes innecesarios en el cuerpo, en especial del sistema nervioso y endocrino. Son muchas las consecuencias altamente desfavorables que el azúcar blanca produce en el organismo, como el ser una agente promotor de las principales alergias del cuerpo. Pero sobre todo, el azúcar afecta el trabajo de las enzimas, las cuales ayudan a procesar y absorber los nutrientes en las células. Las enzimas no pueden realizar su trabajo eficazmente sin los minerales suficientes y adecuados, y el azúcar blanca afecta severamente las proporciones de minerales en el cuerpo apenas se consumen unas dos cucharaditas de ella. Este acto que parece inofensivo provoca que los minerales del cuerpo entren en un desbalance considerable, y cuando este desequilibrio ocurre día tras día, año tras año, la habilidad del cuerpo para volver a su equilibrio mineral está agotado, y entonces la pobre absorción de minerales y nutrientes y el desgaste general del cuerpo la empiezan a padecer todos los órganos del cuerpo, y esto se refleja en problemas de todo tipo como, en este caso, la piel. Además, el azúcar blanca va destruyendo poco a poco el sistema inmunológico, y cuando este sistema se vuelve débil y deficiente, es muy difícil poder combatir cualquier tipo de afección.
Sustituir el azúcar refinada por azúcar light o productos similares resulta una alternativa muy pobre, pues estos productos también afectan severamente al organismo. Lo mejor aquí es considerar la miel de abeja o ir reduciendo las cantidades de azúcar en la dieta, considerando que el azúcar blanca es adictiva, para lo cual se requiere mucho amor por nosotros mismos para educar nuestro paladar con alimentos más saludables y menos azucarados.