Síndrome de la vida ocupada, conócelo y ponle fin
El ritmo de vida actual es demasiado, no solamente en lo que se refiere al trabajo, preparar la comida, llevar a los hijos a la escuela, ir al banco, entre otras son de las actividades que nos urgen realizar con el día a día, que es muy común escuchar “tengo tantos pendientes que me olvidé por completo”, y no es que se trate solo de una excusa o justificación, en realidad puede ser cierto que entre tantas tareas, olvidemos hacer algunas, no obstante ésta situación puede volverse tan constante que ante los demás pierde validez y se convierte en nada más que una excusa, sin embargo, el verdadero diagnóstico podría ser el “síndrome de la vida ocupada”.
¿Qué es el síndrome de la vida ocupada?
Si has olvidado realizar un pago y no te das cuenta hasta que el servicio se es suspendido, o si no encuentras las llaves que traes en las manos, puede ser que estés experimentando éste síndrome.
¿Cuándo ocurre?
Éste síndrome se reconoce cuando una actividad es tan extenuante y extrema que invade los tiempos que deberían dedicarse a otras acciones.
Afecta la falta de concentración y la memoria de los jóvenes, por lo que pronto éste síndrome comenzó a llamar la atención e incluso influyó en la mercadotecnia de productos vitamínicos desarrollados para mejorar nuestra memoria, pero la solución real, no está en éstos productos, sino en encontrar el balance.
El síndrome de la vida ocupada, se desarrolla cuando nuestra actividad productiva ocupa demasiado de nuestro tiempo, con esto no quiere decir que sólo se aplique a trabajos remunerados, también ocurre en las personas que dedican todo su tiempo al hogar por ejemplo.
¿Cómo perjudica?
Cuando tu actividad prioritaria sobrepasa esos espacios, o límites, es común que dejes de gozar las actividades que antes disfrutabas hacer, que asistas a reuniones sociales por compromiso y no por disfrutar y que comiences a aislarte y te vuelvas irritable. Si descubres éstos síntomas en tu vida, es probable que estés sufriendo del síndrome de la vida ocupada.
Por si fuera poco no todo se detiene ahí, a nivel neuropsicológico el pensamiento, la concentración, la memoria y la atención se dañan con el estrés. Cuando limitas el tiempo de descanso obligas al cerebro a producir neurotransmisores excitadores como la noradrenalina, que tiene relación con el sistema autónomo que te mantiene vivo, el glutamato, que interviene en los procesos de la memoria, la dopamina que produce placer y la acetilcolina que se encarga de vitalizar los músculos.
En pocas palabras, tu cuerpo experimenta una sensación de placer por aquello que nos limita y nos mantiene estresado, es decir, una situación que resulta adictiva que conlleva pérdida de la memoria y falta de concentración.
Recupera tu vida
Para volver a tu estado y superar éste síndrome es importante que organices tu tiempo, asignes prioridades y trata de limitar el tiempo que dedicas a tu actividad productiva:
- Resuelve una cosa a la vez. No trates de terminar un mes de trabajo y pendientes en un solo día, prioriza las más urgentes, y ve un paso a la vez.
- Disfruta tus momentos de ocio, tal vez pienses que no tienes tiempo para ello, pero el “no hacer” es una parte importante en tu vida, date la oportunidad de relajarte.
- Realiza alguna actividad recreativa que te demande alguna habilidad, dibujar, cantar, bailar, pueden ser excelentes opciones.
- Mantente en contacto con los demás, conversa sobre temas en común o temas que sean de tu interés, que favorezca a un aprendizaje.
- Cada dos horas, date un descanso en tu trabajo para ponerte de pie, andar o beber un poco de agua, despéjate.